Sabemos lo que estáis pensando muchos de vosotros: que en una web como esta no deberían tener cabida los realities. Algunos incluso estaréis pensando en comentar algo como “Mierdacinco” o hacer referencias a Belén Esteban. Pero, nos guste o no, los reality shows llevan acompañándonos desde mucho antes de ‘Gran Hermano’. Más concretamente, desde hace cincuenta años, cuando ‘An american family’ debutó en Estados Unidos… O incluso desde antes, cuando en 1964 TVE estrenó ‘Reina por un día’.
No pretendemos justificar la sobredosis de Telecinco y su decadente imperio de personajes salidos de realities, pero sí un género que nos ha dado programas, al margen de su calidad, sin los que no se entendería el siglo XXI, como ‘Survivor’, ‘Las Kardashian’ o, en nuestro país, ‘Operación triunfo’. Aclarado el porqué de este artículo entre críticas de series como ‘Tokyo vice’ o ‘Caballero Luna’, es el momento de decir que la segunda temporada de ‘Secret story’ ni siquiera será una nota al pie en la historia de la televisión en España: simplemente es un remedo de ‘Gran Hermano’ sin mucha sustancia y el enésimo intento de la cadena de tirar espaguetis a la pared a ver si alguno se pega.
Este jueves, ‘Secret Story’ llega a su fin después de casi cuatro meses de amores, gritos, dislates, robos, pruebas, famosos, ramen y gente meando dentro de armarios. Y tanto si has sido un fan como si quieres enterarte de qué ha pasado y estar preparado para la final, os contamos las claves de una convivencia que ha sido tan entretenida al principio como desastrosa al final. Conectamos con la casa.
16 personas anónimas
Solo dos semanas después de la victoria de Luca Onestini en el primer ‘Secret Story’, protagonizado por famosos, ocurría algo inédito en la Telecinco de los últimos años: la casa de Guadalix se llenaba de gente que no conocía nadie. Desde 2017, cuando Hugo ganó ‘Gran Hermano Revolution’ (y José María abusó sexualmente de Carlota), Mediaset había confiado en este formato para famosos, cada vez de más baja estofa, para rellenar hueco.
Ahora por la puerta entraba gente normal (aunque, como luego supimos, muchos de ellos tenían enchufe en la cadena) con secretos más o menos normales: había alguien virgen, alguien que envenenó a su barrio con croquetas de cemento, un catequista y alguien que se dormía durante el sexo. Todo normal. Más o menos. El programa empezó con un número musical entre ‘Anette’ y la charanga de las verbenas de tu pueblo. A peor no podía ir… ¿Verdad?
La llegada de Alvarito
Álvaro entró tarde porque tuvo Covid, pero su entrada desestabilizó por completo a toda la casa. El concursante, que creyó que iba a ser el estratega número uno, decidió gastarles una broma diciendo que tenían que elegir entre todos quién se iba o, por el contrario, elegirlo él mismo a dedo. Ante la confusión general, el concursante escogió como expulsada a Marta, la alcaldesa, que se echó a llorar. Para variar.
Por lo que sea, nadie pilló la broma, y Álvaro terminó en el grupo de los marginados junto a Alatzne, Carmen y Rafa. A posteriori, eso fue lo que le salvó de la expulsión hasta casi tres meses después. La brominchi de Álvaro le llevó a convertirle en el concursante más odiado: hubo gente que se negó a perdonarle durante meses, como Brenda. Héctor (que después fue el primer expulsado) le arrancó el huevo de la inmunidad al grito de “¡Gilipollas! ¡A tomar por culo, subnormal!”.
Alvarito fue bajando gradualmente el nivel de agresividad y de estrategia hasta convertirse en el aliado de Rafa después de cambiar de bando (y de enamorada no correspondida) unas cuantas veces. Eh, qué queréis que os diga, es el único concursante de la historia de estos realities al que le he escuchado hablar sobre sus libros favoritos de George Orwell. Algo es algo.
La primera pareja
Nueve días después de entrar en la casa, Alberto y Elena se convirtieron en la primera pareja oficial de la edición, y la palabra que nos vino a todos a la mente fue “carpetazo”. Tuvieron su hora sin cámaras, sus achuchones en el salón y su despedida por la puerta de atrás. Primero ella y después él. Lo cierto es que, aunque la cosa no colara dentro, ellos siguen siendo pareja fuera, así que algo había aparte de la más absoluta intrascendencia.
El abandono de Kenny
Es posible que, aunque hayáis visto ‘Secret Story’, no os acordéis de Kenny. Fue un concursante que, después de darlo todo y dejar un par de frases motivacionales los primeros días, pasó a hacerse uno con el colchón, lo que supuso no pocas bromas de Rafa (“Kenny madrugaba, muy mal se te tiene que dar para no madrugar acostándote a las dos del mediodía”). Al final fue nominado y decidió abandonar por su propia cuenta. Desde entonces, el concursante cubano ha vivido una vida apartada de los platós y en redes sociales intenta alejarse lo más posible del reality. Con o sin colchón.
