Esta semana se emite en FOX españa «El día en cuestión», el episodio en el que concluye la aventura sesentera de Jake Epping y su intento de evitar el asesinato de John F. Kennedy. ’22.11.63’ (como se llama en España, con el orden inverso de día y mes) cierra una temporada que ha ido más a menos, desaprovechando el material y el universo de partida. Una lástima.
Esta adaptación de la novela de Stephen King del mismo título inició prometedora y con muchas posibilidades en varios de sus elementos, desde el aspecto fantástico y “el tiempo” como ente y antagonista hasta las dificultades que entrañaba para Jake las reglas con las que se juega en este viaje temporal concreto; sobre todo en lo que respecta al reseteo de la historia.
¿Thriller fantástico o drama de personajes?

Después de un primer episodio comprensiblemente sobreexpositivo, el espectador estaba preparado para vivir con Jake en los años 60. En este arranque, tuve la misma sensación que mi compañero Albertini con respecto a la curva de aprendizaje del protagonista: si tanto hincapié haces en las reglas del juego y lo que implican, déjanos experimentarlas junto él, hacernos partícipe de su evolución y de su apreciación de los peligros que rodean a su misión.
Sin embargo, hizo falta apenas dos capítulos para vislumbrar que ’11.22.63’ realmente no era una historia de viajes en el tiempo, sino un drama sobre un tipo perdido que encuentra su lugar en otra época. La fantasía es un mero macuffin para ser testigos de su reencuentro con el amor, con la pasión de enseñar, con conectar con otras personas y sentirse mejor consigo mismo.
Estos primeros episodios en los que Jake se hace a su nueva vida prometían una historia de personajes de época con una mirada moderna muy atrayente, algo que complementado con la urgencia de la misión de JFK y el elemento fantástico presente anticipaban un visionado interesante y estimulante. Sin embargo, todos los elementos de la historia se han quedado a medias, faltos de profundidad y de un desarrollo contundente.
Un foco irregular

Tras cuatro episodios, ’22.11.63’ empieza a flaquear. Pierde el equilibrio entre el desarrollo emocional de los personajes y el thriller que domina la trama principal. Incluso abandona casi por completo la atmósfera de peligro (y casi terror en algunas secuencias) que en los primeros episodios envuelve las vivencias de Jake y que tan característica es en el autor del material original.
De repente, ya no tiene el foco en la historia de amor de Jake ni la vida que está construyendo en esa época sino que se apoya más en su relación con Bill y el espionaje a Oswald. Esto tiene el agravante de que toda esa parte de thriller se antoja bastante reiterativa y diluye los hitos que pueda haber durante el desarrollo. La evolución de Bill, de su relación con Jake y con la novia de Oswald se apuntan demasiado superficialmente, y los pocos descubrimientos que consiguen con su trabajo de investigación se dejan caer de tal forma que como espectadora nunca acabo de conectar demasiado con lo que ocurre.
Pero el problema es que el foco de la historia no acaba nunca de asentarse, ya que empieza, como decía, apuntando un drama de personajes pero después sacrifica una mirada más íntima de los sentimientos y sensaciones de Jake en favor del suspense. Los eventos que sobre el papel deberían ser emocionales y que afectan directamente a su vida allí –su relación con Sadie y el entorno del colegio- carecen de dimensión porque la narración ha obviado completamente el papel que tienen en la vida de Jake. Faltan aspectos más mundanos de su vida allí para poner en perspectiva lo que está ocurriendo y lo que significa para él.

