El creador de ‘Revenge’, Mike Kelley, dijo en primavera que no ejercería como showrunner y guionista de la tercera temporada porque consideraba que era imposible escribir temporadas de 22 episodios. Muchos minutos, demasiadas tramas de relleno involuntarias y encima poco tiempo para planificar y dar forma a todas esas ideas. Así que, si toca hablar del arranque de temporada, es inevitable que se busquen las siete diferencias entre la visión que tenía Kelley de su propia serie y lo que está emitiendo ahora el canal ABC bajo el mando de Sunil Nayar.
Lo sorprendente, sin embargo, es que los tres episodios vistos en Estados Unidos son exactamente aquello que los admiradores de la serie echábamos de menos. Cuando hay cambios en la sala de guionistas, siempre hay promesas de mejoras y de devolver la serie a sus raíces. Sólo hace falta recordar qué pasó cuando Theresa Rebeck abandonó ‘Smash’ y Josh Saffran quiso mejorarla: no era peor pero sí más insustancial. Pero en este caso sí resulta cierto y aquello que pude leer de Nayar se está cumpliendo.
El modelo a seguir
Primero de todo, hay que reconocer el trabajo de Mike Kelley. Sin él, Nayar no tendría un modelo a seguir. Su misión es imitar el esquema del primer año pero incluyendo los avances del segundo y, aunque el creador perdiese la gracia a marchas forzadas con el tiempo, el primer arco de la serie fue divertido, genial y adictivo. La resolución del misterio de la identidad del cadáver tuvo ritmo, jamás perdió de vista que tenía que incluir duelos entre Amanda y Victoria, y entendía que los misterios no pueden alargarse de forma indefinida.
En realidad esos primeros episodios eran aquello en lo que creía Kelley: como no le habían concedido una temporada corta, había configurado la primera trama en un arco de trece episodios (que prorrogaría a quince), de lo más entretenido de los últimos años. Pero las consecuencias no fueron tan interesantes y, cuando llegó una madre loca muy descafeinada y apareció una gran iniciativa por encima de los propios Greyson, el factor disfrute bajó en picado. Lo que no podíamos imaginar es que el responsable de los mejores episodios de ‘Revenge’ nos haría un favor abandonando el barco porque Nayar está adaptando punto por punto los fuertes de los inicios.
El regreso del buen culebrón
La primera escena ya es un ejemplo. Sustituimos un cadáver en la playa por el cuerpo de Amanda Clarke cayendo de una embarcación mientras va vestida de novia. ¿Muere? Creo que es obvio que no. ¿Pero quién le dispara? Esto sí que es un buen enigma para arrancar la temporada y ya han avanzado que se resolverá a mitad de temporada. Una buena noticia, que encima ABC recapacitó y decidió programar la temporada en dos bloques separados sin interrupciones. Y, hablando del verdugo, podría ser cualquiera: Conrad, Victoria, Patrick, Aiden, Charlotte, Daniel... Todos tienen sus razones.
Amanda, además, está otra vez en modo mujer letal. Varias veces ha comentado que no volvería a perder la perspectiva de qué fue a hacer en los Hamptons (una especie de declaración encubierta del nuevo showrunner) y es divertido verla interactuar con los Greyson en cada episodio como en los inicios. Ya sea con su guerra fría con Victoria, donde se lanzan puñaladas mientras se sonríen (y el momento “bancarrota” fue para aplaudir en el sofá), o torturando física y psicológicamente a Conrad mientras finge preocuparse por él. Que su venganza se fije otra vez en esta familia permite que se vuelva a las raíces (y es algo que Mike Kelley ya sembró cuando dejó claro que Conrad era la cabeza de la Iniciativa).
Pero no solamente es la trama. Es Victoria feliz y sin temer a nadie y no esa mujer aburrida de la primavera que casi no salía de su habitación. Es Nolan en plan devora-hombres y no perdiendo la cabeza por una mujer sin carisma. Es Nolan y Amanda con complicidad, Charlotte ya mayor y demostrando que tiene los genes de su madre. Es la ausencia de una carrera política ridícula. Y, si le quitamos el sopor del año pasado y le sumamos fiestas constantes, vestidos de gala (¿soy yo o Victoria jamás había ido más arreglada y maquillada?) y enfrentamientos de zorras, tenemos el ‘Revenge’ de los buenos tiempos.
En la serie Charlotte, por más que sea frustrante en sus diálogos con Amanda, tiene razón: su futura cuñada se comporta como una mala persona y cada vez es más evidente que es un lobo con piel de cordero. Como ella no conoce su verdadera identidad y sus motivaciones, por lo tanto, es normal que la odie. También será curioso ver si se destapará el plan de Amanda con respecto a Conrad, ver hasta qué punto Patrick tiene una agenda oculta y si Aiden realmente mira por el bien de Amanda o por el suyo, ya que está enamorado de Amanda (¿había existido nunca una protagonista con tantos pretendientes a la vez y todos viables?).
Pero todo esto tan solo son pequeñeces. ¿Qué más da hacia donde irán las tramas si tenemos discusiones, puñaladas traperas y fiestas caras? ¿Tête-à-têtes de nivel con unas Madeleine Stowe y una Emily VanCamp siempre a la altura? ¿Una protagonista a piñón fijo y que todavía no sabemos qué tendencias amorosas tiene? Por todas y cada una de las mejoras y tras ver tres episodios, creo que ya se puede dar una bienvenida oficial a Amanda.
La echábamos de menos, señorita Clarke.
En ¡Vaya Tele! | No hay pasión en 'Betrayal'
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