¿Sabías que los delfines son sólo tiburones gays?
¿Qué sería de la mayoría de comedias sin ese personaje secundario que se sale del molde? ¿Alguien se imagina a ‘Cómo conocí a vuestra madre’ sin Barney Stinson? ¿O ‘Dos hombres y medio’ sin Alan Harper? En ‘Glee’ la proporción de personajes secundarios extravagantes es incluso mayor, pero ninguno supera a la genialidad de Brittany, la animadora y corista que lo clava en su papel de rubia tonta. Pero tonta, tonta.
Las apariciones de Brittany en la serie son escasas, pero no pasan desapercibidas. Si Sue Sylvester se caracteriza por sus frases lapidarias, Brittany lo hace por sus frases sin sentido y a destiempo, al estilo: “A veces olvido mi segundo nombre“ o “Estoy bastante segura de que mi gato lee mi diario“. Todo ello acompañado de la sempiterna cara de póker entre la indiferencia y el desconocimiento que nos hace sospechar que Brittany vive en un mundo paralelo.
Sus intervenciones en ‘Glee’ parecen pequeños gags de humor absurdo que despiertan una carcajada al más pintado. Brittany no sabe diferenciar la derecha de la izquierda, arruina todas las fotos en las que sale, compra los pastelillos que ella misma debería estar vendiendo y piensa que una balada es un pato macho. Y en cuanto a la más que posible relación lésbica que mantiene con Santana, sus propias palabras resultan más reveladoras que cualquiera divagación que pudiéramos hacer:
Sexo no significa “estar saliendo”. Si lo fuera, Santana y yo estaríamos saliendo.(silencio incómodo)
Brittany es, sin duda, uno de los personajes favoritos de la audiencia, por lo que no es de extrañar que los responsables de la serie se estén planteando incluirla junto a Santana como personaje regular en ‘Glee’. Lo que sí es seguro es que Brittany aún tiene mucho que decir dentro de la serie, aunque sólo sean estupideces. ¡Larga vida a Brittany!
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