Vince Gilligan confiesa sus planes originales para los personajes del mundo de Walter White
Casi diez años después de su final, 'Breaking Bad' sigue siendo todo un hito indiscutible de la televisión. Un hito que podría haber sido muy distinto de no ser por la huelga de guionistas de 2007/2008 y cómo esta evitó el destino final de uno de los protagonistas de la serie al final de la temporada 1.
Y es que, según reconoce el propio Vince Gilligan, cuando estaban en pleno proceso de escritura del inicio de 'Breaking Bad', necesitaba tener un golpe de efecto brutal. Un giro que dejase a la audiencia estupefacta y que pusiera definitivamente algo que tenía toda la pinta de acabar muerta en un canal minoritario en un fenómeno.
Jesse o Hank
Ese giro iba a ser la muerte de uno de sus protagonistas. Si bien uno de los planes originales de Vince Gilligan era que la víctima sería Jesse (Aaron Paul), esto se descartó durante la grabación del piloto. Por lo que el que tenía todas las papeletas para morir era en realidad Hank, el cuñadísimo agente de la DEA interpretado por Dean Norris:
«Estábamos escribiendo, rodando y montando en un vacío. Nadie había visto la serie todavía y realmente tenía la sensación de que necesitaba poner toda la carne en el asador y coger todo pedazo de drama. La huelga de guionistas llegó y no pudimos hacer nuestros últimos dos episodios. Teníamos que terminar nuestra temporada 1 con siete episodios en lugar de nueve. En nuestro noveno episodio ese año, nos inclinábamos seriamente hacia el matar a Hank, el cuñado de Walt interpretado por Dean Norris, en esa primera temporada. Yo estaba preparado, dispuesto a poner toda la carne en el asador porque temía no atraer la atención de la gente.»
En pleno rodaje llegó una huelga de guionistas que, si bien fue dura para muchos, para Gilligan fue prácticamente una bendición ya que estaban a punto de pausar el rodaje debido, precisamente, a que no habían terminado todavía los guiones de esos dos episodios que quedaban por hacer:
«Fue una época terrible para mucha gente, la huelga, pero para mí fue un regalo del cielo. Nunca había regido una serie antes y hacia el final de la primera temporada estaba pasando el tiempo en el lugar equivocado. Debería haber estado en la sala de guionistas y en su lugar estaba 800 millas de distancia en el set de Nuevo México, escogiendo vestuario, mirando localizaciones, hablando con directores. Estas cosas son importantes en la realización de series pero no tan importantes como tener los guiones sintonizados. Por ello, de repente me di cuenta de que en un par de días íbamos a necesitar un nuevo guion y no lo teníamos porque tenía un equipo de guionistas maravilloso en LA intentando resolver los últimos episodios sin mí. Y justo en el momento en el que tendríamos que haber cerrado por falta de guiones, lo que en esos días podría haber sido una sentencia de muerte para la serie, la WGA fue a la huelga, salvando mi culo, por lo que siempre estaré agradecido.»
Así, la susodicha huelga no solo hizo que la temporada inicial de 'Breaking Bad' pasase de tener siete episodios en lugar de nueve y evitó la muerte de Hank, también fue un momento de inflexión importante para una serie que, en palabras de Gilligan, «habría sido muy diferente de lo que sabemos ahora, y creo que habría sido una experiencia mucho más corta y menos rica.»
Además, este momento entre la acortada temporada 1 y la temporada fue una oportunidad de oro para repensarla por completo. Sobre todo en un aspecto: rebajar el ritmo de la serie ya que, según su productora Melissa Bernstein estaban «quemando más historia de lo que deberíamos».
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