Antes para ser famoso tenías que decirle a tu madre aquello de "Mamá, quiero ser artista" (como decía Concha Velasco). Ahora "sólo" tienes que salir en la tele. Para conseguirlo tienes dos opciones (aparte, claro, de salir de público): liarte (o decir que lo has hecho) con algún (supuesto) famoso o apuntarte a algún reality (cada vez hay más y más llamativos).
Las dos opciones tienen como coste la pérdida de intimidad y dignidad. Aunque hay quien considera esto un bajo coste comparado con los cheques de Salsa Rosa o los premios de Gran Hermano. Si quieres saber qué más puedes perder, consulta las cláusulas que Electro duende nos cuenta para entrar en la casa de GH .
Si después de leerlas aún quieres ser famoso, es que estás hecho para ir a programas tipo Tómbola. Hay otras maneras de ser famoso, recuerda las sabias palabras de la Srta. Grant: "Queréis la fama, pero la fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar. Con sudor".
En la tele pagas con algo más: te vuelves esclavo de ella.
Vía | Electro duende