Si te va regular con tu pareja, hay muchas maneras de afrontarlo: podéis conversar, dejarlo o incluso hacer terapia de pareja. Quizá ir a 'La isla de las tentaciones' para comprobar si, teniendo la posibilidad, no os zumbáis a otras personas quizá no sea la idea brillante que Laura y Mario han creído que era. Una pareja en crisis (ella le puso los cuernos un mes antes de entrar) en la que ambos se han liado con otras personas en la isla es una receta para el desastre. Y más cuando ella ha pedido verle y confrontarle en una hoguera porque ha visto cosas que no le gustan. La paja en ojo ajeno y la viga en el propio, vaya.
Me quiere, no me quiere
La verdad es que Mario estaba con la mosca tras la oreja desde el día uno: no se despidió de Laura, ha seguido sus instintos y, tras ver cómo se morreaba con Adri y saber que le engañó un mes ante de ir al programa con Álvaro Boix, antiguo concursante y actual tentador, no parecía muy por la labor de hablar con ella. Sus compañeros, claro, le han animado porque no tiene nada que perder, pero Telecinco ha decidido, sabiamente, cebar hasta el final si va o no va.
"Si no viene es que no me quiere y todo el tiempo que he estado con él no ha servido para nada", dice Laura con una extraña idea del amor mientras espera a que aparezca Mario para acuchillarse mutuamente. Hablando con Sandra, parece que se da cuenta de que se quieren regular, pero eso no impide que siga adelante con la hoguera de confrontación.
Al final, por supuesto, él aparece y le pide un abrazo. Claro, que lo tóxico viene después: Laura intenta besarle y él ataja sus acercamientos con un "Vamos a hablar" y negándose a mirarla a los ojos. "Si de verdad nos queremos y tanto nos importa lo nuestro, ¿por qué me haces esto?", dice él, asegurando que lo único que le ha dolido de verdad es la infidelidad de Laura con Álvaro.
Ella responde que su novio también le fue infiel, algo a lo que él responde "es de locos lo que haces por salvarte el culo", negando una y otra vez que haya estado con otra chica. Laura opina que lo que está haciendo él es simplemente preocuparse por el qué dirán y asegura que Mario sabía perfectamente lo que había pasado. No tarda mucho más en salir escopetado enarbolando un "Qué sinvergüenza, chaval". Ha tardado en llegar, pero ya está aquí el primer bombazo de la temporada. Ya era hora.
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