Cinco errores del piloto de 'Revolution'


Hace más de un par de meses me estrené en ¡Vaya Tele! hablando del High Concept y los peligros que como concepto implicaba su aplicación en televisión. La próxima semana, el 17 de septiembre, una desesperada NBC estrena la enésima serie-evento de los últimos años, ‘Revolution‘, un gran ejemplo de los inconvenientes y errores habituales que genera este tipo de planteamientos.

Todo lo que necesitáis saber sobre el equipo detrás de este estreno, el punto de partida de la historia y demás información lo tenéis en este post, por lo que me salto las presentaciones y voy directamente al desmenuce del episodio y a explicar con cinco motivos por qué considero que es un piloto muy fallido.

Quiere contar demasiado en 42 minutos

El principal problema global que afecta a todos los demás aspectos del episodio es su ambición narrativa. La sobrecarga de información que sufren los 42 minutos del piloto convierte a todas las secuencias en pequeñas piezas excesivamente explicativas y descriptivas sin nada sólido que las una más allá del gran planteamiento inicial del apagón energético.

Como consecuencia de este bombardeo continuo de información, la historia ni se acerca a tomarse el tiempo necesario en construir conflictos o perfilar a los protagonistas con unos trazos mínimos que les saque de lo anodino, por lo que la conexión con la serie es casi nula.

Un ejemplo de error estructural consecuencia de esto son las dos tramas paralelas. Mientras Charlie, la muchacha, llega a Chicago a pedir a su tío que le ayude a salvar a su hermano, éste último se escapa de la milicia, cargándose la tensión y el poco interés que tenía la misión de rescate. ¿No habría sido mucho más interesante aprovechar que hay un personaje principal infiltrado (a la fuerza) en la milicia? Habríamos sabido más de su dinámica, conocido a alguno que hiciera de contrapunto al malomaloso Gus Giancarlo Esposito e incluso habríamos conocido mejor al hermano y sufrido con su maltrato, algo que empujaría el interés sobre la trama del rescate. Para cuando llegan las revelaciones finales (único motivo de que exista esa huída), nada interesa.

Un vistazo a…
ENFOQUE PROFUNDO Y LENTES PARTIDAS

No construye su universo

En High Concept facilita enormemente las labores de marketing y el caso de Revolution no es una excepción: conocíamos el punto de partida de la serie, tanto el evento que cataliza el universo post-apocalíptico en el que se asienta como sus consecuencias, esto último al nivel superficial requerido para atraer el interés por profundizarlo.

Sin embargo, el primer episodio no saca partido de un espectador que busca saber más sobre esa nueva sociedad forzada a una regresión tecnológica, social y organizativa en general. La entendible decisión de utilizar una pequeña colonia como representación del resto de Estados Unidos (y del mundo, supuestamente) queda totalmente sepultada bajo ese afán de avanzar cuanto más posible, dedicando las secuencias a dar información.

Un ejemplo de esto es la escuela en la que, por lo que vemos en el piloto, el ex-ejecutivo de Google parece dedicar cada día a contar lo mega-chungo que fue el apagón en lugar de enseñar matemáticas. ¿Por qué? Porque el espectador necesita saber que la física se volvió loca para no cuestionarse que científicos e ingenieros de todo el mundo sigan literalmente a dos velas desde que saltaron los plomos.


¿No habría funcionado mejor una estructura de “un día en la verde Illinois”? Ver una rutina, a los niños aprendiendo agricultura, a la chica preparándose para ir a cazar interactuando con otros vecinos… crear un universo real y creíble y una colonia unida. De esta forma no sólo conoceríamos más la dinámica de esa nueva sociedad, sino que tendríamos tiempo de familiarizarnos con habitantes y protagonistas, algo vital para que la posterior masacre y asesinato del padre tenga un mínimo impacto. Según está, la falta total de elaboración de ese universo imposibilita que los conflictos se construyan de forma adecuada.

