Las dos series que más titulares están acaparando durante estas últimas semanas son 'La casa del dragón' y 'El señor de los anillos: Los anillos de poder'. Además, la tentación de enfrentarlas es demasiado grande, tanto por la pertenencia de ambas a la fantasía como por el hecho de que son las grandes apuestas del año de HBO Max y Amazon Prime Video. No obstante, a la hora de la verdad son series tan opuestas entre que sí que lo que le sobra a una le falta a la otra.
Contención frente a opulencia
Soy consciente de que esa última afirmación que hago puede sonar algo exagerada, pero es que las tendencias naturales que han demostrado ambas series hasta ahora son diametralmente opuestas. Por un lado, 'La casa del dragón' opta por un enfoque mucho más contenido, centrado prácticamente en exclusiva en las luchas de palacio por conseguir suceder a Viserys, mientras que 'El señor de los anillos: Los anillos de poder' se centra más en la creación de ese gran mundo abierto que es la Tierra Media en una época de prosperidad.
Por ello, 'La casa del dragón' tienen una cantidad de personajes bastante más limitada y al final todo forma parte de la misma línea narrativa. Si esos tejemanejes para conseguir ocupar el Trono de Hierro no te interesan, vas a encontrar poco aquí que te pueda interesar más allá de las peculiaridades exhibidas por la familia Targaryen. Y el lastre que puede suponer que haya algún personaje que te genere rechazo puede ser demasiado grande como para llegar a conectar en profundidad con la historia que está contando.
Esto es algo que incluso se traslada al lado narrativo y visual, con la mayoría de escenas situadas en lugares cerrados, sea para incidir en el lado más íntimo de alguno de los personajes o simplemente para incidir en las intrigas de palacio. Sí, hay grandes escenas en momentos puntuales como la increíble exhibición de poderío físico del personaje de Matt Smith al final del tercer episodio, pero hasta ahora no han sido más que fogonazos puntuales. Lo que predomina es lo contrario.
Todo eso no podría ser más diferente en 'El señor de los anillos: Los anillos de poder', donde la opulencia domina la serie a todos los niveles, desde la gran cantidad de personajes que han ido apareciendo durante los tres primeros episodios que ya hemos podido ver hasta la multitud de escenarios y localizaciones que hemos conocido. Además, aquí cada lugar tiene su peso específico, prestándose gran atención a los fondos, tanto para distinguirlos entre sí como para facilitar al espectador el sumergirte el universo que presenta.
A cambio, la serie de Amazon puede dar la sensación de cierta desconexión entre sí. Tengo claro que irá atando cabos según pasen los episodios, pero por ahora puede dar la sensación de que muchas cosas van por libre y cada trama tiene que funcionar de forma aislada para no convertirse en una losa para el funcionamiento de la serie. Y también tengo claro que no todas funcionan igual de bien y, según el grado de implicación del espectador, eso puede acabar siendo una pega demasiado importante.
La búsqueda del punto intermedio
De nuevo, con todo esto no quiero decir que 'La casa del dragón' no sea capaz de jugar a lo grande o que las escenas más íntimas brillen por su ausencia en 'El señor de los anillos: Los anillos de poder' -precisamente las charlas entre Elrond y Durin del segundo episodio probablemente sean lo que más me ha gustado de la serie hasta ahora-, pero sí que, en líneas generales, apuestan por enfoques enfrentados.
Además, puede que ambas series sean capaces de desmarcarse de su línea dominante, pero hasta ahora sí que ese camino elegido ha llevado a que ambas sufran ciertas limitaciones. Por ejemplo, en 'La casa del dragón' echo en falta más variedad. Soy consciente de que aquí no necesito realmente saber qué opinan el resto de gente de este universo por el tremendo poderío de los Targaryen -a ver quién es el valiente que se enfrenta a ellos y, sobre todo, sus dragones-, pero estaría bien tener algo extra y que no todo dependa de una serie de personajes que pueden acabar resultando antipáticos en su práctica totalidad.
Con 'El señor de los anillos: Los anillos de poder' me pasa lo contrario, y mucho me temo que es un problema de difícil solución, ya que la serie de Amazon ha optado por comprimir lo que sucede a lo largo de un espacio temporal mucho mayor para contar con ciertos personajes al mismo tiempo. Soy consciente de lo anticlimático que resultaría presentar a un personaje y que su arco se cerrase muchísimo antes de que lo que cuenta la historia llegue a su fin, pero eso también lleva a un problema de concreción.
Mencionaba antes que había disfrutado bastante con las charlas entre los personajes interpretados por Robert Aramayo y Owain Arthur, donde además de existir esa intimidad, también aparecía esa naturalidad que en otras escenas no termina de brillar. Y es que esa es otra diferencia importante entre 'La casa del dragón' y 'El señor de los anillos: Los anillos de poder', pues en la primera hay más espacio para diálogos más cercanos, mientras que en la segunda se tiende demasiado de lleno a una solemnidad que la serie no ha sabido ganarse previamente, cosa que sí sucedió en el caso de la trilogía dirigida por Peter Jackson.
La principal consecuencia de todo esto es que podemos disfrutar perfectamente con ambas al ir por caminos diferentes, pero no puedo dejar de pensar que tanto 'La casa del dragón' podría aprender algo de 'El señor de los anillos: Los anillos de poder' -aunque en este caso, Warner tendría que dejarse bastante dinero más y no está en condiciones de hacerlo- como la serie de Amazon de la de HBO Max. Al final no es cuestión de que una sea mejor que otra -yo disfruto algo más con 'La casa del dragón', no tengo problemas en reconocerlo- como que son complementarias y va a depender más de qué tipo de enfoque te gusta más para un relato fantástico que de cualquier otra cosa. Con todo, ninguna de las dos ha alcanzado ese justo punto intermedio para llegar a ser una gran serie. Tiempo tienen para conseguirlo, eso sí.
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