'American Horror Story: Coven', las brujas toman el control

De nuevo se ha cumplido el ritual al que ya nos estamos acostumbrando en torno a 'American Horror Story'. Después de un buen número de tráilers emitidos, publicados con cuentagotas para causar la máxima expectación posible, el equipo liderado por Ryan Murphy ha vuelto a reiniciar su ficción sobre el terror, esa que en su primera temporada nos llevó a una casa encantada y que el año pasado se centró en un manicomio. Ambas historias nos dejaron con buen sabor de boca y demostraron que una misma serie podía mostrarnos una historia totalmente diferente con el inicio de su nueva temporada.

Con esa seguridad garantizada, el estreno de 'American Horror Story: Coven' ha llegado acompañado de menos incertidumbre que la que tuvimos el año pasado. Todas las noticias y todo lo que íbamos conociendo relacionado con este estreno nos hacía pensar que estábamos de nuevo ante una temporada con potencial, que podría estar a la altura de las otras dos. El primer episodio emitido de 'American Horror Story: Coven' también se mueve en torno a esa idea, ya que la ficción nos ha mostrado que vuelve con ganas de reinventarse, dando inicio a una trama de episodios que cuenta con una serie de puntos fuertes que, si son explotados con acierto, tienen la capacidad de hacer que disfrutemos como ya hicimos con las anteriores propuestas.

Si hemos sido fieles a las dos primeras temporadas, a estas alturas no nos queda más remedio que rendirnos a los pies de la presentación de ese grupo de brujas, que rescata lo mejor del reparto femenino con el que ha contado la ficción hasta la fecha. Ver a Jessica Lange como una bruja enganchada a la cocaína y obsesionada con la eterna juventud hace que nos frotemos las manos ante las buenas vibraciones que desprende, algo que también ocurre con el resto de personajes que hasta ahora nos han presentado.

La ficción también ha sabido demostrar que sabe acertar con la elección de caras nuevas, provocando que Kathy Bates aparezca como una digna rival de la hegemonía que han tenido los personajes de Lange en las anteriores temporadas. La bruja que interpreta Bates, despiadada y racista, cuenta con ingredientes que seducen desde el primer minuto, y se ha acomodado perfectamente en torno a lo que pretende ser la ficción con esta nueva vuelta de tuerca. Y, como podíamos esperar, el duelo entre las dos actrices está garantizado, uno de los manjares más esperados de la presente temporada.

Llama la atención que se repitan actores una y otra vez pero que sus personajes no provoquen que echemos de menos ninguno de los papeles que se han interpretado en el pasado. Solo la aparición de Taissa Farmiga y la relación que ha iniciado con el personaje de Evan Peters provoca que tengamos un déjà vu inevitable con los personajes que interpretaron en la primera temporada. Aún así, este primer episodio ha dejado un sabor de boca muy dulce, sentando las bases de una historia que, por el momento, ha perdido ese elemento de confusión que los anteriores capítulos sí lograban causar en el espectador. La historia expuesta en el primer episodio ha sido la que se ha iniciado de forma más coherente, lo que nos hace pensar que quizá ese sea un recurso que no se explote demasiado este año.

Eso no significa que 'American Horror Story: Coven' haya perdido calidad. Mantiene su toque característico en la fotografía y en el uso de la música, ambos recursos usados con maestría para ofrecer una ambientación que de nuevo resulta cautivadora. La propuesta por perturbarnos también ha quedado patente, sobre todo después de las imágenes de las torturas o la práctica de algunos de los poderes, dando como resultado algunas de las mejores escenas que ha ofrecido este arranque. Apoyada en un reparto de lujo, 'American Horror Story' ha regresado para seguir jugando con nuestros miedos y todo parece indicar que puede volver a conseguirlo por tercera vez consecutiva.

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