Lo más habitual, cuando se habla de 'Agents of SHIELD', es comentar su posición dentro del MCU de Marvel. De las (pocas) series que la estudio tiene en antena, es la que está más atada a ofrecer cierta continuidad a las películas, cuando éstas actúan como si la serie tuviera lugar en un universo paralelo. Esa posición de servidumbre se ha reforzado con 'Vengadores. La era de Ultrón', y lo complicado para sus showrunners, Jed Whedon y Maurissa Tancharoen, es mantener una serie con sus propias señas de identidad.
En esta segunda temporada recién finalizada, se puede decir que lo han conseguido. Sigue teniendo una agenda que cumplir dentro del plan de dominación mundial de Marvel, en este caso, presentar a los Inhumanos, que tendrán su propia película en 2019, pero al menos se ha seguido un camino más interesante. No se ha vivido el mismo terremoto que causó 'Capitán América. El soldado de invierno' en el final de la primera temporada, pero 'Agents of SHIELD' se ha afianzado en su camino.
Los Inhumanos y 'Agents of SHIELD'
La introducción de esos híbridos entre alienígenas y humanos, con habilidades sobrehumanas, viene preparándose desde la primera temporada, con la misión de Garrett y el convencimiento de Raina de que tenía un destino especial, y ha funcionado porque estaba centrada en un personaje principal de la serie; Skye. El misterio sobre sus verdaderos padres forma parte de ella desde el piloto, y tras su transformación en Quake (capaz de generar terremotos a voluntad), ha sido la reconexión con ellos lo que ha impulsado buena parte de la recta final de la temporada.
No es que los Inhumanos hayan aportado la misma chispa que la revelación de Hydra, pero el drama familiar entre Skye/Daisy Johnson, su trastornado padre y su manipuladora (e inmortal) madre ha tenido sus cosas interesantes. El dilema de Skye sobre cuál de sus familias debía escoger (la biológica, que en realidad nunca tuvo, y la "postiza" de SHIELD, que ha cuidado de ella), aunque un poco obvio, aportaba sus toques más emocionales a la historia y, de paso, nos permitió explorar un poco más el pasado de Melinda May.
Ese capítulo en el que descubrimos por qué se ganó el mote de la Caballería ha sido uno de los mejores de la serie, ayudándonos a comprender mejor a May y culminando la labor de mayor profundización en los personajes que ha hecho esta segunda temporada. Ha funcionado con ella, con Skye y hasta con Simmons, pero el camino de recuperación de Fitz de sus secuelas no ha sido igual de interesante, y Coulson se ha mantenido igual que en la primera temporada.
La verdadera SHIELD
Aunque los Inhumanos han resultado entretenidos (las maniobras en la sombra de Raina, y cómo acaban volviéndose contra ella, siempre funcionaban), donde 'Agents of SHIELD' ha seguido rayando a buen nivel ha sido en su lado de película de espías con la persecución de Hydra y el descubrimiento la SHIELD Real. Esa otra facción de la agencia, que se reconstruye sin saber de los planes de Nick Furia, tenía su parte de razón cuando le echaba en cara a Coulson que tuviera tantos secretos y que se dejara llevar por sus sentimientos hacia Skye. Hasta sus propios aliados dudaban al principio de la temporada de que pudieran confiar en Coulson.
Es verdad que las dobles y triples "traiciones" de personajes como Bobbi (que ha sido un gran añadido para la serie) se quedaban al borde del exceso, pero es en esa necesidad de cuestionarse qué SHIELD quieren reconstruir donde se han visto algunos de los mejores momentos de la temporada. Ahí y en la caza de Grant Ward, cuya motivación de venganza personal también le confiere otra dinámica a 'Agents of SHIELD', una dinámica que toca más personalmente a todos los personajes.
Una serie mejorada
La segunda temporada le ha sentado bien a 'Agents of SHIELD' también en aspectos más formales como las escenas de acción (desde esa May contra May en un hotel, a la entrada de Skye en un complejo de Hydra rodada en una sola toma, y con aire de videojuego FPS) o en la manera en la que arrancaban algunos episodios. La presentación de Simmons cuando aún estaba infiltrada en Hydra, a los sones de 'God help the girl', es una muestra de ello.
La serie ha dado mayor protagonismo a sus personajes femeninos (que son los que mejor funcionan), y hasta ha dejado a uno de ellos como centro del cliffhanger con el que acaba una temporada que parece apuntar al cierre de una etapa. La creación de esa nueva división de gente con superpoderes puede llevar a 'Agents of SHIELD' por un camino diferente el año que viene, y según cómo manejen esa trama, puede ser entretenido ver cómo los agentes liman sus reticencias hacia esas personas. O las refuerzan.
En ese aspecto, ¿qué va a pasar con Simmons? ¿También adquirirá poderes cuando logre salir de ese artefacto Kree? ¿Hasta qué punto esa amenaza alienígena va a determinar el curso de la tercera temporada? El último capítulo se cierra con esa penetración del polvo de los cristales terrigénicos en la vida cotidiana, insinuando que Skye va a tener mucho trabajo a partir de septiembre. ¿Se entrelazará la venganza de Ward con la captación por parte de SHIELD de esas personas con poderes? Decía un crítico estadounidense que 'Agents of SHIELD' nunca llegaría a ser, probablemente, una gran serie, pero que en esta segunda temporada ha sido lo suficientemente entretenida y ha tenido rachas buenas. Eso puede bastar. ¿A quién hay que sobornar para conseguir el bocadillo de jamón, mozzarella y pesto de Simmons?
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