“Why are you still alive? Why don't you just die already? Just die”.
Ya solo queda uno. Es difícil asimilar que dentro de una semana 'Breaking Bad' ya será historia y nos adentramos en esos días en los que pocas cosas pueden consolarnos. Ni siquiera esos más de diez minutos añadidos en los dos últimos capítulos de la serie anima, a pesar de que permiten expandir un poco más una historia con la que a estas alturas estamos más que entusiasmados. El único motivo de satisfacción se encuentra en la valoración de este tramo final, una sucesión de capítulos impecables que están sobrepasando cualquier expectativa creada y que ha provocado que nos dejáramos llevar, depositando toda nuestra confianza en Vince Gilligan y su equipo de cara al cierre definitivo.
Lo mejor de todo es que a estas alturas no nos podemos esperar nada de este final, ya que si algo ha demostrado la ficción hasta la fecha es que cualquier cosa puede pasar en 'Breaking Bad', sobre todo cuando ya la supervivencia no está garantizada por la sucesión de capítulos. En esta ocasión, nos hemos adentrado en "Granite State", el penúltimo capítulo de la serie, después de digerir el brillante episodio de la semana pasada, recibido como un cierre que necesitaba una reflexión final que es la que parece que vivimos con la emisión de estos dos últimos capítulos.
'Breaking Bad' comenzó con la decisión de un hombre de enfrentarse a su enfermedad recurriendo a la fabricación de metanfetamina, una elección hecha pensando en el bienestar y el futuro de su familia. Con la emisión de "Granite State" vemos las consecuencias de todos los actos llevados a cabo por Walter White desde entonces, que le han llevado a perderlo todo y a que esa elección inicial le haya derivado a la más absoluta de las desgracias. Tanto, que se ha visto obligado a esconderse mientras toda su vida se desmoronaba. El tiempo ha avanzado hasta situarnos en el momento previo al flashforward del inicio de la temporada, mostrándonos el cambio de Walter White y los motivos por los que este vuelve a casa dispuesto a llevar a cabo una gran venganza.
Walter ha sido despojado de todas las cosas buenas que aún giraban en torno a él. Tarda en asimilarlo, pero el paso del tiempo en esa fría cabaña de New Hampshire le va quitando todo lo que tenía. Obtiene el rechazo de su familia, culminado con la llamada de teléfono a su hijo. Es interesante observar ese contraste entre la llamada y la conversación que Walter mantiene con Saul al principio del episodio, donde vuelve a dejar claro que todo lo ha hecho por su familia. Pero también se desvanece su propia identidad, algo que culmina con la entrevista que ve en televisión y que termina de herir su orgullo, justo cuando parecía que iba a entregarse a la policía. El rechazo de los directivos de Grey Matters, rescatados en un momento crucial, hace que sea consciente de que lo ha perdido todo y que solo es un hombre solitario esperando su muerte, ya que el cáncer no ha remitido pese a que le veamos con un aspecto físico diferente.
A Walter ya no le queda nada y a lo largo de este episodio ha vivido su particular calvario, aislado del mundo que conocía e incluso ofreciendo parte de su dinero por algo de compañía, en una escena que me ha dejado helado. Una vez más no nos podemos despegar de Walter White, pese a ser el responsable de un buen número de sucesos reprobables y pese a contar con el desprecio de todo el mundo a su alrededor. Volvemos a sentir una debilidad ante un personaje que en este episodio ha vivido su particular ocaso, más enfermo, más solo, más humillado y con el deterioro físico y sentimental que ni siquiera permite mantener su anillo de casado en su dedo. La delgadez y la distancia no perdonan.
Y una vez aquí, solo nos queda saber cómo será su respuesta. Precisamente porque ha sido despojado de todo y porque no tiene nada a lo que aferrarse podemos imaginarnos que será más peligroso que nunca y suponer que su final no será agradable. La última imagen que hemos tenido de él ha sido apretando su puño después de escuchar por televisión que ya no queda nada de ese Walter White amable y todo parece indicar que es verdad. La transformación se ha completado (¿quedará algo de Walter en el fondo?) y Heisenberg hace acto de presencia, tomando la iniciativa que le guiará en el último tramo de la ficción.
Jesse Pinkman, calvario paralelo
Paralelamente a Walter, "Granite State" también ha servido para que veamos la particular tortura que está sufriendo Jesse, un personaje abandonado a su suerte que está sufriendo la crueldad de Todd y los suyos. Es inmenso el desarrollo que ha tenido el personaje de Todd, que aparece como un ser totalmente despiadado con un fuerte trastorno emocional y que responde con la misma naturalidad tanto a un acercamiento con Lidia como a la amenaza a Skyler o al frío asesinato de Andrea ante los ojos de Jesse. No sabemos qué ha pasado con Pinkman en el período avanzado, pero suponemos que su situación actual no debe ser satisfactoria. Yo aún espero un último encuentro con Walter que acabe con los asuntos que tienen pendientes.
De poco importa que creamos que Jesse no merece pasar por su situación actual. Él está sufriendo las consecuencias de su negativa a montarse en la furgoneta roja en la que sí acabó Walter. Es llamativo observar que cualquiera de las dos decisiones les ha llevado a ambos a vivir un destino con bastantes similitudes, ya que, con la muerte de Andrea, a Jesse le quedan pocas cosas (solo la amenaza de la muerte del hijo de esta) a las que aferrarse, un sentimiento que ha mantenido desde el inicio de la recta final de la ficción.
Evidentemente, el episodio ha rebajado el ritmo que vimos la semana pasada, pero aún así nos ha ofrecido grandes momentos que le han hecho brillar por sí solo y se ha sabido mantener en la tesitura necesaria, elevando su tono en su última parte para dejarnos con toda la expectación posible de cara a su final. Esa evolución del personaje de Walter ha sido muy interesante para que una vez más nos acerquemos a él, llegando al último episodio situándonos de su lado, aunque no podemos olvidarnos de Jesse y del sufrimiento que él también está padeciendo.
Sus destinos culminarán dentro de una semana, con el capítulo titulado "Felina". Muchas son las teorías que circulan en torno a la explicación del título, aunque una de las que ha cobrado más fuerza en internet es que se trata de la combinación de los nombres de Hierro, Litio y Sodio en la tabla periódica, apuntando una vez más a la química como factor característico de una ficción que vamos a tener presente durante mucho tiempo después de su despedida.
En ¡Vaya tele! | Seguimiento de 'Breaking Bad'
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