Continuando con las entradas del maltrato publicitario a cargo de las cadenas de televisión, también existe una sobresaturación con el arranque de la serie. Y como un lector nos recordaba vía mail, ¿por qué dicen que las series empiezan a las 22:00, si luego lo normal es que empiecen a las 22:30?
Tanto Tele5 como antena3, cuando TVE emitía un partido de la Champions entre semana, retrasaban el inicio del programa que coincidiese con el partido hasta la finalización del mismo. El truco consistía en alargar un poco la emisión del programa anterior hasta más allá de las 22:00, emitiendo un minuto del programa que debería empezar a las diez de la noche, a las diez y cuarto, quince minutos de publicidad, y empezar la emisión a las diez y media, cuando la posibilidad de que otras personas se muevan de canal es menos factible.
Claro que uno pensaba que cuando no hubiese fútbol, esta mala costumbre no se repetiría a menudo. ¡Ja! Por más que miro en los periódicos, la hora a la que deben acabar los programas de las nueve y media, son las diez de la noche. ¡Y nadie lo cumple!
Sangrante son las casos de Camera Café y Escenas de matrimonio, y el eterno bloque de publicidad anterior a la emisión de los títulos de crédito previos a la emisión del programa que en realidad debería haber empezado a las diez.
¿Este incumplimiento de la programación no está penalizado? ¿Puede la televisión privada pasarse la paciencia del espectador por donde le dé la gana? Es lo que hay, así que toca aguantarse. ¡Ja! Menos mal que apareció Internet, las opciones de ver televisión por el ordenador y el santo P2P. Y uno alucina cuando los directivos no entienden por qué la gente quita tiempo de ver televisión por irse a navegar por Internet. Si yo les contase, les diría que nos están echando, que la paciencia está agotada, y que basta ya de ser maltratado todos los días con el incumplimiento de los horarios de la programación. Si se dice que la serie empieza a las diez, ésta debe empezar a su hora, y nada de anuncios a los dos minutos de emisión del programa. No creo que sea tan difícil de entender.
Escuchaba ayer en la radio al director de Cuatro, que también ha hecho las labores de presidente del jurado de los premios Ondas, que en España se hacía buena televisión. Buff, esa afirmación es para pensarla con detenimiento. Pero uno le responde con un par de preguntas: ¿Con qué vara se mide eso? ¿Y comparándolo con quién? Porque del trato de respeto a la audiencia ya ni hablamos.