Los superhéroes llevan ya varios años dominando tanto el cine como la televisión. En la gran pantalla, estas películas suelen acabar dominando los primeros puestos de la taquilla anual en el mundo, y en televisión, no dejan de aparecer series protagonizadas por vigilantes enmascarados. Se han vuelto tan habituales en ambos medios, que es inevitable que surjan las comparaciones sobre si son mejores las series de superhéroes o las películas.
En colaboración con nuestros compañeros de Blog de cine, a los que va a tocar defender las aventuras de los justicieros enmascarados en la gran pantalla, vamos a ofrecer 21 razones por las que la televisión es el lugar perfecto para los superhéroes. Y nos centraremos sólo en las producciones de Marvel y DC, con su universo compartido, la primera, y su separación entre cine y series, la segunda.
Más tiempo para sus historias
Se suele decir que la televisión es el medio idóneo para las adaptaciones comiqueras porque sus historias se dividen en episodios semanales, como ocurre con los tebeos. Y contar con de diez a veinte capítulos por temporada para desarrollar dichas historias permite que haya tiempo para establecer bien a los personajes y los "cimientos" de la trama, para preparar adecuadamente el clímax final y que, así, éste tenga un impacto mayor en el espectador.
Además, las series de superhéroes pueden utilizar el correr de las temporadas para profundizar en determinadas tramas que, al principio, sólo se habían insinuado, como ha hecho 'Agents of SHIELD' con los Inhumanos y la evolución de Skye hacia Daisy Johnson. Y buena parte de las siguientes razones que vamos a enumerar son todas consecuencias de que las series tienen trece horas, como mínimo, para contar lo que en una película hay que liquidar en dos.
Utilización de personajes poco conocidos
El cine de superhéroes se ha quedado con los personajes más famosos de los catálogos de Marvel y DC, así que la televisión ha tirado por secundarios menos explotados o por personajes poco conocidos por el gran público, pero con potencial, para centrar sus producciones. Y, en general, la jugada le ha salido bastante bien. Jessica Jones, por ejemplo, es una heroína con una historia detrás, y un periplo vital en los cómics, que demostró en su primera temporada en Netflix que eran perfectos para ser contados en una serie.
Y las series pueden rescatar y reutilizar personajes que no tendrían cabida en el cine. La manera en la que 'The Flash', por ejemplo, da una vuelta de tuerca a villanos clásicos del cómic, que en el pasado resultaron un poco kitsch, y consigue que sean amenazadores es digna de mención. Y no olvidemos que Harley Quinn, la gran revelación de 'Escuadrón Suicida', fue creada expresamente para 'Batman, la serie animada'.
Los villanos son mejores
Que una serie disponga de más tiempo para contar su historia redunda en que también tiene más tiempo para presentar mejor al villano contra el que tiene que enfrentarse el superhéroe protagonista. Es cierto que, a veces, los malos no acaban de estar a la altura de lo que se esperaba de ellos, pero generalmente, suelen ser más interesantes que los del cine.
Wilson Fisk en la primera temporada de 'Daredevil' es el ejemplo más claro; durante trece capítulos, se nos presentaron los paralelismos existentes entre Fisk y Matt Murdock en su lucha por mejorar Hell's Kitchen y llegamos a conocer tan bien al villano como al héroe protagonista. Algo similar puede decirse de Reverse Flash al principio de 'The Flash'. La serie se tomó su tiempo construyendo la relación entre ambos para que el conflicto terminara siendo mucho más personal y, por tanto, diera más emoción.
Los crossovers son divertidos
Los crossovers son una tradición del cómic de superhéroes. Los personajes se reúnen para luchar contra una amenaza común y, generalmente, al mismo tiempo tienen que afrontar sus propios problemas. Las series de DC en The CW son las que tienen mejor pillado el truco a estas reuniones, que se presentan como un evento y, además, suelen transmitir genuino entusiasmo por parte de todos los participantes. En televisión, además, se puede dar a todos los personajes su tiempo en el crossover, sin que alguno de ellos acabe pareciendo un extra glorificado.
Es cierto que las series de Marvel, al estar repartidas en diferentes cadenas, no son tan dadas a las reuniones de superhéroes, pero este año veremos a todos los de Netflix juntos en 'The Defenders'.
Los personajes evolucionan
La evolución de personajes a lo largo de las temporadas es una de las ventajas de las series, que pueden también mostrar con mayor profundidad las historias de origen de superhéroes y supervillanos. 'Gotham', por ejemplo, puede contar con detenimiento cómo se deteriora la ciudad y Bruce Wayne va creciendo y tomando las decisiones que lo convertirán, finalmente, en Batman, pero también nos enseñarnos cómo el Joker se transforma en el villano más imprevisible y aterrador.
