Hasta ese extremo llega la presión que la huelga de guionistas está ejerciendo sobre la industria. Los Globos de Oro, más allá del prestigio que suponen los premios en sí, no es más que una forma distinta de publicitar y de sacar rendimiento económico a los productos audiovisuales, y hasta en esto hay muchos que no parecen dispuestos a pasar sobre las condiciones laborales de los compañeros.
La ceremonia está prevista para el próximo 13 de enero y, si antes no se resuelve el conflicto, ya hay estrellas de cine y de televisión que han afirmado que no asistirán al evento. Los miembros del sindicato de guionistas estadounidenses, la WGA, ya han anunciado su intención de no asistir y David Cronenberg (nominado en cine por Promesas del este), o David Duchovny (nominado a mejor comedia y mejor actor de comedia por Californication), se han puesto del lado de los escritores.
Más polvareda ha levantado la actitud de Katherine Heigl (Anatomía de Grey), que el miércoles declaró desde un piquete que no asistiría a la gala, a no ser que la obligasen por contrato, y que cuando conoció su nominación afirmó estar buscando qué vestido ponerse.
Más allá de posturas encontradas y de cambios de opinión, lo que sí es cierto es que la huelga de guionistas está consiguiendo una visibilización mediática gracias al medio que les da de comer, la televisión. Es imposible silenciar un conflicto de esta envergadura cuando las series tienen temporadas de nueve episodios y cuando se ve afectado el brillo estelar de las entregas de premios, uno de los acontecimientos clave en la televisión americana.
Vía | El País En ¡vaya Tele! | Nominaciones a los Globos de Oro 2008