Desde abril de 2009 el número de audímetros en hogares españoles subirá a 4.500 para estar en condiciones de reflejar el aumento de canales y la fragmentación de la audiencia. Ya era hora, diréis algunos. Desde 1993, fecha en la Sofres se hizo cargo de las mediciones, se ha pasado de los 2.500 audímetros a los 4.500 que habrá activos el año que viene. Pese a que este dato no nos parezca significativo, España es el séptimo país en número medidores de audiencia. Y hasta aquí el optimismo.
Poco se concreta acerca de cómo se van a medir los datos de la audiencia de los ordenadores o los dispositivos móviles y seguimos teniendo unos datos meramente cuantitativos y muy poco cualitativos. Pero lo que más me llama la atención es que se asocie con total naturalidad programación y publicidad porque, no nos engañemos, los mismos que miden las audiencias venden los espacios publicitarios de las cadenas. El negocio es redondo.
Parece cada vez más claro que si alguien puede influir en la forma en que se miden las audiencias son los anunciantes. ¿Alguien podría explicarme por qué las marcas se siguen conformando con estas mediciones para programar sus campañas? Me parece del todo incomprensible. El día en el que a los anunciantes se les caiga la venda de los ojos, el sistema de audítremos estará definitivamente en la picota. Mientras tanto, parece que vamos a seguir viendo la televisión en función de unos resultados que, se pongan como se pongan y los vendan como los vendan, son unos datos fantasma.
Vía | Fórmula TV En ¡Vaya Tele! | Esclavos de quienes miden el share
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