A partir de la semana que viene Telecinco tendrá que pensar con qué torturarnos el resto del verano
¿Os acordáis de cuando las series de televisión de prestigio pasaron de tener 24 episodios a solo 6? Pues Telecinco debe considerar que '¡Vaya Vacaciones!' es puro prestigio y ya nos hemos plantado en la semifinal. Una semifinal en la que, la verdad, las pruebas ya son lo de menos y lo que más las relaciones personales entre este grupo de famosos un poquito de Hacendado. Vamos a repasar lo que ha pasado en una gala 5 que, de momento, cumple con todo lo que rajó Alba Carrillo desde Twitch cuando hizo el spoiler de los ganadores.
Las cuatro pruebas
Al estar en la semifinal, Mediaset decidió que los concursantes ya habían tenido demasiada interacción en las nominaciones y que a partir de ahora las pruebas decidirían al ganador. O cómo intentar crear un juego estratégico pero en el último momento echarte atrás por vergüenza. En este caso los concursantes tuvieron cuatro pruebas que determinaron quién se quedaba a las puertas y quién se marchaba, con el mismo nivel de espectacularidad (por decirlo de alguna manera) que el resto del concurso.
La primera prueba fue montar un puesto de fruta ('La frutería del amor' y 'Frutita Pink') y vender la máxima posible: el equipo azul conformado por Aguasantas y Juan José Peña sumados a Marta Peñate y Tony Spina ganaron y disputaron otro nuevo juego para ver quién era el primer equipo que iba a la final. A Peña se le subió un tendón, Aguasantas se encalló buscando unas pepitas en el mar y así empezaba su noche horripilante: con Peñate y Spina pasando directamente a la final.
La siguiente prueba, llamada en un alarde de originalidad 'Sin telas no hay paraíso' (ese guionista juguetón se fue contento a la cama) fue de Cristina Porta y Jorge Pérez, lo que dejó a Aguasantas y Peña luchando contra Makoke (que acababa de perder un diente en la prueba anterior) y su hijo Javier Tudela. En la prueba tenían que explotar globos con su cuerpo y después llenar cubas de agua tintada de su color. Makoke y Tudela acertaron más y dejaron al otro equipo visto para sentencia. Antes de salir desearon que ganaran Marta y Tony, lanzaron Pink Power para todos (el marketing de 'Barbie' llega donde menos te lo esperas) y salieron por la puerta. Hala, a más ver.
Julio Iglesias en tu coche y yes we can
Después de dar detalles la semana pasada sobre su rollete con Brad Pitt, esta semana Makoke ha hablado de aquella vez que a los 19 años tuvo una relación con Julio Iglesias pero lo dejó "porque se aburría". Como el Invent Man de 'La hora chanante', ella es feliz con sus trolacas. Pero claro, no le gusta que se lo digan, así que se enfadó cuando Marta Peñate ironizó al respecto.
Peñate, una pensadora del siglo XXI, prácticamente una poeta, contestó, tras el cabreo de Makoke, "Yo lo hago para que empatices porque veo que si no te pones en tu situación te cuesta empatizar con la gente. Tienes un problema de empatización muy importante". Con quien empatiza, por lo visto, es con los hijos de Raquel Bollo a los que no conoce. Paren las rotativas.
Esta apasionante trama acabó con reconciliación entre las dos enemigas con Makoke diciendo "Te pido perdón si te he molestado", que es la manera de pedir disculpas que tienen aquellos que no quieren realmente pedirlas. Marta aceptaba sus disculpas y aprovechaba para destacar el cuerpazo que tiene a los cincuenta años. Cómo se nota que el público no decide nada y tienen derecho a arreglar sus diferencias sin pensar en la reacción de fuera.
Cristina no se com-Porta
El otro dramón de la casa es el de Cristina, que se enamoró dentro de la casa de Álex Zacharías y una hora después de ser expulsado ya empezó a desconfiar de él. Ah, sí, las relaciones sanas son así. La cosa es que le pidió que le dejara una de sus camisetas bajo la almohada para poder recordarle y a modo de regalo de cumpleaños. Sin embargo, cuando fue a buscarla... ¡Oh! ¡No la había dejado!
"Ni siquiera se ha acordado. Me siento una pringada”, repetía sin hacer caso a sus compañeros, que le decían que igual se había explicado mal y Álex la había puesto bajo su propia almohada. Por supuesto, tenían razón y el muchacho la había dejado ahí para solaz de una Porta que estaba convencida de que él "le había engañado". Esta relación tiene menos futuro que Ezra Miller en Warner.
En el otro lado de la moneda tenemos a Tony y Marta, que se han repetido que se aman y que quieren tener un hijo, lo típico que en vez de decirte en privado dices delante de menos de un millón de personas que tienen la tele puesta de fondo mientras les entra el sueño. La semana que viene, la gran final donde se pelearán por unos pírricos 25.000 euros. ¿Estáis nerviosos? Yo, la verdad, en absoluto.
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