A veces, 'Black Mirror' es una historia de terror no porque nos obsesionemos tanto con la tecnología que nos perdamos a nosotros mismos, sino porque podemos encontrarnos a merced de gente que utiliza esa tecnología para convertir nuestras vidas en un infierno. Este 'Shut up and dance', tercer episodio de la tercera temporada, se sitúa justo en esa categoría de capítulos, los que se aprovechan de lo que desconocemos sobre los avances tecnológicos para, como mínimo, darnos mal rollo.
En este caso, el episodio está a medias entre una de las acciones de Elliot en 'Mr. Robot' y los casos escandalosos y alarmistas de 'CSI: Cyber', poniendo en el centro a las víctimas de un hackeo en su actividad en internet más privada. Y por evitar las consecuencias de dicho hackeo están dispuestas a hacer cualquier cosa.
Una fábula cruel
'Shut up and dance', escrito por Charlie Brooker y William Bridges y dirigido por James Watkins ('La mujer de negro'), se aproxima en el tono a los capítulos de las dos temporadas anteriores de 'Black Mirror' y, más en concreto, a 'White Bear'. Su protagonista, Kenny, es un joven que se ve envuelto en una pesadilla en la que no ve otra manera de escapar que seguir adelante y hacer todo lo que le digan. Absolutamente todo, o su vida, tal y como la conoce, se habrá ido al traste.
Kenny es el arquetipo del chico tímido, no demasiado ducho en las relaciones sociales, para el que internet es un modo de encontrar no sólo ocio, sino de dar rienda suelta a sus necesidades más privadas. Es su momento de intimidad, de estar solo en su habitación sin que ni su madre ni su hermana le molesten. Pero el concepto de "intimidad" ya no existe en la sociedad actual. Ese miedo que podemos tener todos a que nos espíen por la cámara del portátil, o a que nos hackeen nuestra cuenta de correo, es uno de los pilares del episodio. El otro es el temor a lo que la gente dirá de nosotros, al escándalo público.
Con su timidez, Kenny no puede soportar que todo el mundo conozca sus intimidades, así que es presa fácil del cruel mecanismo que propone el capítulo, y que hay quien ha comparado a 'The game', la película de David Fincher con un Michael Douglas que lo pierde todo en cuestión de horas.
¿Crítica o alarmismo?
Antes decíamos que a 'Black Mirror', a veces, se la acusa de alarmista, de generar miedos entre la población más "analógica" a la tecnología. Los mejores capítulos de la serie tratan, en realidad, sobre el uso que se le da a esa tecnología, pero hay algunos en los que la crítica de Charlie Brooker no está tanto en los protagonistas de la historia, sino en otro lugar. 'Shut up and dance' nos recuerda que somos más vulnerables al espionaje de lo que creemos y, por otro lado, también se reserva su parte de crítica para quienes no tienen ningún respeto por la intimidad de los demás y se la toman como si fuera un juego.
El episodio intenta, de todos modos, que no haya malos y buenos tan definidos, aunque resulta un poco más obvio en su mensaje. La peripecia de Kenny nos hace preguntarnos quién merece la mayor crítica, o si alguien considerarse libre de culpa en todo esto, y la dirección de Watkins da a toda la historia un aspecto de cotidianidad gris que encaja perfectamente con la sensación de cualquiera puede sufrir lo mismo que Kenny.
La frialdad con la que Brooker y Bridges hacen evolucionar la historia, hasta con algunos momentos de humor un poco incómodo, termina por completar la sensación de desasosiego con la que se queda uno cuando acaba el episodio. Y también puede generar largas discusiones sobre qué está criticando aquí 'Black Mirror', y si bordea el alarmismo o no.
En ¡Vaya Tele! | Las críticas de la 3ª temporada de 'Black Mirror'
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16 comentarios
kleiser
Los dos primeros capítulos de esta temporada la verdad es que no me han entusiasmado, pero este me ha parecido a la altura de uno de mis favoritos, que fue el primer episodio de toda la serie.
Ese mal cuerpo que te deja el pensar que eso es algo que bien podría pasar hoy mismo ya que no recurre ni a tecnologías futuristas ni nada similar, sino a la pura y dura naturaleza humana, me resulta lo más inquietante del todo. La escena final del chico es realmente devastadora.
angiesatsu
Sublime. Me encanta como juegan precisamente con esa dicotomía bueno/malo. La idea entera es como una perversión del juego Cicada 3301 (si no lo concéis, buscad info porque no tiene desperdicio). De los tres episodios analizados hasta ahora, mi favorito sin duda.
Pablo Sanz
A mí lo que más me gustó es la naturalidad con la que el episodio se va elevando de tono, cuando en principio todo ha empezado con una "tontería" - pese a que luego se sabe que el protagonista se masturba con fotos infantiles, de eso no hay duda.
Es decir, en un principio se plantea como un suceso que, no quiero hablar por todo el mundo pero... puede pasar a cualquiera el día de hoy. Claramente no vas a llegar hasta los límites del chico, pero la tarta probablemente se hubiese recogido & entregado.
Sobre todo el dilema moral es pensar quién del relato son los buenos o malos. Todos los que están siendo utilizados han hecho algo por lo que no están orgullosos, ¿pero es razón suficiente como para chantajearles? Hacer que se maten entre ellos, no, pero que la policía llegase momentos más tarde denota que los que se encuentran detrás de las cámaras no quieren tomarse la justicia por su mano y van con un determinado fin.
Hollister
¿Alguien sabe que es lo que hizo el negro de la moto?
radiodegiro
Pues yo no entendí para que hilan el coche, el mensajero, el otro conductor, la pelea con dron... si sólo buscan escarmiento, lo veo rebuscado...
gustavoaruiz
sin dudas el mejor capitulo de todos! el más, por así decirlo, real y terminar con la canción de Radiohead es sin duda fenomenal
Grafenberg
Me parecio un capitulo muy flojo y voy a argumentarlo con SPOILERS así que ojo:
Básicamente el chico protagonista carece de una motivación real para cumplir las ordenes, de verdad prefieres atracar un banco a que tus pocos contactos te vean masturbándote? ? que sí, que es bochornoso, pero no un delito.
Ademas, a parte de su madre y su hermana, este chico no tiene ni amigos ni nada, lo cual él mismo podía difundir el vídeo y nadie le hubiera hecho puto caso.
Al final deja a entender que quizá lo hizo mirando fotos de niños, pero eso es muy difícil de demostrar por parte de los hackers. Lo cual hace más lógico que fuera el mismo el que difundiera las imagenes, para evitar cualquier acusación.
En fin, la motivación del personaje estaba un poco pillada por pinzas y el cierre del capitulo, con la troleada, me pareció poco original.