Hay que andarse con cuidado, porque un día puedes estar insultando a alguien por WhatsApp y al siguiente te lo han puesto de cita en 'First Dates', tal como le sucedió a Antonio y Belén.
Enemigos virtuales
Antonio es de Córdoba, trabaja en una central nuclear de Zaragoza y suma ya 42 primaveras, aunque no considera que los aparente, ni física ni mentalmente. Hace poco le robaron por la calle y se quedó "con menos papeles que una liebre". Busca una chica que sea buena persona y le haga reír.
Belén tiene 40 años, también vive en Zaragoza y es recepcionista. Es atrevida y una friki de TikTok. Aunque a veces pueda ir un poco pijilla, es una moderna y nada pavisosa. Eso sí, no le gustaron nada las mechas de Antonio: "Están bastante desactualizadas, yo le daría un cambio de look".
Cuando empezaron a hablar, a Belén se le encendió la bombilla y reconoció a Antonio: al parecer, ambos se conocieron en un grupo de WhatsApp donde tuvieron una discusión: "Acabamos peleando, como el rosario de la aurora". Él también se cató: "Me han traído a la chica esta, veremos cómo termina la cosa".
Finalmente, decidieron hablar abiertamente del tema: en un grupo para hacer amigos en Zaragoza, ella contó una anécdota que le pasó en su casa, él respondió "con un humor andaluz que no le entró nada bien" y a partir de ahí se enzarzaron en una discusión: "Para chula, yo".
Ambos querían aparentar como que ya ni se acordaban de aquel percance, pero se notaba que las rendillas todavía escocían. Aun así, decidieron enterrar el hacha de guerra y dejarlo en que fue todo un malentendido para tener la fiesta en paz.
No obstante, en la cita tampoco fue todo sobre ruedas: a Belén no le convenció que Antonio se hubiera lanzado enseguida a los brazos de una pareja más joven cuando terminó una relación de 14 años y tampoco que él no hubiera visto 'El diario de Noa'.
Cuando Antonio le confesó que tenía miedo a volar en avión, ella ya le hizo la cruz: "Denota que es una persona cerrada. No puede ser que, con la edad que tiene, no haya visto mundo". Tanto es así que no cambió de opinión ni aunque en el reservado él la besara: "Me ha robado un beso pero ni me he enterado".
Belén dejó claro que no quería una segunda cita, porque además no le había gustado su acento y esperaba alguien "más seductor". Antonio parecía que iba a decir otra cosa, pero al final coincidió en que lo mejor era "no haberse matado", teniendo en cuenta sus antecedentes.
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