Mañana se presentan los nominados a los premios Emmy de este año y aprovechando la ocasión me salgo un poco de la línea de artículos que he escrito hasta ahora para hablar de las mesas redondas que organiza The Hollywood Reporter desde hace unos años. Aprovechando que actores, actrices, guionistas, showrunners y demás equipo creativo de las series tienen unas semanas libres entre temporadas, reúnen en pequeños grupos a algunos de los nombres más influyentes para que charlen sobre temas en torno al mundo televisivo en general y de sus series y experiencias en particular. Tener la oportunidad de escuchar a este perfil de invitados es realmente interesante para un seguidor y amante de las series, y he considerado adecuado reflexionar sobre algunos de los asuntos tocados en estas mesas a la vez que los acerco los vídeos a aquellos para los que el idioma sea una desventaja.
Comienzo con la mesa de las actrices de drama, que reunió a Mireille Enos (‘The Killing’), Claire Danes (‘Homeland’), Emmy Rossum (‘Shameless’), January Jones (‘Mad Men’), Juliana Margulies (‘The Good Wife’) y Kyra Sedgwick (‘The Closer’).
Más allá de anécdotas divertidas como January Jones y su prueba de casting para ‘El Bar Coyote’ (2000), en la que tuvo que simular un baile con barra de striptease sin barra, es muy esclarecedor cuando comparten las dificultades de los ritmos que impone la producción en televisión.
En cine el proceso es más progresivo, cerrado y temporal mientras que en televisión los tiempos son mucho más ajustados y los guiones están constantemente en revisión. Cuando se introduce o modifica una secuencia de un guión ya definitivo, a ese material nuevo se le llama separata (también utilizado para referirse a la selección de secuencias que se van a rodar en una determinada sesión y que suelen imprimirse a parte y estar a disposición de todo el equipo de rodaje).
Memorizar primero, interpretar después
Juliana Margulies cuenta cómo una noche puede acostarse con sus separatas del día siguiente aprendidas para por la mañana encontrarse que han cambiado. A esto hay que añadirle la densidad y tecnicismos que tienen algunos papeles como señalan Claire Danes y Kyra Sedgwick con respecto a la jerga policial o la propia Margulies y su verborrea legal.
Habitualmente no somos conscientes del trabajo que requiere este tipo de papeles con un lenguaje y vocabulario tan específicos, con gran cantidad de texto que como señalan ellas, primero han de aprender e interiorizar al completo antes de poder jugar con ello e interpretarlo. Cuenta Emmy Rossum que la forma de John Wells, showrunner de ‘Shameless‘, de fomentar la naturalidad en la serie es no hacer uso de escaletas, algo entendible con una serie tan coreografiada y dinámica, pero que puede resultar una pesadilla para un actor.
Por cierto, imperdible el momento en el que Juliana Margulies, con mucho entusiasmo, recomienda a todas ‘Rehersal 2’ para el iPad, la Aplicación Definitiva para un actor, al parecer.
La conciliación de la familia, la maternidad y la carrera profesional es un tema siempre de actualidad que no esquiva a estas seis actrices. El glamour y la idealización que hay en torno al mundo del espectáculo suele hacernos olvidar que a nivel personal ellas también deben equilibrar sus vidas y las madres de la mesa coinciden en sentirse afortunadas por su éxito y su trabajo pero a la vez agobiadas por sus deberes como madres y dolidas estar separadas de su familia. Además entran aquí en juego las presiones de género y confiesan verse frenadas a comunicar sus desacuerdos por miedo a ser tachadas de bitches exigentes o de incompetentes incapaces.
Seguimos con el drama pero esta vez con esas mentes que nos hacen sufrir con el próximo giro de trama de turno a los finales de temporada crueles: Los showrunners, con Howard Gordon (‘Homeland’), Shonda Rhimes (‘Anatomía de Grey’), Terence Winter (‘Broadwalk Empire’), Vince Gilligan (‘Breaking Bad’), Stacey Wilson (‘The Walking Dead’) y Veena Sud (‘The Killing’).
Empezando con un tema ligero, hablan sobre cómo se enfrentan la muerte de un personaje y cómo lo afrontan con el actor que lo interpreta. Stacey Wilson y Terence Winter sacan a relucir un tema vital que es el propósito de las muertes. Una vez que la historia de un personaje está agotada, la muerte (figurativa o literal) es necesaria para la narración y, por mucho que guste un personaje o un actor, llega un punto en el que has de ser fiel a la historia, como también apunta Vince Gilligan con respecto a un personaje de la cuarta temporada de ‘Breaking Bad‘.
La muerte de un personaje no debería ser algo con intenciones puramente efectistas, algo que ocurra para llamar la atención del espectador o provocar un enganche sino que debería estar inspirada por la creación de nuevas tramas y emociones a raíz de dicha muerte. Desgraciadamente, la coherencia interna y las necesidades de la historia muchas veces pierden la partida en favor de exigencias de las cadenas y presiones por las audiencias.
Con internet y la inmediatez de las redes sociales, mantener las muertes o cualquier otro giro, sorpresa o resolución de trama cada vez es más complicado. Hacen hincapié en esas personas totalmente entregadas a descubrir y desvelar esos secretos, dispuestas a revolver en los contenedores buscando guiones o cualquier tipo de pista. Pero han sabido adaptarse. Shonda Rhimes cuenta, y otros confirman, tener contratado a un becario que escribe separatas falsas. Es una práctica excelente para un aspirante a guionista y además confunden a los stalkers, win-win.
Los peligros de las influencias, referencias y cultura audiovisual
No hay duda que para ser un buen narrador de historias hay que leer mucho, ver mucho cine si quieres hacer cine y mucha tele si quieres hacer tele. O mejor todo; leer, ver, escuchar… Pero ésta necesidad lleva irremediablemente a un problema que hemos sufrido todos los que hemos intentado crear algo y es hasta qué punto te ves influido por tus referencias y por tu imaginario.
