El Product Placement en España es una práctica tolerada, quiero decir, no está prohibida pero tampoco regulada, de manera que las productoras y cadenas van colando sus marcas en series y programas y estiran la goma hasta que un día de estos la goma se va a romper y le va dar a anunciantes y productoras en las narices.
Todos estamos acostumbrados a ver a las familias más famosas de la tele desayunar, es lo que acostumbran a hacer todos juntos con más frecuencia, mucha más que comer o cenar, y no porque una encuesta haya revelado que esas son las costumbres de la sociedad española, sino porque existe un número mayor de anunciantes de productos de desayuno dispuestos a poner dinero sobre la mesa para 'product placement' del que existe para otro tipo de productos. Si el jamón de york o la mortadela se vendiera en televisión igual de bien que las magdalenas o la leche ya veriais como la merienda en familia se institucionalizaba rapidamente en todas las familias de bien de la televisión nacional. Bromas aparte, el 'product placement' empieza a convertirse en un problema cuando desvía la atención del espectador, cuando el número de marcas presentes es tan alto que parece que estemos atendiendo a un desfile de productos de consumo y no a un programa de televisión. Es lo que podría estar ocurriendo con el programa de Karlos Arguiñano, que en el mes de septiembre ha batido todo un record y en 22 emisiones de su programa La cocina de Karlos Arguiñano ha mostrado un total de 83 productos con su marca en 'concepto de product placement', desde la siempre presente cocina Fagor hasta los más recientes cuchillos Arcos.
El caso contrario es el que hemos visto alguna vez en programas como Gran Hermano donde tienen que comer y beber y, con tal de no darles espacio gratuito, son capaces de tener a alguien perdiendo el tiempo pegando etiquetas negras encima de toda marca reconocible de los paquetes de alimentos y bebidas... ¡ni tanto, ni tan calvo!
Como la cosa se desmande, van a tener que ponerse serios y empezar a regular y entonces se acabó el chollo. Como siempre pasa en estos casos, hay que tener mucho cuidado y cuando algo da dinero, aunque sea poco a poco (y que conste que en este caso no era tan poco) no hay que intentar exprimirlo a lo bruto, especialmente si no está regulado y se sabe que hay un agujero legal que está permitiendo que se gane un dinero en concepto de publicidad que podríamos llamar "encubierta". Que la cosa se está poniendo fea, que se está empezando a hablar de ello y ya veo a las asociaciones de espectadores, siempre muy dadas a montar números a cuenta de estas cosas, enfadadísmas y pidiendo responsabilidades... ya veremos en que acaba pero, si yo tuviera una productora no estiraría tanto la goma o me cuidaría mucho las narices.
Vía | Directo al paladar