Si vemos a un personaje en pantalla durante muchos episodios, es más fácil que sus reacciones a determinados eventos no parezcan que vienen de ninguna parte, y que dichos eventos lo afecten y lo hagan evolucionar, madurar. Lo más habitual en las series es que los superhéroes no estén formados desde el inicio, sino que vayan aprendiendo cómo ser quienes están llamados a ser.
No se olvidan del espectáculo
Los presupuestos que se manejan en televisión no pueden compararse a los del cine, pero no por eso las series se olvidan de dar espectáculo. Éste no depende tanto de grandes explosiones y despliegues de efectos especiales como de aprovechamiento de los recursos a su alcance. Ahí están las ya célebres peleas en plano secuencia de 'Daredevil', o las de 'Arrow' intercalando dos líneas temporales diferentes.
Los efectos especiales, de todos modos, han mejorado bastante. Los poderes de los Inhumanos en 'Agents of SHIELD' o los viajes por el tiempo y el espacio de la Wave Rider de 'Legends of tomorrow' lucen mucho mejor de lo que podrían haberlo hecho hace algunos años, y no se cortan a la hora de pensar grandes clímaxes para sus temporadas, ya sea Barry Allen desactivando un agujero interdimensional sobre Central City o Supergirl cargando con toda Fort Rozz sobre sus hombros.
El impacto emocional
Que las series dispongan de más tiempo para retratar a sus personajes y para contar sus historias no sólo consigue unos villanos más interesantes, sino que también permite que, cuando los superhéroes sufren algún revés, el impacto emocional sea mayor. Pasar varios capítulos conociendo a los protagonistas hace que los espectadores vean sus tragedias de una manera un poco más cercana que en el cine.
Tomemos como ejemplo la primera temporada de 'The Flash', con la obsesión de Barry por averiguar quién mató de verdad a su madre y el clímax final de su viaje al pasado. O la cuarta entrega de 'Arrow', con el destino de Laurel. O el enfrentamiento final entre Jessica Jones y Kilgrave, que tiene más peso emocional porque hemos tenido horas previas para conocer más en profundidad hasta qué punto Jessica está traumatizada por lo que él le hizo pasar.
Un humor bien utilizado
A las películas de DC se les achaca que son demasiado serias, demasiado oscuras, mientras a las de Marvel se les critica a veces que se van al otro extremo, a abusar de un humor un poco infantil. En general, las series tienen un manejo del humor mejor integrado. Los títulos de DC, y sobre todo 'The Flash' y 'Supergirl', tienen un tono más ligero y optimista, de oda al trabajo en equipo y la amistad, y 'Legends of tomorrow' apuesta por unas aventuras sin mayores pretensiones.
Por su parte, 'Agents of SHIELD' ha aprendido a equilibrar los toques cómicos con los aspectos más serios, y Jessica Jones despliega una ironía, muy de cine negro, que le va muy bien, pero es en las series de DC donde este aspecto se nota más. Hasta 'Arrow' sabe que un exceso de oscuridad y trascendencia acaba siendo contraproducente.
Los universos son sólidos
Las series de Warner/DC tienen una ventaja sobre las películas de la compañía, y es que han creado con rapidez un universo compartido sólido y que funciona. La introducción del Multiverso en 'The Flash' ha abierto la puerta a crossovers, referencias de unas series a otras y ha construido sobre la base que se puso, inicialmente, cuando Barry Allen fue presentado en un episodio de la segunda temporada de 'Arrow'. Excepto 'Gotham', que de momento está en su propia burbuja, todas las demás series de DC contribuyen a cimentar ese universo compartido (ayuda que casi todas estén en la misma cadena).
En cuanto a las de Marvel, las de Netflix han conseguido también crear un mundo compartido entre todas muy convincente. No sólo contribuye la localización geográfica de todas en Nueva York, sino la aparición de personajes como Claire Temple en varias de ellas, o que en todas se mencione el final de 'Los Vengadores' como un evento importante para sus tramas.
Héroes a pie de calle
Las películas de superhéroes pueden sentir la tentación de hacer que sus protagonistas se muevan casi en una realidad paralela, luchando contra villanos interdimensionales o creyendo semidioses. Las series optan por que sus protagonistas se muevan entre la gente corriente y tengan problemas de gente corriente, aunque tengan que pelear contra sus propios archivillanos y salvar el mundo. Este aspecto destaca más en 'Daredevil', 'Jessica Jones' y 'Luke Cage'. Los dos últimos ni siquieran tienen un traje ni otra identidad cuando utilizan sus poderes, a no ser que consideremos como tales las sudaderas con capucha de Luke.
