Quizá si cada vez que Mediaset se planteara hacer un programa nuevo la respuesta por defecto no fuese "un reality con famosos" la cosa no les iría tan mal. Pero inevitablemente siempre es lo mismo: parejas de, hijos de y concursantes de juntos en un sitio gritándose, liándose y dando tramas a un ecosistema que hoy por hoy es inexistente. Ayer, el tercer episodio de '¡Vaya Vacaciones!' consiguió un 8,9% de share y apenas unos 705.000 espectadores. De hecho, La 1 superó ampliamente a Telecinco en las audiencias del día. Ups.
Estrategias mal pensadas
¿Qué pasa cuando no dejas que tus concursantes puedan estrategizar y de repente les sueltas en un ambiente en el que es la clave para sobrevivir? Que lo hacen todo mal, claro. Es como si mañana me sueltan en la selva: sin haber estado nunca, me comerá un tigre de un momento a otro. Aguasantas ha intentado cambiar el juego, pero con una estrategia tan arriesgada como absurda: perder a posta.
La prueba semanal consistía en hacerse cargo de un chiringuito, y a Aguasantas le tocaba con dos de las personas que menos aguanta en la convivencia, Makoke y Carmen. Cualquier persona se aguantaría y haría la prueba tratando de llevarse mejor, pero la concursante no: al final le ha propuesto a Jorge Pérez boicotear la prueba a cambio de nominar a las otras dos parejas.
No es la primera vez que en un reality se intenta una estrategia como esta, y siempre -siempre- sale mal. De hecho, es lo que ha pasado: cuando su equipo ha perdido, ella ha cogido una piña colada y se ha ido a celebrar con el ganador, como si formara parte del mismo. Luján Argüelles le ha echado en cara la poca vergüenza. Ha sido una estrategia cutre y desesperada, pero ha funcionado: las parejas de Makoke y Carmen han sido nominadas. La lección habitual que suele dar Mediaset: lo importante es el resultado, no cómo llegas a él.
Amor y broncas
El otro gran foco del programa estuvo puesto en Cristina Porta y Álex Zacharías, que pasaron toda una noche juntos y se dieron besitos en lo que viene siendo una carpeta reforzada en polipiel con la que llevan insistiendo desde el primer programa y que no cuela. La cosa es que tras una semana en la que han estado de buen rollo, los dos se dieron un beso en la boca con toalla de por medio.
"He besado a un algodón", comentaba la concursante. Y de ahí, a la cama, a darse más besitos (sin toalla por el medio, sería un fetiche bastante raro). No pasó nada más, y uno solo puede suponer que se lo guardan para más adelante, cuando les compense en el juego. Pero mucha gente (también en la vida real) tiene el síndrome de tener que presumir de sus conquistas como si fueran heroicidades, y Álex corrió a decírselo a Jorge, que se lo comentó a Tony y Marta, que manejaban otra información.
Y ya se lió otra vez. Cristina le echó en cara que fuera contando ese tipo de cosas, sobre todo cuando lo hablaron y dijeron que de esa cama no salía. No os preocupéis si sois fans de la pareja -no creo que nadie sea fan de este dúo artificial, pero bueno-: probablemente en un par de programas les tengamos subiendo un nivel en lo suyo.
¿Quieres expulsarte conmigo?
Cristina, por cierto, fue la que ganó en la prueba de inmunidad junto a Jorge después de que Tony se cayera al agua en plan plancha. Tampoco es que ninguno de ellos fuera a necesitar ahora mismo la inmunidad, pero se aseguran de que no se la lleve un equipo fuera de la alianza. Así fue: Carmen y Rubén, la pareja de oro, acabó marchándose a su casa tras perder el último juego.
Ojo, porque no se llevarán un premio, pero sí algo muy especial: la vergüenza absoluta de que tu novio se arrodille en medio de un reality y te pida matrimonio. Absolutamente nadie en vilo por saber lo que van a hacer estos no-famosos. Al marchar, Rubén lanzaba un dardo hacia lo de Aguasantas diciendo "Las estrategias, que son lícitas, pueden sacar a gente que no se lo merece". Aquí hay que dejarse llevar por la corriente, nada de estrategizar, quién se ha creído.
Y nada, hasta aquí otro programa más del fracaso estival de Telecinco, que parece incapaz de pensar en un formato que no sea el de famosos metidos en sitios. Y cuando comes pollo empanado un día está muy rico, pero cuando llevas quince años a dieta de pollo empanado solo quieres mandarlo a tomar vientos.
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