Cinco razones para ver realities americanos

Imagino que muchos recordaréis aquellos tiempos en los que las series de televisión eran vistas con cierto desprecio, en especial a la hora de compararlas con las películas. Eso hace tiempo que ha cambiado bastante (aunque todavía hay algunos como Bret Easton Ellis, famoso escritor de novelas como ‘American Psycho’, que hace unos días en su twitter arremetió contra cualquier posibilidad de situar a las series por encima del cine), pero aún hay varios programas televisivos que son vistos con claro desprecio por la mayoría.

Hace unos días fue el ‘Pressing Catch‘ lo que defendí, pero ahora le ha llegado el momento a algo que está ganando terreno en los últimos tiempos entre los amantes de la televisión americana: Los realities. Yo fui el primero que, motivado por la escasa calidad de la mayoría de propuestas españolas, calificaba a estos formatos como telebasura tiempo atrás, pero hace tiempo que descubrí el apasionante mundo de los realities americanos y he creído conveniente señalar cinco motivos por los que al menos habría que darles una oportunidad.

La Variedad

Uno puede encontrar un reality americano de prácticamente cualquier cosa (os podría dar algún ejemplo, pero seguro que hay alguna rareza aún mayor. Personalmente, descubrí hace poco el de los compradores en subastas de almacenes abandonados sin sorprenderme lo más mínimo por su existencia). Y sí, entre ellos hay bastante oferta trash cuyo mayor mérito es su capacidad para no poder apartar la mirada de las barbaridades que aparecen en pantalla. Sin embargo, sería muy injusto quedarnos únicamente con ellos cuando hay propuestas cuidadas hasta el más mínimo detalle.

Uno de los detalles esenciales para mí a la hora de elegir cuáles son los que más me motivan es que incluyan pruebas en las que los concursantes tengan que hacer cosas. Ahí ya depende de cada uno si prefiere ver como crean vestuario para que una modelo lo luzca en la pasarela o simplemente luchar por un poco de comida en una isla dejada de la mano de Dios. Sin embargo, los hay para los que las pruebas son un mero accesorio para ver como los concursantes se despellejan entre sí sacando lo peor de sí mismos. Yo creo que la clave está en el equilibrio de ambas opciones.

Los Personajes

Algo esencial es acertar con el casting de cada edición, un arte que últimamente está decayendo un poco por estar dando demasiada importancia al hecho de seleccionar más a los concursantes por su apariencia que por su presunta capacidad para jugar. Eso en España se traduce en desnudos en Interviú o acabar como contertulio en algún programa del corazón.

Sin embargo, suele haber grandes aciertos a la hora de elegir a los concursantes, corriendo el riesgo de que te canibalice totalmente su edición (Russell Hantz y la decimonovena entrega de ‘Survivor‘, mi favorito personal), pero también de crear equilibrios en los que el reality se convierta en una guerra campal entre dos bandos. Además, no faltan los participantes que utilizan el pasar desapercibidos como estrategia o los que se vuelven medio locos y actúan por vete a saber qué motivo. Hay de todo, y lo normal es encontrar alguien en cada edición con el que puedas simpatizar de una forma u otra.

La Duración

No tengo problema en admitir que veo varios realities españoles como ‘El Conquistador del Fin del Mundo‘ o ‘Pekin Express‘, pero uno de los mayores problemas que les encuentro es que duran demasiado. Sin embargo, en Estados Unidos lo más habitual es que duren apenas 40 minutos, lo mismo que las series dramáticas, lo cual facilita sobremanera su visionado. Además, salvo pequeñas excepciones como ‘Big Brother‘, también contienen bastante el número de episodios por edición, llegando a ser hasta sencillo el ver alguna en un único día.

El Montaje

Es obvio que si la duración se reduce, hay que estar muy atentos a qué merece la pena ser incluido en el montaje final y qué podemos dejar para su aparición en Internet para los más fans del reality en cuestión. Esto se traduce en que los realmente buenos consiguen un ritmo que te mantiene pegado al sillón, ya sea por la cantidad de cosas que suceden o por el trabajo magistral a la hora de sembrar la duda en el espectador sobre la decisión que tomará el concursante que tenga el poder en dicho momento.

Son Adictivos

Seguramente lo más importante de todo, y es que poco importa que estén bien hechos, con buenos personajes y una duración moderada si a uno le importa tres narices lo que pasa. Eso nos pasa a algunos con supuestas grandes series cuyo prestigio nos cuenta entender, pero aquí puedes encontrar la respuesta a tus suplicas de encontrar algo que te enganche tanto como aquella serie por la que pusiste en pausa tu vida social para poder verla lo antes posible. Sólo tienes que encontrar el tuyo y prepararte para disfrutar, que lo harás.

PD: ¿A qué se parecen bastante a los motivos para defender las series? Por cierto, los amantes de los giros de guión y los cliffhanger también disfrutarán de lo lindo si saben elegir cuáles ver. Y es que, por muchas críticas que me puedan caer, poca diferencia hay entre ver un buen reality y una buena serie.

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