Para ser la primera serie del llamado "arrowverso", el universo de superhéroes de DC que se emite en CW, de un tiempo a esta parte estamos viendo cómo 'Arrow' se va quedando atrás. Tanto las aventuras de 'The Flash' como las de 'Supergirl' le superan en interés y buen hacer y, aunque haya que darles de comer aparte, 'Legends of Tomorrow' es una tontería que merece la pena.
Con esa línea de héroes que quieren serlo y que son admirados por los conciudadanos, 'Arrow' parece destacar por todo lo contrario. Sigue, aun en la sexta temporada, en una etapa de vigilantismo con el recelo de parte de la ciudadanía de Star City. La serie protagonizada por Oliver Queen (Stephen Amell) es el espejo de la DC del cine, pero servidor ya está un poco cansado.
Tras el trágico final de la quinta temporada, con ese momentáneo enésimo regreso a la Isla, uno hubiera esperado que después de que Adrian Chase realizase su explosivo acto final las cosas hubieran cambiado lo suficiente como para encontrarnos con un terreno lo bastante nuevo como para que podamos hablar de un, por otro lado necesario, minirreinicio.
Nada más lejos de la realidad. El comenzar del sexto año de 'Arrow' nos devuelve a Star City, meses después, para ver que todo siga más o menos igual excepto porque Thea está aparentemente muerta (ya se sabe que en el mundo de los superhéroes la muerte no es definitiva). Oliver Queen debe seguir compaginando su labor de alcalde con la de vigilante, aunque acabará viendo que es necesario dar un paso atrás.
En el primer episodio de la sexta temporada de 'Arrow' se le ve a Marc Guggenheim con intenciones de mostrar cómo marcaron a los compañeros de aventuras de Green Arrow lo ocurrido en la Isla. Pero parece que las intenciones se han quedado en eso: en una leve transformación de los personajes que podía haberse dado tanto por el final de la quinta temporada o por haberse cogido una indigestión en unas vacaciones.
Una de las principales novedades de esta nueva temporada es que por fin decimos adiós a los tediosos flashbacks. O, por lo menos, tal y como los conocíamos hasta el momento. Este modo de explorar lo que pasó cinco años antes (el lapso desde el naufragio hasta el regreso a Starling City) acusaba en las últimas tres temporadas de un agotamiento de ideas preocupante.
Una vez cubiertos esos cinco años personalmente deseaba que los guionistas se hubieran olvidado de los flashbacks. Pero la realidad es otra. Seguimos teniéndolos pero en este caso están sirviendo para cubrir un poco de lo que pasó después de la explosión de la Isla y, por otro lado, tienen la intención de reforzar las historias personales de cada personaje. Esto hace que cada episodio esté más ligado y que estos flashbacks aporten bastante más que antes a la trama en sí.
Una vez se asumen cambios en los personajes y las subtramas que mueven la serie son prácticamente cosméticos (que si Oliver se plantea cosas respecto a su vida de Vigilante, que si Felicity está lista para comenzar una nueva empresa de tecnología, que si hay preocupación sobre Quentin Lance y la connivencia de la policía y los héroes de la ciudad...) con excepción de ver a John asumiendo el manto de Green Arrow, podemos comprobar que 'Arrow' se ha instalado en la comodidad y en la simpleza.
Simpleza en cuanto a ausencia de complicaciones a la hora de trazar las líneas maestras de la serie y comodidad en cuanto a que ya tienen el molde hecho y para qué cambiar. En estos seis años, el equipo capitaneado por Guggenheim ha entrado en esta dinámica y esto unido a que la configuración actual del grupo de héroes en torno a Green Arrow tiene ya buenas tablas, resulta en una buena fórmula que, de tanto usarse, está gastada.
Tener esta fórmula da pie a no incentivar ni las tramas ni al espectador. Y esto es algo que sufre 'Arrow' temporada tras temporada, sobre todo cuando se ponen a abusar del gran villano final. Este sexto año tiene pinta de que va a repetir esos altibajos tan característicos de la serie. Y la verdad, uno espera algo más de la decana del "arrowverso".
Ver 10 comentarios