Karen Gillan es Amelia Pond. Espero por el bien de su carrera que algún día deje de relacionar de forma automática el nombre con la compañera de ‘Doctor Who’ pero ahora es la razón por la que es popular. La relación entre ella y el Doctor era muy estrecha y no teníamos muchas pelirrojas guapas en televisión (no porque las pelirrojas sean feas sino porque son escasas) y su química con Matt Smith la hicieron un personaje imprescindible dentro del universo seriéfilo.
El romance entre ella y el clásico británico, sin embargo, llegó a su fin. Tocaba cambiar el rumbo de su carrera, como también tenía previsto hacer Smith, y ha optado por desembarcar en Estados Unidos. Es la gran ventaja de que los americanos ahora se fijen en ‘Doctor Who’, que hasta abre puertas en este mercado. Pero ‘Selfie’, claro está, no es el proyecto en el que queríamos verla.
Si digo que es una adaptación (muy, muy) libre de ‘My Fair Lady’, quizá algunos le perdonen un título tan contemporáneo como caduco. El slang social pasa de moda casi tan rápidamente como un hashtag o por lo menos pierde el factor molón. Pero la decepción es verla en un papel que no aprovecha al máximo su potencial, uno en el que no está cómoda del todo y ver que su material tampoco la ayuda.
El complejo Kardashian
En esta versión, ella es Eliza Dooley, una antigua niña fea que se ha reconvertido en una comercial sexual, superficial, criticona, exitosa y vestida y pintada como una mona. Directamente la presentan como esa chica con miles de seguidores en instagram, que marca tendencia y que podría pasarse horas haciéndose fotos, como si fuera Kim Kardashian.
Pero cuando el karma le da su merecido a bordo de un avión, decide que quizá debería cambiar su conducta. Aquí es donde entra John Cho, experto en cambiar la imagen de un producto pero con dificultad para vivir las oportunidades que le ofrece la vida. Tenemos, por lo tanto, otro relato sobre la chica maleducada que precisa que un hombre (en este caso poco) mayor la ayude a mejorar, sin que él sea consciente de hasta qué punto necesita su ayuda.
El problema es que Gillan no termina de encajar en el personaje de Eliza. Quizá porque finge el acento de una americana pija, se nota que no está cómoda del todo en el personaje y justamente brilla cuando su personaje deja entrever que hay un corazón detrás de tanto maquillaje. Cho, en cambio, encaja desde un primer instante y demuestra que, si no ha brillado antes, es porque no habían sabido darle un papel que le aprovechase. Su participación en ‘Go On’, ese vehículo a mayor gloria de Matthew Perry, fue una pérdida de tiempo.
Una guionista sin gol
La culpa, que conste, tiene bastante que ver con la persona detrás del guión. Emily Kapnek tendrá cierta reputación por crear ‘Suburgatory’ pero también es una mujer terriblemente inconstante. Esa serie, que parecía ser un ‘Chicas Malas’ televisivo, se quedó en una comedia que jamás aprovechaba sus personajes y situaciones. No entendía el timing de las sitcoms (incluso las single-camera sin risas enlatadas). Y ‘Selfie’ adolece del mismo defecto.
‘Selfie’ requiere que Gillan se haga con el control de su personaje y que aprovechen sus escenas con Cho, que funcionan. Esto es probable y hará aumentar la serie, ni que sea porque soy de los que opinan que Gillan es una preciosidad. Pero Kapnek también debe hacer sus deberes y, si con ‘Suburgatory’ nunca supo encontrar el punto a sus bromas, me hace dudar que esto sea posible aquí. Aunque, por el bien de Gillan y Cho, esperemos que esto suceda.
En ¡Vaya Tele! | La química hace que 'A to Z' merezca la pena
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