Cuando hace unos años Marvel y Netflix anunciaron uno de los planes más ambiciosos hasta la fecha en el mundo de la televisión (y prácticamente de la industria del entretenimiento), la elección de personajes se nos hizo un tanto extraña ya que quitando a Daredevil el resto no eran, podríamos decir, "de primera fila". El plan de las cuatro series "camino a Los Defensores" culminará el 17 de marzo con el estreno de 'Iron Fist'.
Antes de hablaros de mis impresiones sobre los seis primeros episodios de 'Iron Fist' puntualizar que esta crítica está libre de todo tipo de spoiler. Pero tranquilos, una vez estrenada os estará esperando en este, vuestro querido portal, un completo análisis en el que entraremos a fondo en cómo se desenvuelve la trama.
Como "capítulo final" de esta "Fase Uno" (por compararlo con 'Los Vengadores' y eso), el realizar 'Iron Fist' es una labor complicada. Un regalo envenenado que le dieron a Scott Buck (célebre por su trabajo en 'Dexter'), ya que tenía la labor de crear una serie con sentido propio pero que, a su vez, avance la trama ulterior del "Netflixverso".
'Iron Fist', super-zen
'Iron Fist' cuenta la historia de Danny Rand (Finn Jones), el joven heredero de una de las empresas farmacéuticas más importantes. Danny fue dado por muerto, junto a su familia, tras un terrible accidente aéreo en el Himalaya. Quince años después volverá a Nueva York para encontrarse con que la industria familiar ha pasado al control de Ward (Tom Pelphrey) y Joy Meachum (Jessica Stroup), hijos del socio de su padre, quienes no están nada convencidos de la verdadera identidad del recién llegado. Danny intentará zen-style recuperar lo que es suyo mientras combate una amenaza criminal que se cierne sobre la ciudad usando su inmortal puño de hierro y la ayuda de Colleen Wing (Jessica Henwick).
Tenemos, pues, una trama que entremezcla el drama familiar de los Rand y los Meachum con la necesaria superheroicidad que enlaza con elementos que hemos visto en series anteriores, sobre todo con la segunda temporada de 'Daredevil', y que, si no nos engaña Jeph Loeb (la cabecilla de Marvel Television), enlazará con 'Los Defensores'.
El inicio de 'Iron Fist' es renqueante. Es más, pondrá a prueba a todos los que miran recelosos al género de superhéroes y lo mismo espanta a los que 'Luke Cage' o la segunda temporada de 'Daredevil' dejó desencantados. El primer episodio es, probablemente, de lo más genérico e impersonal que he visto en mucho tiempo. No diré que es aburrido, porque a mí no me aburrió, pero casi con ese tonillo de telefilme de sábado tarde que tiene toda la "trama personal".
Eso sí, como suele pasar con estas series, según van pasando episodios la cosa se pone más interesante hasta el punto que necesito que llegue el viernes 17 para poder ver cómo continúa. Por tanto, recomendaría tener algo de paciencia con ella, aunque solo sea por ver a Colleen Wing en acción o ver algunas memorables escenas de kung-fu (recordemos que Iron Fist fue creado durante la kung-fumanía de los años 70 del s.XX).
Pero el problema fundamental de 'Iron Fist' es que es una serie sin personalidad. Y no estoy seguro de que tuvieran ganas de dársela. Me explico: a nivel de realización cada una de las series predecesoras tienen un sello, una combinación única entre luz de fotografía y la planificación de escenas y planos. La notoria desgana en este aspecto de la producción y el hecho de que no se aleje ni un ápice del abecé argumental de Marvel/Netflix despojan a la serie de gran parte del encanto que tienen el resto.
Lo visto hasta ahora de 'Iron Fist' me indican que es una serie hecha porque tenían que hacerla... lo cual no supondría ningún problema de no notarse tanto. Afortunadamente una vez pasado el "primer acto" (en el cuarto episodio), eso queda en un segundo plano y ya empieza a parecer que la serie merezca la pena. La duda es si, para el espectador, es demasiado tarde.
En ¡Vaya Tele! | Tráiler de 'Iron Fist'
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