Recordamos con nostalgia esta divertida sitcom protagonizada por un joven Frankie Muniz que nos acompañó a muchos durante el desayuno
Nuevo fin de semana donde en Espinof nos dejamos llevar por la nostalgia que nos despiertan esas series y programas que marcaron nuestra educación televisiva. Hay casos, como el de hoy, que nos unieron a casi todos en las mañanas de los sábados de Antena 3: ya fueras al insti o te levantaras de resaca en tu piso universitario, nada mejor para desayunar viendo la tele que un disparatado y divertido episodio de 'Malcolm' ('Malcolm in the Middle').
El concepto de familia disfuncional no lo inventó ni mucho menos 'Modern Family'. La misma FOX experimentó antes con la situación en 'Matrimonio con hijos' y lleva 27 temporadas haciéndolo en 'Los Simpson'. En 2000, demostrando que eran los reyes de la nueva sitcom familiar, crearon un nuevo modelo con los Wilkerson.
Aunque muchos no los conoceréis por ese nombre; por caprichos de su creador, Linwood Boomer, el apellido familiar sólo se revela en el episodio piloto. Tal vez para transmitir la idea de que Malcolm y los suyos sólo eran una familia estadounidense de clase media-baja cualquiera. Y lo eran: mucho más creíble que las versiones azucaradas de los 80. Pero eso no quiere decir que fueran del todo "convencionales".
Echando por tierra los valores familiares
Todo empieza con la típica escena de cocina de una familia americana de tres hijos (después sabremos que son cuatro y, a partir de la cuarta temporada son cinco). Hasta aquí, todo "normal". Es decir, lo único normal. Porque no es lo típico que tu madre esté afeitando todo el vello corporal de tu padre justo al lado de tu vaso de leche.
O que la casa entera parezca una pocilga. Ni que alguien provoque un incendio cada dos por tres. Ni mucho menos que tu educación se base en una disciplina militar que incluye la tortura psicológica y otros drásticos métodos para lograr confesiones.
Precisamente apodada por su familia política "sargento de infantería", Lois (Jane Kaczmarek) no es tan mala madre como parece. Aunque su nevera no esté siempre llena ni la casa limpia o el jardín parezca el de los Monster. Hace lo que puede con una prole a su cargo de niños gamberros nivel "Jackass" y otro crío encerrado en el cuerpo de su marido Hal (Bryan Cranston, SÍ, Heisenberg); más que cabeza de familia, un pelele en manos de su mujer.
Pero en realidad es el más listo. Hal se deja la vida en el trabajo para poder cubrir los desperfectos y desastres provocados por Malcolm (Frankie Muniz) y sus hermanos, el descerebrado Reese (Justin Berfield) y el introvertido Dewey (Erik Per Sullivan). Pero en casa, prefiere dejar que sea Lois la que lleve las riendas y se preocupa más por librarse de las broncas que por echarlas.
Un genio entre "mediocres"
Pero no todo está perdido. Malcolm, el de en medio, resulta tener un cociente intelectual de genio, mayor que el de Albert Einstein. Por eso será el encargado de narrar las vivencias de esta familia en la que él es una excepción. Un bicho raro dentro de los raros, porque nadie le comprende. Por eso nos lo cuenta a nosotros, rompiendo la cuarta pared: otro de los muchos puntos de originalidad de la serie, que también tira de recursos de edición para darle más comicidad.
En cuanto a las tramas, lo novedoso es que no son los valores familiares a los que estábamos acostumbrados, no es ni políticamente correcta y sí, Lois ha odiado a todos y cada uno de sus hijos al principio. Pero es una relación de amor odio, como bien resume esta frase:
"¡Es imposible hablar contigo, me pones de los nervios! A veces te rompería el cuello... ¿Te han llegado mis galletas?"
Aún con todo, siete temporadas después, Lois y Hal han triunfado como padres: Malcolm acaba estudiando en Harvard a pesar de la ajustada economía familiar. Reese llega lo más alto que se puede esperar de él (conserje de instituto) y Francis acaba descubriendo qué es un trabajo.
Lo que no han aprendido, después de cinco hijos, es de qué va eso del control de natalidad. Una vez que han conseguido echar a tres de casa, todo vuelve a empezar cuando descubren entre gritos de terror que el sexto está en camino. Quién sabe, tal vez fuera la niña, aunque nunca lo sabremos.
¿O sí? Frankie Muniz ha manifestado sus deseos de ver de nuevo la serie en pantalla con una secuela que nos revelaría ese detalle, además de darnos el regalo de ver otra vez a Bryan Cranston en este mítico papel y descubrir a un Malcolm en la crisis de la edad adulta ('Malcolm In The Mid-life Crisis'). Pero dejad de soñar. El actor aclaró que sólo es una idea y no hay ninguna negociación realmente sobre la mesa.
En todo caso, estamos con él, queremos que vuelva Malcolm. Y Cranston también, al parecer, si bien ha declarado que deben encontrar una gran idea.
El final alternativo de 'Breaking Bad'
Además de comprobar que aguanta perfectamente el paso del tiempo, lo mejor de volver a ver 'Malcolm' (disponible en Disney+) es hacerlo con los ojos de 'Breaking Bad', observando a ese personaje de Bryan Cranston que es casi una broma, sabiendo lo que llegará a ser después. Es en ese momento cuando aún lo valoras más como actor. Dos padres, dos familias y dos mundos.
Que se unieron gloriosamente en el sketch que podéis ver más abajo, tras el final de 'Breaking Bad', en el que Walter White tenía una segunda oportunidad en la vida y su trágico destino se transformaba... en otro peor. En 'Padre de Familia' ('Family Guy') también le dieron otra opción con este particular chiste que vimos en el televisor de los Griffin; en la línea violenta y ofensiva de la popular comedia animada, por supuesto.
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