En el duro mundo del arte, no son pocas las carreras de artistas que se tienen que sustentar alternando trabajos de atención vocacional con ilustraciones para publicaciones eróticas. Es un clásico de muchos dibujantes, que se ven obligados a obtener un pequeño sobresueldo que les ayude a llegar a fin de mes.
Pero además, en Japón, al menos, sirve como pequeño trampolín para jóvenes artistas que no han tenido la oportunidad de publicar en otros medios. Claro, en el oeste, el porno es una industria que se ve con connotaciones negativas, grosero y generalmente mal visto por la sociedad educada. Pero allí, el porno es una industria multimedia que es aceptada, abarcando juegos, cómics, anime y, por supuesto, acción en vivo.
Por tanto, los japoneses son mucho más abiertos a aceptar el hecho casi tópico de que muchas personas comenzaron sus carreras en el mundo del porno. Y si esto es válido para estrellas "en acción", lo es mucho más para los autores que dibujan hentai.
La cotidianeidad del porno en Japón
De hecho, prácticamente todas las personas en la industria del manga tienen algunos lazos con el porno, ya sea a través de una editorial compartida, como el gigante de doujinshi o directamente con el porno real realizado por muchos dibujantes en algún momento de su carrera. A nadie le importa que, por ejemplo, Toshihiro Ono, artista de los populares 'Pokemon', dibujaba bajo pseudónimo títulos tan reflexivos e interesantes como 'Justicia Anal'.
Esto nos lleva a repasar el caso de Masamune Shirow, el creador original de 'Ghost in the Shell'. Nacido bajo el nombre de Masanori Ota, nace el 23 de noviembre de 1961 en la ciudad de Kobe. Estudia artes en la Universidad de Osaka, donde se graduó como Profesor con especialidad en pintura clásica. Y al mismo tiempo desarrolla su gusto por el manga.
Su primer manga, 'Black Magic', combina elementos cyberpunk con una controvertida deshumanización del hombre en un futuro distópico, lo que serviría como base de todo su trabajo en el futuro.
Gracias a su éxito vio la luz 'Appleseed', la que para muchos es la mejor obra de Shirow. En una Tierra destrozada por la Tercera Guerra Mundial, una utopía distópica donde androides y humanos deben convivir en armonía. Luego la seguiría 'Dominion', sobre un mundo destrozado por una catástrofe ambiental donde sus pobladores deben vivir con máscaras permanentes o androides con formas antropomórficas para resistir mejor en el exterior.
Hentai: ¿obligación o devoción?
Como vemos, estos fueron antes de su obra más popular, 'Ghost in the Shell'. Aunque fue un éxito relativo, claro, los laureles no llegarían hasta la adaptación de anime. Mientras tanto, Masamune Shirow prepara su obra más ambiciosa: 'Orion', que combina fantasía, mitología y ciencia-ficción en forma de orgía de dioses, elementales, seres del universo, teorías de partícula y mechas.
La hostia que se lleva es tan grande que le deja sin trabajo durante los siguientes 5 años y es aquí, en este período, en el que el autor empieza a dibujar en revistas para adultos, algo que algunos ya veían venir y que se transformaría en su firma distintiva en el futuro.
El éxito del anime devolvió a Masamune Shirow al trabajo en el género scifi con nuevos mangas de 'Ghost int he Shell', un contrato de consultoría de las adaptaciones y otros animes como 'Real Drive'. Shirow es algo rebelde contra el esclavo sistema de publicación, quizá porque es más lento y menos prolífico que otros compañeros, compaginando su obra manga con hentai.
Pero la verdadera razón podría ser la naturaleza "depravada" del autor. Y es que no sólo ha editado su propia serie de arte erótico bajo la marca Galgrease, la cosa parece que siempre ha estado ahí.
Es decir, que su falta de pudor se puede seguir a lo largo de toda su obra y conforme pasan los años, su obsesión con dibujar tetas y culos y sus detalles de género adulto, incluso con reflejos de zoofilia matizados por cibernética dan pistas sobre la desprejuiciada amoralidad de su trabajo.
Ejemplos como la relación lésbica de Motoko en la realidad virtual de 'Ghost in the Shell' (con unas míticas viñetas censuradas en ediciones posteriores) o los habituales desnudos de la saga 'Dominion'. Momentos de 'Orion' como la Princesa Kushinata atada a un pulpo gigante que se alimentaba de sus heces son pequeños detalles sueltos que revelan la doble personalidad de Shirow, entre Isaac Asimov y Robert Crumb, que no se limita a sus aventuras de superviviencia puramente hentai.
Aunque lo veamos como fruto de la penuria, o momentos bajos, en la industria nipona se considera casi un paso perfectamente factible en algún momento de la carrera mangaka. Normalizado y habitual, el factor polémica asociado nos impacta, si acaso, en occidente.
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