Se jactan las televisiones de haber encontrado la gallina de los huevos de oro con la retransmisión de las emociones. Es posible ver a gente llorando en la tele a todas horas. Además de los dramas de ficción tenemos los dramas cotidianos, las sonrisas y las lágrimas, sobre todo las lágrimas, provocadas por buenas o malas noticias, eso es lo de menos.
Hasta ahora lo habitual es que contextualizasen las emociones, que perdiesen algo de tiempo contando por qué llora la gente y, sobre todo, quién es esa persona que derrama lágrimas, muestra cabreo o pone cara de póquer ante una decepción. Ahora ya no hay tiempo. Siguiendo con la norma que dice que el tiempo en televisión cuesta dinero sólo nos enseñan la reacción de las personas, el resto desaparece en la trilla y muy buena tiene que ser la historia para que le den algún segundo.
En los últimos castings de los distintos talent show que pueblan las parrillas ya podemos ver la emoción concentrada. El sí o el no, la lágrima o el entusiasmo fugaz y a otra cosa. Los de El Gran Quiz van a emitir píldoras de un minuto. ¿No están exprimiendo demasiado el asunto? Por un lado, los espectadores nos vamos acostumbrando a ver las emociones y ya no nos hacen el mismo efecto que antes, y por otro resulta difícil sentir empatía ante gente de la que desconocemos absolutamente todo.
Quizá esta tendencia forme parte de la necesaria evolución del género pero por lo que veo tampoco hay unanimidad. Fama se erige en modelo de profesores-jurado ideales, OT redunda más que nadie en la figura del borde, Tú sí que vales se regodea en el espectáculo del jurado. Quizá se esté decidiendo quién se lleva el gato al agua en este sentido pero lo que unos y otros parecen tener claro es que las emociones son la clave y todos se promocionan haciendo hincapié en las risas y en las lágrimas.
Me pregunto si todo este asunto será sólo una moda, una búsqueda pasajera, o si se ha institucionalizado y ya no habrá quien lo cambie. Como la mayoría de las cosas, si nos fijamos en lo que se está haciendo en Estados Unidos parece que se reproducen como esporas los reality sobre la vida de famosos. En cualquier caso, yo sigo emocionándome con Dexter o con Perdidos y si alguien es expulsado de una final me importa más bien poco, aunque en esto, a la vista de las audiencias, soy minoría.
Imagen | Daily Mail En ¡Vaya Tele! | Supermodelo 2008... ¿con chicos?