Hacer un programa relacionado con la cocina no es sencillo. El arte culinario utiliza todos los sentidos para transmitirnos una serie de sensaciones a la hora de disfrutar de un plato de comida. Debido a esto, transmitir lo mismo únicamente a través de la vista dejando a un lado los otros sentidos es algo tremendamente complicado y complejo de realizar. Aún así, nos encontramos en televisión numerosos espacios dedicados a la gastronomía, incluyendo realities como el protagonista de hoy, 'Top Chef'.
El reality de Atresmedia comenzó el año pasado en un intento de poner de nuevo de moda los programas de cocina como había ocurrido en los años 90. Gracias a la introducción que le hizo 'MasterChef' unos meses antes, 'Top Chef' consiguió atraer a los espectadores con la promesa de encontrarnos cocineros profesionales compitiendo entre ellos. Ayer pudimos ver el final de su segunda temporada y podemos asegurar que ha conseguido mantener el nivel de un programa de estas características.
No cambies lo que ya está bien
Cuando algo funciona bien ¿para qué cambiarlo? Eso es lo que debieron pensar los directores de 'Top Chef' una vez que se plantearon una segunda temporada. Y así se ha demostrado durante su emisión. El formato del programa ha sido idéntico a su primera temporada, teniendo todas las pruebas habituales con su guión perfectamente estudiando y seguido tanto por los participantes como por el jurado.
La variedad fue introducida por la pruebas mostradas. Obviamente, no íbamos a tener las mismas localizaciones que el año pasado, con lo que nos encontramos con una variedad interesante, con pruebas como la de pescar en unas lagunas o la de conseguir los alimentos ellos mismos de la huerta. Aún así, viendo que es la segunda temporada eché de menos una apuesta más arriesgada en las pruebas. Quizás potenciar más a los cocineros famosos que visitan o introducir más pruebas en exteriores para mostrar algo más espectacular que simples fogones
El jurado de los altibajos
En el jurado del reality este año tuvimos un cambio: Jesús León por Yayo Daporta. Pese a ser Yao de mi tierra tengo que reconocer que pese a haberlo intentado no ha estado a la altura. Ha tenido una curva de comportamiento ascendente, pero no consiguió en prácticamente ningún momento sacarse ese nerviosismo delante de las cámaras que evitaron que tuviera la soltura necesaria para comunicar adecuadamente.
En cuanto al resto del jurado sólo tengo opiniones positivas. Por un lado Susi ha dejado de ser el florero que era la temporada pasada para tomar un rol mucho más activo, seguramente potenciado gracias a que Chicote dio dos pasos atrás, dejando a un lado el gran protagonismo que cogía en la primera temporada para ser, simplemente, el presentador y uno más en el jurado.
Un cásting mejor y equilibrado
Siempre digo que en un reality una de las partes más importantes es el casting. Pese a poder pecar de estar influenciado por lo reciente que es, personalmente creo que el casting de este segundo año ha sido mejor que el de la primera temporada. Ha habido una mayor variedad de estilos de cocina así como de personalidades, teniendo desde la super tímida, pasando por el borde, el creído e incluso el que cae mal a todo el mundo pero que por su calidad acaba llegando a la final (sí, estoy hablando de Marc).
La principal diferencia con este nuevo casting es que la mayoría de los concursantes han sido protagonistas en algún momento. El reality no se ha centrado únicamente en los que daban más juego (con excepción de Carlos, pero se entiende viendo la carne de reality que era), sino que optaron por dar minutos a todos los concursantes cuando lo necesitaban. Y yo por eso aplaudo al director del programa.
La duración sigue siendo un problema
Cuando me quejo por la duración del prime time en España mis amigos me comentan que parece que tengo una vendetta personal. Puede que tengan razón pero es que 'Top Chef' es un claro ejemplo de lo mal que está organizada la parrilla española. El programa estaba siempre programado para las 22:30 horas pero prácticamente nunca empezaba a esa hora, yéndose en muchas ocasiones a cerca de las 11 gracias a avances, anuncios y promociones previas con ningún sentido salvo el de ganar dinero con el programa.
Debido a empezar tan tarde el programa terminaba siempre cerca de la 1 de la madrugada, un horario a todas horas imposible si eres de los que trabaja al día siguiente y necesitas unas horas mínimas de sueño. Servidor optó por ver medio programa en directo y, con gran habilidad para esquivar los spoilers, continuar viéndolo al día siguiente a través de la web de Antena 3. No voy a hacer aquí una defensa a ultranza del horario americano, pero dado que está tan en boga la concienciación de horarios para la vida familiar, el horario televisivo del primer time sería algo a analizar muy de cerca.
'Top Chef' sigue valiendo la pena
Concluyendo este análisis hay que reconocer que 'Top Chef' es un programa que sigue valiendo la pena. Echando un vistazo atrás con mi análisis del año pasado, el programa ha corregido algunos errores y ha mantenido otros, por lo que siguiendo la coherencia sería ilógico decir que esta temporada no ha sido bastante buena, porque sí lo ha sido, si no no hubiera estado semana tras semana pegado al televisor viendo platos que en mi vida voy a saber hacer.
Si tuviera que pedir algo para la temporada que viene (aparte de la duración), me gustaría que hubiera más variedad en las pruebas, así como que explotaran mucho más las visitas de cocineros famosos que han tenido a lo largo de la temporada. Pese a que el programa tuvo menores audiencias que la primera temporada, la final consiguió un nada desdeñable 21,3% de audiencia, por lo que es más probable que el programa consiga una tercera temporada. Y yo que me alegro.
En ¡Vaya Tele! | 'Top Chef' cuando la cocina sí puede ser espectáculo
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