‘Being Human’ es una de esas joyas británicas poco conocidas invisibles para el gran público. En España fue comprada por Cuatro hace ya un añito y medio, pero de momento no hay noticias de su emisión en abierto. Ahora se ha dado a conocer un poco más porque el canal SyFy ha realizado un remake para Estados Unidos (del que os hablaremos en breve), pero la original británica va ya por la tercera temporada, y sigue la estela de la mayoría de producciones de Reino Unido; esto es, temporadas cortitas y capítulos acelerados en los que ocurren todo tipo de cosas.
La tercera temporada tendrá ocho episodios, al igual que la segunda, pero de momento no tiene un rumbo completamente definido. El primer capítulo, emitido el pasado domingo en BBC Three (un canal que a la chita callando se está llenando de producciones de alto nivel) se centra, sobre todo, en calmar los ánimos del trío protagonista principal (un vampiro, un hombre lobo y un fantasma). Después del caótico final que ‘Being Human‘ nos dejó el año pasado, necesitábamos un capítulo para poner en orden los sentimientos, dejar de lado la sangre y las escenas de acción para centrarnos en su estado emocional, y ya de paso rescatar a Annie del “más allá”.
Lo de Annie era imprescindible; la magia de la serie está precisamente en su trío protagonista (ahora ya casi cuarteto), y ‘Being Human’ sin Annie sirviendo té a todas horas no sería lo mismo. Su rescate ha servido, curiosamente, para recuperar al viejo Mitchell. Durante su visita al Purgatorio se enfrentó a todas las víctimas del tren que arrasó al final de la segunda temporada, en aquel arrebato de poder y lujuria que tuvo y que le hizo separarse de sus amigos. Acompañado de una de las víctimas, Mitchell fue visitando todos los escenarios clave de su vida como vampiro, enfrentándose a los hechos de su pasado. Y realmente ha sido uno de los capítulos con los que más he disfrutado, porque cuando prescinden de enemigos externos y se enfrentan a sus propios demonios interiores es cuando más aprovechamos a los personajes.
Por el otro lado, tenemos a George y a Nina, una pareja de hombres lobo que se va afianzando cada vez más. A ella ya la tenemos casi como una más de los protagonistas, y ahora que todos van a vivir bajo el mismo techo, espero que se una al grupo y los guionistas la traten como una más. Ojala que no se la carguen a las primeras de cambio, que a los guionistas de esta serie no les tiembla la mano a la hora de matar gente. Además, George y Nina se han dado cuenta de que incluso en forma de lobo sienten atracción como pareja, ya que aun a pesar de haberse transformado en la misma habitación, ninguno ha sufrido ningún daño. ¿Veremos pronto una camada de lobitos pululando por ahí? No sé por qué, pero me da la impresión de que esa noche encerrados hubo más que aullidos.
Y ahora que George y Nina están asentados, toca encontrarles pareja a Annie y Mitchell; seguramente todos nos hemos dado cuenta de que en el reencuentro han saltado chispas, ¿no? La verdad es que nunca me había planteado que pudiera haber algo entre ambos, pero pensándolo bien, no es nada descabellado. Habrá que ver cómo gestionan este tema (si es que lo hacen), porque de aquí puede salir algo muy bonito.
¿Hacia dónde va la tercera temporada? Hay pocos frentes abiertos, pero los suficientes para ir desarrollando la historia a lo largo de estos dos meses que durará la emisión. Obviando el tema de las relaciones entre ellos, hemos descubierto ahora la existencia de unos vampiros que se dedican a raptar hombres lobo y enfrentarlos con humanos a modo de entretenimiento. Esta parte de la trama ha sido muy oscura a la vez que hipnótica, y habrá que ver el papel de los dos nuevos lobos en la trama, ahora que George ha visto al pequeño en el bosque a punto de transformarse. Y no nos olvidamos de Herrick, que como recordaréis revivió al final de la segunda temporada, aunque su presencia no se espera de nuevo hasta la segunda mitad de capítulos.
Y una última cosa: ¿Quién será el hombre-lobo que matará (o intentará matar) a Mitchell? Va a estar interesante esta temporada
En ¡Vaya Tele! | BBC