Alatzne y Rafa, se acabó el amor
La casa, totalmente dividida entre el llamado “grupo Maxcolchón” (los muebles, para entendernos) y el grupo minoritario, sufrió una nueva escisión cuando Alatzne y Rafa, los dos estrategas de la edición, tuvieron una pelea definitiva tras el primer mes de amistad. Mientras que él se acercaba a Carmen, ella se iba sintiendo más abandonada en el equipo. Al final, Alatzne acabó formando parte del grupo que tanto había criticado.
Los cuatro se convirtieron en tres y, después de que Carmen rechazara la avanzadilla amorosa (falsa como un euro de madera) de Álvaro, en dos. La relación llegó a estar tan tensa que Alatzne fue expulsada, entre otras cosas, por hablar exclusivamente de Rafa y de su perro Lolo, hasta llegar a darle los tres puntos en las nominaciones. A Rafa, no a su perro Lolo.
A Nissy se le va de las manos
Nissy contra Marta. Nissy contra Carmen. Nissy contra Laila. Nissy contra Rafa. Si hay una concursante protagonista que vaya a ser recordada (con opciones de entrar dentro del engranaje de Mediaset), esa es Nissy Lahr, que entró en el reality acompañada de su hermana a la que no veía desde hacía mucho tiempo y acabó siendo nominada disciplinariamente por un corte de mangas y provocando la mayor bronca de la casa.
Si seguís el programa ya sabéis de cuál hablo: aquella en la que Adrián (“Puñitos”, como le llaman en Twitter) supuestamente rompió un mueble e hizo un boquete con el puño en la habitación habilitada para fumar (“la playa”). Al final, ni sus mayores apoyos en la casa, como Rafa “caballero oscuro” o su propia hermana, pudieron hacer nada por ella y fue expulsada un domingo por la puerta de atrás, poniendo un punto y aparte en la convivencia. Una vez se fue Nissy, el foco de las tramas pasó a ser el juego de las parejas.
El beso de Marta y Adrián
Marta y Adrián (“Martian”, como le conocen sus fans) han tenido un camino de rosas en el concurso. Desde el inicio formaron parte del grupo grande y apenas fueron nominados hasta después de dos meses en el concurso. Adrián ha estado como ha querido, y a la hora de montar una carpeta dentro de la casa tuvo donde elegir. Él mismo le dijo a Colchero, su mejor amigo (y muchos sospechamos que amor oculto), que no quería liarse con nadie para no romper el buen rollo del grupo.
Pero cuando Virginia le dijo que a Marta le gustaba y Rafa le acusó de mueble en medio de una gala, Adrián se dejó llevar y protagonizó el primer beso más vergonzoso de la historia de los realities: en una pausa publicitaria, sin ningún tipo de amor, pasión o parafernalia. Un beso burocrático para intentar demostrar que él no era un mueble. ¿El resultado? Un barco a la deriva formado por dos muebles que han flotado hasta la final y se han sobrepuesto, a base de besos y pocas risas, al resto de concursantes.
Entre ambos ha habido siempre la gran duda de la carpeta, del amor fingido y, sobre todo, de la obviedad de que ella siente mucho más por él que él por ella, lo que le ha valido no pocos llantos en el Cubo, especialmente desde que los famosos empezaron a entrar en la casa a cuestionar su relación. Pero, sinceramente, no hay mucha gente que crea que esto vaya a durar más de una semana en cuanto pisen la calle. Adrián sigue pensando que tiene fans y que se llaman “Adriáners”. El golpe de realidad va a ser curioso.
El nacimiento de Ramen
La relación de Rafa y Carmen fue dura: estaba claro que ambos estaban enamorados, pero el pasotismo de él, los celos de ella por Laila, las broncas, los gritos y las inseguridades hicieron que todo quedara en tensión sexual no resuelta. Rafa talló en la mesa del salón un “Rafa x Carmen” que le valió una reprimenda por parte de la organización, ella le vendió un par de veces queriendo integrarse con el grupo mayoritario (inventándose, incluso, que él intentó meterla mano) e intentaron separarse en varios momentos, pero al final volvía la burra al trigo.
Y durante una prueba en la que tenían que interpretar ‘Diez minutos’, la canción de Miki Núñez, Rafa y Carmen se dieron dos besos que dejaron claras las ganas que se tenían. Había nacido Ramen. Es cierto que no volvieron a besarse, para desazón de Carlos Sobera y la audiencia, pero tras su separación fortuita ambos se echaron tanto de menos que la obsesión de los fans fue arrejuntarles de nuevo. Y vaya que si se arrejuntaron.
Carmen, expulsada
Puede que ‘Secret Story’ haya sido un desierto de diversión durante varias semanas, pero al menos no alcanzó el umbral de desesperación que llegó a ser con Carmen y Laila conviviendo en la misma casa. Las dos, amigas de Rafa. Las dos, enemigas acérrimas. La escalada de gritos e insultos (que si “Bruja”, que si “Gentuza”) acabó con Carmen mojando con el grifo a la hermana de Nissy un día en el que no pudo más.
