En su momento, '24' fue una serie que pedía a gritos una despedida. Las ocho temporadas de la ficción se fueron amontonando llegando a pesar como una losa y provocando en el espectador un deseo de que la serie se marchara antes de que se convirtiera en una sombra muy borrosa de lo que fue. Pero, tras cuatro años de ausencia, era inevitable que su anunciado regreso provocara cierta expectación, en parte gracias a que la memoria es selectiva y hace que, al recordar una serie que ya no se emite, recuperemos los elementos positivos ofrecidos durante su existencia e ignoremos de forma deliberada los negativos.
Fox ha jugado con esta memoria selectiva a la hora de traer de vuelta '24', a través de una temporada reducida a la mitad de capítulos que veríamos en una temporada normal de la serie. Ahora tenemos la oportunidad de vivir un día más dentro del universo de '24', un hecho que no podía despertar más curiosidad para los que vivimos intensamente el transcurso de la ficción. Quizá por eso, la vuelta de '24' parece ser una continuación más de lo que dejamos de vivir en 2010, un regreso destinados a los fans que mantiene de manera firme la fórmula y estructura que nos presentó la ficción durante sus primeros ocho años de existencia.
En esta ocasión, '24: Live Another Day' nos lleva hasta Londres, donde encontramos a Jack Bauer en un estado que directamente se recoge como una evolución natural de lo último que vimos de él hace cuatro años. Buscado y temido por su propio país, Bauer sigue siendo ese personaje con su propia moral que se sigue tomando la ley por su mano, siempre con el objetivo de proteger su país frente a los que quieren atentar contra él. '24' nos enseñó que las decisiones derivadas de la política siempre tenían un doble filo y es a partir de aquí donde el personaje de Bauer se ha movido hasta posicionarse como un individuo solitario, sin amigos como el mismo afirma en este regreso, capaz de decidir por el mismo lo que está bien y lo que está mal.
Bauer sigue siendo '24', ya que en torno a su figura se establece el resto de elementos. Como no podía ser de otra manera se ha recuperado con acierto a Chloe O'Brian, que tampoco muestra signos de haber cambiado demasiado pese a su nuevo look. Uno de los aspectos más llamativos es ver hacia dónde se mueve la organización en la que está inmersa, una referencia a todo lo relacionado con el caso Snowden y la revelación se informes secretos que ponen en jaque la política internacional. Es una de las actualizaciones que trae de la mano '24', que no ha querido olvidarse de algunos de los aspectos más llamativos de la sociedad en la que vivimos, que también ha avanzado en estos cuatro años y que permiten jugar con las características más llamativas de la ficción.
Otro de los elementos recuperados del entorno de Bauer es la presencia de Audrey, convertida ahora en esposa de otro hombre y manteniendo su papel de hija del nuevo presidente de Estados Unidos. Por lo visto en los dos primeros episodios de nuevo estamos ante otro de los aciertos, al permitir seguir explotando una vía entre las que podemos extraer un poco de esperanza, necesaria si tenemos en cuenta el extremo en el que está colocado el antihéroe al inicio de '24: Live Another Day'.
Los dos primeros capítulos de la ficción vuelven a poner la miel en los labios de todos sus seguidores. Acción de primer nivel, giros destinados a sorprender, cambios de lealtades, conspiraciones políticas e incluso un nuevo presidente mostrando síntomas de problemas de salud. '24' ya ha ofrecido y explotado todos estos elementos, por lo que en este sentido no llega a presentar grandes novedades. Aún así, quienes hemos sido seguidores de su historia vemos en el regreso de '24' un regalo concedido en forma de temporada reducida, una manera de seguir, cuatro años después, exprimiendo la esencia de una ficción que dejó huella sin que de momento nos llegue a importar.
En ¡Vaya tele! | '24' deja el destino de Jack Bauer en el aire
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