Para Sophie Turner, 'Juego de tronos' es una parte muy importante de su vida. No sólo es el proyecto que la ha hecho famosa y le ha permitido participar en 'X-Men: Apocalipsis', por ejemplo, sino que realmente ha consumido una etapa bastante larga de su vida. Rodó el piloto con 13 años y tiene ya 20, y en esas seis temporadas de la serie tanto ella como su personaje han sufrido una notable evolución.
Turner es uno de los mejores intérpretes de 'Juego de tronos', alguien que ha sabido manejar perfectamente el crecimiento de Sansa Stark, su personaje, de la niña ingenua que sólo pensaba en casarse con un príncipe, a la joven mujer que ha pasado por cosas terribles y se ha vuelto más pragmática y un poco más manipuladora. "Es menos pura", explicó la actriz en su paso por Madrid para promocionar el impresionante final de la sexta temporada, y contó algunas cosas interesantes en un encuentro con fans organizado por Movistar+.
Los planes de Sansa y Jon
"Queen in the North, Queen in the North". Con gritos de "la Reina en el Norte" fue recibida Sophie Turner en dicho encuentro, en el que se repasaron algunos de los momentos más decisivos de Sansa en esta última temporada de la serie. Turner, por ejemplo, confesó que aún no había visto el ya célebre décimo episodio porque quería verlo como una fan. "Es una serie increíble de ver sin saber lo que pasa", apuntó, añadiendo que sólo lee las partes de los guiones en las que aparece Sansa justo para no saber qué pasa con el resto de personajes.
Sophie Turner reconoció que el viaje de su personaje en estas últimas temporadas había sido complicado porque "es difícil ponerse en ese estado mental durante seis meses, de alguien muy golpeado y humillado". Pero también señalaba que "ahora ya estoy en la parte divertida, ella es más fuerte, es casi una líder". La evolución de Sansa hacia la joven que intenta aconsejar a Jon en su enfrentamiento con Ramsay, y que se ve tentada por la oferta de Meñique de hacerla prácticamente reina de Poniente a su lado ha dejado al personaje en una situación muy interesante de cara a la séptima temporada.
Para Sansa, es gratificante tener algo de control, tener relevancia en la historia. Sophie Turner comentaba que el final de la temporada "es la primera vez que no tiene que pelear, y pelear y pelear con Meñique por tener el control". Jon reconoce su importancia en la toma de Invernalia, pero eso no va a impedir que, a lo mejor, no vaya a haber ciertos problemillas en su relación más adelante, sobre todo por esa presencia allí de Petyr Baelish. "Sansa no está con Meñique porque le guste, está con Meñique porque es un gran aliado (...). Lo tiene en el bolsillo (y lo usa)", resumía Turner.
Y aunque entre los dos hermanos Stark podría haber ciertos celos, hay algunos espectadores que han creído ver cierta tensión romántica entre ellos, algo que la actriz descartaba de plano: "es 'Juego de tronos', pero no creo que pase. Sería muy raro para todo el mundo".
La escena de la temporada
Esa frase con la que Sophie Turner resumía el viaje de Sansa, "es menos pura", se aplica perfectamente a una de las escenas más impactantes de la sexta temporada: la muerte de Ramsay. Miguel Sapochnik, el director del noveno capítulo, explicaba a Entertainment Weekly que la toma en la que Sansa se queda viendo cómo los perros de Ramsay lo devoran era su escena favorita de los episodios que había dirigido en la sexta temporada, y para Turner también es un momento muy importante. "Cuando se queda mirando un poco más de la cuenta, lo disfruta demasiado", señalaba la actriz, que aclaraba "pero es una Stark de corazón. No va a convertirse completamente en Cersei".
Turner reconoció que, para Sansa, "fue de lo más gratificante. Todo el arco de Sansa iba a ese punto" y que, como actriz, para ella "fue mi día favorito en el set", explicando que "tardamos mucho en hacerlo porque sabíamos que era un gran momento", sobre todo la ligera sonrisa de Sansa al alejarse de la celda de Ramsay. Pero ese crecimiento en Sansa, esa superación de las adversidades, ¿qué les parecería a Ned y Catelyn Stark? "Estarían muy orgullosos de ella", respondía Turner, explicando que "ya no es tan ingenua. Es lista y una manipuladora, pero está haciendo lo correcto, tiene la moral de los Stark".
¿Pero quiere Sansa ser Reina en el Norte, o estar al lado de Meñique si éste cumple su plan de subir al Trono de Hierro"?: "No quiere ser reina. Fue su sueño, pero lo ha abandonado".
Sophie Turner habló de más cosas con los fans. Contó, por ejemplo, que le encanta trabajar con Gwendoline Christie (Brienne) porque "es hilarante" y que "es el poder femenino encarnado". Además, apuntó que "diría que Tormund y Brienne harían buena pareja, pero no creo que sea algo consentido". Y respecto a la propia relación de su personaje con los hombres, comentó que "lo ha intentado tanto con los hombres, y todos acabaron siendo psicópatas sádicos, gays o 20 años mayores que ella", aunque reconoció que con Tyrion sí podría haber habido una gran relación.
La actriz mostró tener un sentido del humor un poco retorcido también, al decir que su lado sádico preferiría ver a Meñique sentado en el Trono de Hierro, o que "me gustaría interpretar a Joffrey o Ramsay. Ser malo es más divertido y tienen grandes muertes", y también dejó su top 3 de muertes favoritas: "Como espectadora, Joffrey. Como actriz, Ramsay. La peor, la Boda Roja".
Y hablando de muertes, Turner desveló que, cuando David Benioff y D.B. Weiss van a avisar a alguno de los protagonistas principales de que va a morir, lo llaman por teléfono y lo invitan a cenar. "Nunca quieres ir a cenar con los productores", señaló entre risas.
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