Hasta Kara en 'Supergirl' tiene un trabajo poco superheroico en CatCo y, de hecho, valora bastante su vida "civil". Y para Barry y Oliver es casi tan importante solucionar los problemas que pueda haber con su familia o su equipo como derrotar al malo dev turno. Aunque 'Agents of SHIELD' esté tratando con Inhumanos, y en 'Gotham' sean los villanos los que tienen el control, sus personajes se mueven a ras de suelo de las realidades construidas por ambas series.
La oscuridad justa
Si a DC se le critica que en el cine es demasiado oscura, a Marvel se le afea lo contrario, que sus películas son demasiado ligeras y para toda la familia. Es un aspecto por el que sus series en Netflix no se preocupan. 'Daredevil', por ejemplo, puede ser más oscura que las entregas de 'Capitán América' con su retrato de Kingpin o de Punisher, del que hay tiempo para que conozcamos por qué acaba convirtiéndose en un justiciero, y Matt Murdock también tiene más aristas.
En sus competidores, es 'Arrow' la que apuesta por un tono más serio, pero intenta contrarrestarlo con toques de humor. Y 'Gotham' opera en una realidad exagerada en la que el dominio de sus villanos se presenta de una manera más excéntrica, sin dejar que sean demasiado oscuros.
Perfectas para el comentario social
Los superhéroes televisivos pueden optar por el entretenimiento más o menos ligero, pero sus aventuras son perfectas para hablar de más cosas, para reflejar algunos de los asuntos que más preocupan a la sociedad actual. En su segunda temporada, 'Supergirl' ha introducido una trama sobre un grupo terrorista que considera una amenaza a todos los alienígenas que han buscado refugio en la Tierra (¿os suena de algo?), mientras Luke Cage representaba bastantes de los valores del movimiento Black Lives Matter.
Los superhéroes pueden ser metáforas de muchas cosas, así que este comentario social puede hacerse sin que parezca que están sermoneando a su público. La pelea constante de Peggy Carter por hacerse valer en el entorno sexista de la pre-SHIELD de finales de los años 40 o la manera en la que Kilgrave representa una relación abusiva son otros buenos ejemplos.
Heroínas al frente
Es cierto que, el mes que viene, se estrenará finalmente la película de 'Wonder Woman' y que 'Capitán Marvel' es la siguiente en el horizonte, pero las series siguen ganando a las películas en cuanto a tener como protagonistas principales a superheroínas. Sólo a principios del año pasado estaban en antena 'Jessica Jones', 'Agent Carter' y 'Supergirl', y las tres protagonistas, y sus series, no podían ser más distintas entre sí.
Los personajes femeninos tienen más relevancia en las tramas y, generalmente, son algo más que meras comparsas del protagonista. Buena parte del equipo de 'Agents of SHIELD' son mujeres, y Melinda "la Caballería" May, Daisy, Simmons y Bobbi Morse (mientras estuvo con ellos) tenían sus propias historias y contribuían a impulsar la acción. En The CW, además, la líder actual en 'Legends of tomorrow' es otra mujer, Sarah Lance, y en 'Supergirl' es muy habitual que las villanas sean también mujeres.
Una perspectiva diferente
Uno de los aspectos interesantes de las series de superhéroes es que pueden abordar su temática desde perspectivas diferentes. 'Gotham', por ejemplo, es más la historia del ascenso de los villanos que la historia de origen de Batman, y 'The Flash' es, muchas veces, más un drama familiar que otra cosa. De hecho, esa serie representa muy bien el propósito detrás de las producciones de DC en The CW, y es que sean, en realidad, series sobre otros temas que, simplemente, tienen un superhéroe en su centro.
Uno de los últimos estrenos en llegar, 'Legión', afronta el retrato de David desde su delicado estado mental, y la primera temporada de 'Luke Cage' era casi más una historia sobre el barrio de Harlem y las fuerzas que se disputaban su control. Los creadores de las series están menos constreñidos por una idea de cómo deben ser estas aventuras de justicieros con poderes.
La diversidad de sus repartos
A las películas de superhéroes se les suele criticar que sus protagonistas son, mayoritariamente, hombres blancos. Marvel tiene en preparación 'Black Panther', pero va a llegar después de que la televisión tenga ese tema mucho más controlado, y de que se le adelantara a tener un superhéroe negro, Luke Cage, como centro de su propia historia. En general, estas series buscan que sus personajes tengan diversidad racial.
Y el cine, a veces, acaba siguiendo el camino que ellas marcan. En la serie 'The Flash', Iris West está interpretada por una actriz negra, Candace Patton, en lugar de ser la rubia de ojos azules del cómic. Y en esa accidentada película de 'The Flash' que está en preparación, será también una actriz negra, Kiersey Clemons, la que dé vida a Iris.
