'Bates Motel' sigue sin saber lo que quiere ser

Son varias las ocasiones en las que la pequeña pantalla ha demostrado sentir un gran interés por 'Psicosis' ('Psycho', 1960) en general y Norman Bates en particular, desde rarezas desastrosas que no fueron más allá de su episodio piloto, pasando por un telefilm que funcionaba a modo de precuela de la obra maestra de Alfred Hitchcock. Era lógico que ese interés renaciera ante el auge de los psicópatas en la televisión, aunque ojalá hubiese sido para dar pie a una serie más conseguida que 'Bates Motel'.

Ya os comenté que tuve mis más y mis menos con 'Bates Motel' tras la emisión de sus primeros capítulos y concuerdo bastante con lo que apuntó mi compañero Pere tras la conclusión de su temporada inicial, pero preferí agarrarme a sus virtudes y esperar que encontrase su tono durante su segunda tanda de episodios, algo que sucede más veces de las que podríamos esperar. Por desgracia, 'Bates Motel' sigue atascada ofreciéndonos una loca y muy irregular mezcla de historias en las que falta un centro que sirva como auténtica guía de todas ellas, pero lo peor es que incluso sus virtudes han perdido fuerza en lo que llevamos de segunda temporada.

'Bates Motel', una serie a la deriva

Hace unos días os hablaba de la notable 'Hannibal' y de cómo es una serie con las ideas muy claras, aunque eso suponga renunciar directamente a una parte muy importante del público. En 'Bates Motel' sucede justo lo contrario, algo que no es necesariamente malo si ofreces algo al espectador que merezca la pena mientras luchas por encontrar el tono y perfilar tus objetivos. Lamentablemente, no es el caso, ya que son muy pocas tramas las que realmente consiguen atrapar nuestra atención, teniendo que soportar una esquizofrénica narrativa que ni siquiera sabe potenciar sus puntos fuertes.

Los problemas personales de Bradley, un personaje que nunca ha funcionado y que espero que realmente vaya a desaparecer para siempre --dudo mucho que vaya a ser el caso, la verdad--, no han sido tan desquiciantes como ciertas tramas de la primera temporada, pero no invitan precisamente al optimismo acerca de que al fin vaya a centrarse en lo más interesante --la caída en desgracia de Norma Bates por la quiebra financiera a la que está condenada y cómo eso puede afectar a la relación con sus hijos y sobre todo con Norman--, ya que siguen en lugar de seguir añadiendo tramas de en principio dudoso interés como la sorpresiva aparición del hermano de Norma para añadir más tensión a un relato que ya debería ser autosuficiente en esa materia. Menos crear problemas de la nada y más lidiar mejor con los que ya hay.

Norman Bates, un protagonista demasiado insulso

Resulta muy decepcionante ver la forma en la que 'Bates Motel' está desaprovechando la figura de Norman, uno de los psicópatas cinematográficos más famosos de todos los tiempos. Sé que no resulta conveniente hacer ese tipo de comparaciones, pero el gran gancho de la serie siempre ha sido el hecho de que funciona a modo de precuela de lo allí narrado, por lo que todos somos conscientes del monstruo en el que tiene que convertirse en un momento u otro, siendo la gracia de la serie el ver cómo eso va sucediendo de forma progresiva, ya que esa es la principal ventaja de hacerlo en una serie de televisión y no en una película.

He de reconocer que en el último episodio emitido sí hubo ciertos detalles que apuntaban hacia la dirección de Norman idealizando a su madre hasta unos límites enfermizos, esos que la serie únicamente alcanzó hasta el momento con la violación del primer episodio. El priorizar la felicidad de Norma a la promesa que había hecho a Bradley es un buen primer paso en esa dirección, pero ya en la temporada anterior hubo ciertas soluciones argumentales que apuntaban hacia ahí y que luego quedaron en nada dentro del enloquecido caos controlado en el que acabó convirtiéndose a medida que pasaban los episodios.

Me gustó el apocado trabajo de Freddie Highmore durante los primeros episodios, pero cada vez tengo más dudas sobre la conveniencia de su fichaje. ¿El motivo? No me transmitió demasiada confianza durante sus lapsus asesinos de la primera temporada y no termina de demostrar ser capaz de dar el relieve suficiente a un personaje tan complicado como jugoso. La cosa cambia si hablamos de la Norma de Vera Farmiga, aún lo más atractivo de la serie con una distancia enorme sobre todo lo demás --sólo por verla cantando 'Maybe this time' ya mereció la pena el segundo episodio--, aunque ya empieza a ser necesario que muestre algo más de su arsenal en dosis mayores a su enfrentamiento con el alcalde en el primer capítulo.

En resumidas cuentas

Ha llegado un punto en el que estoy perdiendo la fe en que 'Bates Motel' llegue a ser en algún momento un apasionante relato que indague en los orígenes de un fascinante psicópata y no un desconcertante batiburrillo en el que en cualquier momento te pueden sorprender con otro caótico giro argumental que no tardará en ser olvidado en beneficio de la próxima locura perpetrada por sus guionistas. Y lo peor de todo es que pese a ello sigue resultando una propuesta demasiado light para la historia que nos está contando. Tampoco pido la enfermiza elegancia de 'Hannibal', pero esta extraña y poco estimulante ligereza no debería ser el camino a seguir.

En ¡Vaya Tele! | 'Bates Motel', una serie mucho más inofensiva de lo que debería

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