Dependiendo del lugar donde se vea el anuncio, la parte correspondiente a personajes reales cambiará. Aquí es una pareja de jóvenes, en el que se ha emitido esta pasada noche en las cadenas españolas, son dos trabajadores. La situación es la misma, hay un problema con la última botella de Coca Cola, y el mundo fantástico que se esconde tras los botones de la máquina de Coca Cola, entra en funcionamiento para darle al cliente lo que necesita... una pizca de felicidad.
Todo lo que prometía el trailer del anuncio, se ha visto superado con cruces con el anuncio completo. Todo un portento de imaginación. Cine trasladado a las dimensiones y duración de un cortometraje, que tras la entrega de Scorsese, supone otro regalo navideño. Lo cierto es que las navidades televisivas, en perspectiva, prometen. ¿Quién decía que para entregar una obra de arte, ésta debía durar al menos 30 minutos? Para muestra un botón.