No tengo nada en contra de James Franco, de hecho suele cumplir interpretativamente en los papeles que acepta. Y si bien al principio su labor en esta historia me parecía adecuada, a medida que avanza se ha hecho evidente que Franco no es ese tipo de actor empático que te salva un guión falto de desarrollo de relaciones. No es ese perfil que con una secuencia con Sadie es capaz de transmitirte lo que está pasando por su cabeza y entre ellos. Y, claro, no es algo que haya ayudado a un guión deficiente en ese aspecto.
Un final que mejora el regusto
A pesar de los problemas que constantemente veía en ’22.11.63’, los episodios me mantenían lo suficientemente interesada como para continuar y apreciar los elementos que sí funcionaban, como las referencias al universo de Stephen King (cuya obra siempre he disfrutado) y ciertos momentos en los que explotaban factores que son muy característicos en él y de los que no tenía referencia, ya que precisamente esta novela aún está en mis pendientes.
Otros elementos que me cautivaban eran algunos personajes secundarios, como la mujer negra con la que Jake entabla amistad (cuyo desarrollo finalmente queda en algo convencional), la idea de Sadie como mujer moderna (y digo idea porque en ocasiones su comportamiento es muy contradictorio) y, sobre todo, Oswald. Su punto de vista entra más adelante en la narración y hace mucho bien al conjunto, ya que la historia se moja en desarrollarle como alguien complejo que acaba devorado por sus propias ideas.

El último e inevitable factor de enganche, dado que estamos ante un arranque muy high-concept, es la intriga con respecto al desenlace. ¿Salvará a JFK? ¿Realmente esto llevará a un futuro mejor? Pues sí. Finalmente salva a Kennedy, lo que le lleva a encontrarse en un presente devastado y apocalíptico relatado a través de Harry Dunning, el personaje más enternecedor de la serie.
Pero el verdadero final de la historia es el aprendizaje de Jake y su sacrificio. Su decisión activa de no volver al pasado sacrificando su bienestar y felicidad por la de Sadie, una mujer cuya vida se descubre plena, satisfactoria y memorable. Esa decisión y la paz que le llega a Jake con ella es lo mejor del episodio final, pero es algo que está inevitablemente empañado por el pobre desarrollo previo de esa historia de amor y de ambos personajes.
El miércoles 18 de mayo se emiten en FOX España los dos últimos episodios, a partir de las 23:15h.
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Los Fantasmas del Paraíso
La serie me gustó mucho menos de lo que esperaba, y no acababa de encontrar el porqué. Creo que este artículo da en el clavo al presentar esos puntos débiles (y también al señalar algunos fuertes). Una pena, una buena idea desaprovechada.
tycent1
La verdad la vi por costumbre, pero no la encontré ni medianamente buena. Y no sabía el porque.
Supongo que los puntos expuestos serán parte de eso.
marqus
Ya sé que me repito más que el ajo,pero comparando los cagarrines de series que hay por ahí,sus 8 episodios me fueron agradables y amenos y me lo pasé mejor que un caracol cuando llueve.
Jason Stackhouse
Yo no opino porque aunque James Franco se grabase a si mismo cagando y lo estrenase en cines, me gustaria, asi que por supuesto a 11.22.63 no le veo nada de malo. Que gran hombre.
terrorinworld
Pues no veo yo en qué se pierde la serie, es cierto que empieza muy bien y luego el nivel baja, pero es difícil mantener todo el rato la intensidad, además, que lo mejor está en los capítulos finales.
Su drama de personajes está muy bien metido, una historia de amor más, pero bien hecha y con dos protagonistas carismáticos. El desarrollo me ha parecido el adecuado, él empieza con la motivación de salvar a Kennedy y su romance acaba siendo su motivación principal después y ella empieza pareciendo una chica adorable y dulce y, aunque lo sigue siendo, saca cierto carácter ante las adversidades.
Y aunque la historia de amor ha sido lo principal, como thriller se ha mostrado también notable. Ha quedado una muy buena serie y bien hecha, con sus más y sus menos, como con todas, y sus menos no han sido para nada malos.
terrorinworld
Bueno, pues en mi contraargumentación he expuesto los motivos por los que sí que veo que ha funcionado semejante combinación. Ya, lo demás, son opiniones de cada uno.
kikenavarrete
Es Macguffin