Carmen fue expulsada disciplinariamente y tanto ella como Rafa lloraron por separado. El concursante le puso una nota en la maleta (de la que aún no sabemos nada) y Carmen, viendo su comportamiento desde el exterior, cambió tanto que empezó a pedir perdón a todo el mundo al que había hecho daño. Bueno, menos a Laila.
El dedito
Durante una gala, los concursantes se vieron en una decisión dura: ser inmunes o ver a un ser querido. En el caso de algunos de ellos, incluso, tuvieron que elegir entre dos seres queridos. Rafa, el protagonista absoluto de la edición, tuvo que elegir entre su hermana Andrea o su amada Carmen. Eligió, sin dudarlo, a su hermana, lo que llevó a pasar por delante de la exconcursante sin poder decirle absolutamente nada.
Pero para Ramen no hacía falta decir nada: bastaba con un gesto, el momento más icónico de todo ‘Secret Story’. Poco después, Carmen subió a animar a Rafa en la recta final y allí sí que se dieron todos los filetazos que no pudieron darse en su momento. Y sí, si pretendéis que finja que Ramen es igual de importante y apasionante que cualquier otra pareja de la casa, no va a pasar. Nadie dijo que esto fuera a ser objetivo.
Los secretos
En su afán por demostrar que esto no es ‘Gran hermano’ (y demostrando que no puede escaparse de su sombra), ‘Secret story’ introdujo una nueva variante: el juego de los secretos, un desbarajuste de organización que solo ha servido para encontrar a grandes jugadores como Álvaro. Os cuento: el secreto de Álvaro era que había visto un cadáver abierto, pero para evitar que el resto de la casa se diera cuenta, llegó a inventarse que hasta la cosa más mínima le daba asco: el agua del grifo, la leche, todo. Además, se empeñaba en bendecir la mesa para que pensaran que su secreto es que era catequista y negaba con voz baja que fuera virgen, para despistar.
Al final todos sus esfuerzos valieron de poco: la organización convirtió el juego de las esferas en un sindiós que ganó Marta por pura casualidad y sin merecerlo, para solaz de sus fans. Que haberlos, haylos.
Los famosos
Seamos sinceros: la audiencia de ‘Secret Story’ ha ido en picado hacia un pozo sin fondo que acompaña bien a la de Telecinco en general, en caída libre. Por eso, alguien debió pensar que un programa en declive marinaba bien con un concepto en declive: el de los famosos conocidos solo por ser famosos. Así que metieron durante unos días en la casa a Nagore Robles, seguida por Isa Pantoja, Carmen Lomana (que no paró hasta sacar de quicio a Álvaro por su peso), Belén Esteban y el trío de Miriam Saavedra, Tom Brusse y Víctor Sandoval, que terminó abandonando por desavenencias con Rafa (del que, por cierto, dijo unas cuantas cosas bastante denunciables).
Total, que la audiencia no subió pero sirvió para vender otra carpeta más. En este caso fue Tom Brusse el que dejó a su novia en directo en uno de los momentos más patéticos de la historia de la televisión moderna, para tener vía libre y liarse con…
Sara
A apenas un mes de acabar la movida, el equipo del programa decidió meter a una nueva concursante, Sara, que venía con un guion bajo el brazo (sí, ya lo sabemos, crees que todo está guionizado, pero en este caso más aún): liarse con Tom Brusse en cuanto entrara por la puerta. Al principio solo fue aceptada por Rafa y Alvarito, que vieron una aliada en ella, pero en cuanto se volvió contra ellos, el público también. Duró dos semanas, tiempo suficiente para hacer carpeta con el famoso de turno y convertirse en un nuevo personaje secundario de Mediaset.
Rafa
Y en un programa repleto de gente mediocre o buenos concursantes expulsados demasiado pronto, el único que ha conseguido brillar con luz propia de inicio a fin es Rafa Martínez, un fontanero de Cuenca que ya había trabajado como guionista en ‘Yu, no te pierdas nada’ y que ha sabido llevar el programa sin importarle demasiado lo que le espera fuera. Mientras Adrián espera un contrato para ‘Supervivientes’ que no va a llegar, Rafa parece conformarse con darle cuatro besos y lo que surja a Carmen, ver a su hermana, ser el rey de la ironía (“Es que no pillo el humor de Rafa” es posiblemente la frase más dicha por los concursantes más mediocres del año) y decir mucho aquello de “Joder, macho”.
Es, de calle, el concursante más auténtico y divertido de una edición en la que nada ha sido natural: los enfados se han exagerado, los concursantes creían saber lo que decir y hacer para “dar vídeos” y las carpetas se han forzado. Y entre todos ellos, la única persona que realmente parece estar pasándoselo bien en toda la casa, el único ganador justo de ‘Secret Story’, que al principio se parecía a Pepe Herrero pero ha terminado montando un nuevo tipo de concursante: Rafa.
Mañana, en la final, puede pasar cualquier cosa: los equipos de Marta y Rafa están votando como si no hubiera un mañana (literalmente) porque, claro, este año los votos son gratuitos y los bots cuestan poco dinero.
Si sois tuiteros, espero que todo esto os haga entender por qué mañana a las doce de la noche el trending topic será “TONGO”. De nada.
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