No todos los campamentos son tan hostiles que las escritoras deciden huir despavoridas. También los hay positivos, donde la gente se apunta para pasar un buen verano, como el de Little Otter, más conocido como ‘Camp’. Abrió sus puertas este mes de julio en Estados Unidos, más concretamente en el canal NBC, y su única intención es entretener con inocentes juegos campestres.
‘Camp’ fue creada por Liz Heldens. Podría dar buenas vibraciones porque trabajó durante tres años en ‘Friday Night Lights’. Pero también fracasó con sus dos anteriores creaciones, el drama de enfermeras ‘Mercy’ y un sucedáneo de ‘Revenge’ llamado ‘Deception’ que llegó y se despidió sin pena ni gloria esta primavera. Así que mejor que no tiremos cohetes. Esta novedad no tiene la intensidad, ni el realismo, ni la honestidad emocional de los jugadores de fútbol americano de Texas. Lo que sí tiene, en cambio, es la misma filosofía que el campamento del que habla: es un pasatiempo para que las familias pasen un agradable verano rodeados de naturaleza y con conflictos de poca monta.
Escarceos rodados en Australia
El planteamiento es sencillo. ‘Camp’ cuenta el verano de todos los habitantes del campamento: los monitores, los niños y los padres que también quieren participar en la experiencia. Está McKenzie Granger, la dueña del campamento y que debe lidiar con su ex marido, que aparece de vez en cuando con su nueva novia rusa, y también la competencia del campamento rival, mucho más pijo que el suyo. Tenemos al manitas que la ve como algo más que una jefa. A un chico con leucemia que descubre poco a poco que el verano está para disfrutarlo al aire libre y no para encerrarse en la habitación a ver cine europeo. Y también muchos más jóvenes que, entre juego y juego, buscan con quien entrar en calor cuando llega la noche.
Recuerda bastante a ‘Huge’, la serie que Winnie Holzman (‘My So-Called Life’) estrenó en 2010, pero sin querer transmitir ningún mensaje, ni obsesionarse por el peso de sus protagonistas. Y, si bien no es necesario que lo haga, sí se echa de menos que los conflictos se abarquen con algo más de profundidad. Es tan intrascendente que, si bien no es molesto su visionado, también es absolutamente prescindible.
Sólo sorprende la participación de Rachel Griffiths (‘Brothers & Sisters’, ‘A Dos Metros Bajo Tierra’), que debió sentirse atraída por la idea de trabajar en su Australia natal, donde se rueda la serie. Ella está natural y correcta, como siempre. Pero llama todavía más la atención que utilice su acento americano porque, aunque sea una co-producción, fingen en todo momento que el campamento está en Estados Unidos, lo cual es una lástima. Teniendo en cuenta que no tiene nada interesante, uno de sus mayores activos podría haber sido que abrazase su localización. Pero ni eso. Entretenimiento peso-pluma y nada más.
En ¡Vaya Tele! | Nueve razones para ver 'Friday Night Lights'
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