Es habitual toparse con el consejo de “escribir sobre lo que sabes” pero en ocasiones ese proceso es algo tan inconsciente que alcanza un extremo en el que llegas a temer el plagio inintencionado. De esto hablan los propios Gilligan y Winter, quien incluso afirma que le ha sucedido con vivencias pasadas propias o de amigos que incorpora en sus series actuales sin advertir su procedencia y se ven acorralados por los protagonistas reales. Escribir de lo que uno sabe pero sin saberlo, el colmo ¿no?
Pero no todo va a ser drama en esta vida, y para ello tenemos la mesa redonda con Ty Burrell, Jesse Tyler (ambos de ‘Modern Family’), Don Cheadle (‘House of Lies’), Johnny Galecki (‘The Big Bang Theory’), Max Greenfield (‘New Girl’) y Ed Helms (‘The Office’). El ambiente de comedia se hace de notar desde el primer momento en esta reunión, con abundantes y divertidos arrebatos de caos de apuntes cómicos que van haciendo bola cada vez que alguno de los invitados añade un chiste nuevo; una dinámica repleta de humor y buen rollo.
En estos últimos años hemos sido testigo de un cambio en el formato de las sitcom. Lo que solían ser pocos decorados, un reparto reducido, público en directo y multicámara ya no es la norma, y cada vez vemos más series single camera, con más exteriores, sin risas enlatadas y sin miedo a innovar en la forma de exponer las tramas (flashbacks, mockumentary…). Esta evolución ha sido protagonista sobretodo en cable, donde hay más libertad para arriesgar y testar nuevas fórmulas.
Sin embargo, la conductora del debate saca a relucir una realidad interesante y es que el progreso de las networks en éste sentido es cada vez más notable y una prueba de ello es la frecuencia cada vez más relevante de estas comedias en los Emmy y otros premios televisivos. Sin ir más lejos, en 2011 todas las nominadas a mejor comedia procedían de una network. Jesse Tyler atribuía el éxito en este caso al mundo del cable, que había hecho ver que otra comedia más original y fresca era posible para las grandes audiencias.
Un reino sin su rey
Ed Helms se ha enfrentado este último año a llenar los zapatos de Steve Carell tras la marcha de su personaje, Michael Scott. Siempre que una serie se enfrenta a la obligación de sustituir o despedir a uno de sus personajes principales, los seguidores desconfían, sobre todo cuando se trata de un personaje carismático o el pilar sobre el que se sostienen el resto de protagonistas. No es fácil ocupar el puesto de Grissom o encontrar sustituta para un personaje tan peculiar, con tanta presencia y tan vital para la dinámica como Brenda Jonson en ‘The Closer‘, aunque sea en un spin off. Llegar a este punto es arriesgado por ese sentimiento de “sin X, la serie no es la serie” y sin embargo algunas se han atrevido incluso a cambiar elencos enteros, como ‘Skins’.
Ed Helms asegura haber vivido su ascenso al trono de Dunder Mifflin como un proceso progresivo en el que todo ha ido adquiriendo sentido por sí mismo y no puedo estar más de acuerdo. Las comparaciones son odiosas, pero los guionistas de ‘The Office‘ han sabido manejar la situación de tal forma que no comparamos a Helm con Carell ni a Andrew Bernard con Michael Scott, y eso es una gran victoria.
En relación a esto también hablan de cómo una serie sobrevive a ese tipo de cambios, incluyendo las habituales idas y venidas de showrunner. Apuntan una reflexión muy cierta y es que si el formato está bien definido, éste debería sobrevivir a este tipo de cambios. Pero me temo que no es todo tan sencillo. Es verdad que el formato puede sobrevivir pero, ¿y el contenido?
Cuando tienes un perfil creativo muy concreto asociado a un guionista o showrunner concreto, ¿Qué posibilidades hay de que unas directrices y “capítulos de ejemplo” sean suficientes para mantener el legado? Es complicado, no hay duda, y lo hemos vivido muchas veces. Con Sorkin en ‘El Ala Oeste’ o con Palladino en ‘Gilmore Girls’, por poner ejemplos dispares. Lo vamos a vivir con Dan Harmon en la próxima temporada de ‘Community‘. Me pregunto cuántos cambios de showrunner se nos han pasado por alto cuando no sabíamos lo que era y no existía internet. Probablemente todos.
De hecho, el último tema que quiero destacar tiene relación con esto y con la entrega total de los fans hacia sus series favoritas, que escudriñan cada cambio, cada detalle y la juzgan prácticamente a diario. Esto afecta mucho al día a día de actores y guionistas, que no pueden evitar sentirse influidos. Pero todo tiene su punto positivo y ya en la mesa con las actrices de drama surgió otro tema que los actores de comedia también comentan: lo conscientes que son de la conexión que se crea con el espectador. La televisión es un medio íntimo. Quizá no tanto como la radio pero entra en los salones y los dormitorios de las casas, es una relación realmente personal y profunda. Y claro, a raíz de esto tienen alguna anécdota divertida de cómo la gente les confunde y trata como si fueran sus personajes.
Y ya está bien por hoy ¿no? Esta semana me he pasado un poco, lo se, pero no he querido limitarme a señalar los temas sin reflexionar un poco a partir de lo que se habla en los vídeos, y mi verborrea me ha llevado a tener que dejar los tres restantes (Actrices de comedia, showrunners de comedia y actores de drama) para la próxima semana.
En The Hollywood Reporter | The Emmy Roundtrables
En ¡Vaya Tele! | Diccionario teléfilo: Showrunner