Están menos sujetas a una fórmula
Es cierto que unas cuantas series de superhéroes construyen sus temporadas alrededor del enfrentamiento con el villano que toque detener en ese momento, pero tienen menos directrices para que, por ejemplo, las series de Marvel se adscriban todas a la misma fórmula. 'Daredevil' no tiene por qué seguir el modelo de 'Agent Carter', y 'Supergirl' y 'Legends of tomorrow' no tienen por qué copiarse la estructura con la que se cuenta la historia.
Si la serie nos presenta a un nuevo héroe, no siempre tenemos que seguir su camino desde una persona normal y corriente hasta el justiciero que todos conocemos. Daredevil y Green Arrow ya arrancan sus series como vigilantes enmascarados, aunque todavía no sean las versiones finales de esas figuras. Curiosamente, las dos emplean flashbacks para contarnos el camino de sus dos protagonistas hasta convertirse en alguien más, en algo más.
Voluntad de tomar riesgos formales
El estreno de 'Legión' ha mostrado que hay muchas otras maneras de contar una historia, en este caso, de mutantes con poderes. El atrevimiento formal de la serie de FX, con sus juegos con el sonido y con la manera en la que cuenta la historia de David Haller, le da un toque de originalidad que es un poco más fácil de ver en la pequeña pantalla y que está derivado de algunas de las razones que exponíamos antes, como que las series no sean tan presas de una fórmula preestablecida.
De hecho, el aspecto visual de todas estas series es ya bastante diferente. Están el fuerte contraste entre luces y sombras y los interiores decadentes de 'Gotham', los almacenes vacíos y teñidos de luz verde de 'Arrow', el tinte púrpura de las imágenes de 'Jessica Jones' para recordarnos la sombra constante de Kilgrave o incluso aquella entrada de Skye/Daisy, pistolas en mano, contada en plano secuencia y desde su punto de vista.
Las expectativas son menores
A veces, las películas de superhéroes de Marvel y DC son como son porque hay puestas muchas esperanzas en ellas, y se generan unas expectativas desmedidas sobre cómo serán y qué recaudación tendrán, sobre todo, el primer fin de semana de su estreno. En televisión, esas expectativas son más bajas, lo que permite que se toquen temas que, en el cine, se evitarían, como las connotaciones inquietantes del poder de Kilgrave o hasta el despertar de Alex Danvers a su identidad sexual. Y esto nos lleva a la siguiente razón.
Más libertad creativa y flexibilidad
Como las expectativas y la presión son menores en televisión, sus responsables pueden tener más flexibilidad a la hora de contar determinadas historias. Incluso en una serie como 'Agents of SHIELD', que tiene que dar continuidad a las películas de Marvel, pueden dedicarse casi dos temporadas a introducir la trama de los Inhumanos y de la verdadera identidad de Skye.
Y si saltamos a las series de DC, sólo en televisión podrían permitirse un crossover musical como el que tendrán 'Supergirl' y 'The Flash', o darle la vuelta a personajes que los lectores de los cómics conocen bien, como Jimmy Olsen o Black Canary. Las series pueden contar la historia de Superman sin enseñar su traje ni hacerlo volar o, como coméntabamos antes, presentar una temprana historia de origen de Batman centrada en los villanos de Gotham City.
Para niños y para adultos
Todavía persiste, en ocasiones, la idea de que las historias de superhéroes son para niños, de que sólo los adolescentes frikis pueden disfrutar de ellas. Es verdad que el taquillazo de 'Los Vengadores' empezó a cambiar un poco esa percepción, pero parece que las películas tienen que acabar dirigiéndose a un sector concreto de la población si quieren hacer, realmente, mucho dinero.
Las series, por su parte, van a un abanico más amplio de espectadores. Las hay más orientadas a toda la familia, como 'The Flash', y otras que buscan un público más adulto, como 'Jessica Jones', y ambas pueden coexistir sin ningún problema. Ofrecen cosas diferentes, desde enfoques diferentes, y saben perfectamente qué tipo de serie son (fuera de tener un protagonista con superpoderes) y el público al que se dirigen.
La serialización es la clave
Cuando se dice que la televisión es el hábitat natural de las adaptaciones de cómics es por la naturaleza serializada y episódica del medio. Incluso aunque las series tiren de capítulos autoconclusivos, siempre hay de fondo una trama que se desarrolla a lo largo de toda la temporada. En casos como 'Legión', la serialización semana a semana es la mejor herramienta para que el retrato de David sea lo más completo y profundo posible.
Las películas lo tienen un poco más difícil en este aspecto porque las secuelas tardan años en estrenarse, mientras una serie tiene un episodio nuevo cada semana (si no se ven en Netflix, por supuesto), lo que permite que se pueda construir ese arco para toda la temporada. Se crea mayor cercanía con los personajes, el factor de fidelización es mayor y, al final, se pueden acabar contando historias con más matices.
Vosotros, ¿cómo lo veis? ¿Son mejores las series para contar historias de superhéroes?
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