En HBO lo tenían muy fácil para vendernos ‘30 monedas’, pues solamente con el hecho de estar firmada por Álex de la Iglesia ya se aseguraba como mínimo la curiosidad de muchos. A eso hay que añadir la particularidad de que se trata de una propuesta de terror épico, un concepto de lo más particular llamado a darnos muchas alegrías a poco que el autor de cintas como 'El día de la bestia’ o ‘Muertos de risa’ estuviese inspirado.
Cierto es que ‘Plutón BRB Nero’, la primera serie realizada por De la Iglesia, no pasaba de simpática, pero en ‘30 monedas’ ha contado con muchos más medios, por lo que ya no servía ninguna excusa para que lo que viésemos en pantalla no fuera la mejor versión posible de esta obra que se estrena hoy 29 de noviembre. Una vez vistos los ocho episodios de su primera temporada -está pensada para tener tres pero por ahora la segunda no ha sido confirmada por HBO-, solamente puedo aplaudir el resultado, ya que es una auténtica gozada que se devora con la misma avidez que un refresco bien fresquito en pleno mes de agosto.
Un cóctel peculiar
‘30 monedas’ arranca con una secuencia frenética, pero siendo justos, sus primeros episodios optan por un enfoque más equilibrado, presentando la mitología propia de este universo y jugando con diferentes elementos del cine de terror -De la Iglesia tan pronto se acerca al cine de John Carpenter como a ‘El exorcista’-, pero no como un capricho, sino para ilustrar el increíble poder de las fuerzas del mal que están intentando reunir las 30 monedas del titulo, con un toque más cómico, coqueteando con lo costumbrista a menudo.
En ese segundo apartado lo mejor de la función es un estupendo Miguel Ángel Silvestre como alcalde torpe que no termina de saber muy bien cómo reaccionar ante lo que sucede en su pueblo, un lugar hasta entonces de lo mas apacible en el que su mayor preocupación era atender a las peticiones de su esposa para sacar partido de las ventajas de su puesto. Luego es una pena que esto vaya perdiendo peso, pero el propio devenir de la historia lo convierte en inevitable, ya que la oscuridad va ganando peso en el relato hasta apoderarse de todo lo demás.
Eso sí, el terror tiene ya una fuerte presencia en el primer episodio, donde una impresionante Carmen Machi logra meter el mal rollo en el cuerpo, pero ahí se va produciendo una evolución curioso. Inicialmente hay más equilibrio entre lo intenso y lo ligero, lo cual poco menos que obliga a que las situaciones más contundentes se lleven más al límite. Luego, al ir adueñándose de la función, se puede optar por un clima tenebroso algo más pausado pero sabiendo cómo hacer llegar al espectador la idea de que algo perverso está sucediendo o a la vuelta de la esquina.
Las claves de '30 monedas'
Un factor clave en ese elemento más perverso está en el personaje interpretado con brillantez por Manolo Solo. Siempre ha sido un actor que me ha gustado mucho y me alegra verle en un papel tan destacado. Lo mismo me sucede con Eduard Fernández, probablemente mi intérprete español favorito al que siempre le ha faltado proyectos de perfil más acto para que su reconocimiento entre el público sea equiparable a su talento. Su arrollador -ojo a su presencia física- y carismático Padre Vergara, auténtico eje de la serie sin desmerecer la aportación de Silvestre y Megan Montaner, debería poner solución a ese problema.
Todo eso aparece reflejado por De la Iglesia sin sacrificar ese lado más excesivo que ha ido cogiendo su cine con el paso de los años, pero aquí hay una gran diferencia respecto a otras propuestas suyas, ya que en ningún momento se convierte en una celebración del exceso, sino como una consecuencia natural de lo que ha ido planteando. Al tener más tiempo para dejar respirar la historia, incluidas aquellas tramas de recorrido episódico, todo fluye de forma más efectiva y el impacto de esas situaciones en ningún momento parece estar fuera de lugar.
No tan loco me vuelve la fotografía de Pablo Rosso, aunque he de reconocer que en líneas generales funciona -aunque para meternos en situación es mucho más destacable la banda sonora de Roque Baños-. Eso sí, hay situaciones en las que el toque digital da un poco el cante. Nada que te llegue a sacar de lo que sucede, pero sí que no ayuda a realzarlo cuando esa debería ser su función y es probablemente la única pega que tengo para ponerle a la serie.
Por lo demás, todos los episodios funcionan muy tanto de forma individual como parte de un todo, ya que ahora mismo no se me ocurre que deje ningún cabo suelto en su desenlace respecto a lo que había ido planteando hasta entonces. Esto ayuda a dar una mayor unidad a la serie, pero lo realmente esencial es saber equilibrar aquello que va a tener un largo recorrido con lo que tiene un alcance más limitado, y ahí los guiones de Álex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarría son impecables.
Me quedaba la duda de cómo iba a funcionar un acercamiento más serio y directo al terror, algo con lo que De la Iglesia había coqueteado en varias ocasiones pero que solamente había abrazado de forma plena en la televisiva 'La habitación del niño'. Aquí se nota que HBO no ha escatimado en gastos y ha podido desarrollar a fondo sus inquietudes con la historia. Si hasta él mismo decía que “hay situaciones en '30 Monedas' que nunca podríamos haber rodado en una película”.
En resumidas cuentas
El otro pero que puedo ponerle a '30 Monedas' depende ya de HBO, porque la serie necesita de al menos una segunda temporada. Por lo visto, el plan es hacer tres, pero por el momento ni siquiera está confirmada su continuidad. Esperemos que eso se solucione pronto cuando '30 Monedas' consiga el éxito que se merece, que mi serie española favorita del año sigue siendo 'Antidisturbios', pero aquí encontraréis una gozada satánica de principio a fin que trae de vuelta al mejor Álex de la Iglesia.
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