Más adelante en el episodio, cuando complejo-de-Katniss y compañía llegan a Chicago, se atisba un entorno de gran ciudad donde los ritmos parecen ser lógicamente muy diferentes a los de la colonia. Sin embargo, esta visión dura unos pocos segundos. ¿Por qué se empeñan en negarnos todo aquello que nos llamaba la atención de la serie en primer lugar? Seré justa y diré que parece evidente que la visita rácana a Chicago City sea consecuencia de un ajustado presupuesto, algo de lo que hablaré más adelante.

No perfila personajes

Esto nos lleva al otro gran problema: los personajes. Planos es decir poco. Y realmente no era tan complicado profundizar algo en la protagonista y su síndrome de pájaro enjaulado, poniéndolo en contraste con el miedo del padre a que campe por el peligrosísimo bosque que rodea la colonia, donde habitan letales machos musculados con arco. Incluso el asma del hermano no es más que un recurso facilón para crear falsa sensación de peligro en lugar de, ya que están, aprovecharlo para construir personaje.

Tomándose su tiempo para definir las dinámicas de la comunidad, fácilmente podríamos encontrar a un chaval acomplejado y deprimido porque su condición de asmático le impide cazar o explorar junto a su hermana. Pero no, como con todo, se limitan a dar la información.

No es una cuestión de definir con profundidad a todos los personajes sino de mostrar algún elemento interesante o diferenciador de los principales al que el espectador pueda agarrarse, algo que les aleje de su condición de marionetas andantes sin raccord emocional, ni siquiera tras la muerte de un padre. Hago ojitos al mozuelo petao y se me olvida todo.

En su camino hacia Chicago, el trío acampa una noche y charlan a la luz de una fogata. En lugar de escribir un diálogo que tenga un mínimo de fondo, emplean esos segundos en explicar que lo único que sabemos del tito es que es una máquina de matar. Explicación y más explicación. Todo para que luego no nos choque cuando se pone en modo Kill Bill.

No hace un esfuerzo presupuestario

Sí, NBC está en el foso y necesita reducir costes, pero un pequeño esfuerzo extra en el piloto de Revolution le habría hecho un gran favor. Esa atractiva y vistosa escenografía, la vida en el Chicago post-evento y todos los exteriores del episodio cautivarían rápidamente, pero es imposible agarrarse a ellos cuando en pocos segundos estamos en interiores iluminados por velas.

Y no es simplemente una función estética, sino un asunto vital de ambientación. Con esa falta de un universo verosímil y vivo que comentaba, una mejor (y mayor) ambientación en el aspecto más visual habría elevado mucho la primera impresión sobre el mundo en el que se va a mover la serie.

El afán por poner todas las cartas sobre la mesa que tanto daño ha hecho al episodio (y a tantos pilotos de los últimos años) es entendible. Las audiencias bajan año tras año, la competencia es feroz y los espectadores son cada vez más volubles. Las cadenas tienen miedo, y la NBC más, y una consecuencia inevitable es ese intento de lanzar trillones de ganchos al mismo tiempo por si alguno funciona. Vale, habría aceptado pulpo. Pero compénsame con un primer episodio cuya ambientación me quite el hipo.

No hay efecto ehteWOW

Si algo tienen estas series High Concept y la detonitis que les acompaña, es un piloto potente. Hasta los primeros episodios de las más fallidas (¿alguien dijo ‘FlashForward‘?) tienen un episodio de presentación que cautiva. La mayoría también descuida a sus personajes en favor de grandes misterios y se empeña en hacer protagonistas a familias anodinas con adolescentes insoportables, pero al menos sus piloto suelen causar un impacto que Revolution no consigue.

No todo es negativo. El punto de partida es diferente e interesante y la chicha existe. Se ve, pero está desaprovechada. Ya he mencionado su estupenda escenografía que por cierto, me recordó tanto a este corto que vi hace tiempo que investigué. Resulta que Bad Robot contactó con el director para solicitar algunas imágenes para el trailer e inspirarse.

En fin. Yo le doy un voto de confianza a Revolution más por su potencial y por Eric Kripke que por lo que me ha mostrado su piloto. Veremos si efectivamente se convierte en la nueva serie-evento-bluff.

Por cierto, no quiero ser agorer pero ese USB mágico que ahora está en manos de Mr. Google no fue expulsado del equipo con propiedad…

En ¡Vaya Tele!| Revolution: lo que necesitas saber

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