Una variante de películas biográficas con escasa continuidad fue la que empieza, más o menos, con 'Shakespeare enamorado' ('Shakespeare in love', 1998). Aunque llena de estupendos detalles históricos fascinantes, la película de John Madden depende enteramente de la inventiva y el ingenio de su guión, que firma Tom Stoppard.
Frente a una posibilidad de un Shakespeare real, la película, jocosa, imagina a un Shakespeare viviendo en un mundo shakesperiano: así el dramaturgo habla y habita un mundo que se presta a que suceda otra vez más una de sus obras o, mejor dicho, varias de ellas. El creador, por supuesto, se encontraba escribiendo una de sus primeras tragedias, el romance entre Romeo y Julieta, lo que servía para revisitarla sin los rigores o exigencias de la adaptación directa.
En un mundo shakesperiano
En hábil e inteligente maniobra, el final no era feliz y tragedia y comedia tenían ahora justificación: la comedia alivia, la tragedia conecta con nuestros instintos de la vida.
Podemos lamentar que la dirección no esté a la altura de las ideas formidables de su escritura, pero la película, al menos, no quiere ser hiperrealista ni verosímil y hay algo hondo en su estrategia: como si Shakespeare fuera demasiado grande que un acercamiento factual, por documentado que estuviera, sería inútil.
Una variante de la película llegó en forma de cortometraje y se llamó 'George Lucas in Love' (id, 1999). Que toda la imaginería de La guerra de las galaxias quepa en un cortometraje nos da una idea de la amplitud real de su universo, y no deja de ser gracioso y significativo que todo se reduzca a un sueño adolescente.
Interpretando a Hitchcock
La única película con el mismo sentido del humor y la biografía que la de Madden fue estrenada hace dos años y se ocupaba también de un genio ominoso de su medio. 'Hitchock' (id, 2012), como ya saben quienes han visto, imagina la escritura de otra obra clave (se trata de Psicosis) en un ambiente de intrigas, claro está, hitchockianas.
El creador (también británico) está interpretado por Anthony Hopkins con un sentido cómico proporcionado. La película presenta todos y cada uno de los temas emblemáticos de su creador como elementos de la trama: la mórbida obsesión por la mirada, la infidelidad como fuente de castigo y razón de ser de una pareja, la mujer como la única audaz en un duo....
De nuevo, el argumento parece repetirse, con una variante: a diferencia de Shakespeare, la vida del director Hitchock está más documentada y probablemente pueda ser examinada a una luz menos ajustada, incluso provechosa, si desdeñamos las odiseas sensacionalistas escritas por Donald Spoto.
Pero ambos creadores (Shakespeare y Hitchock) son creadores también de su propio adjetivo. Esto nos da una idea aproximada de la fuerza.
Sin embargo hay algo honesto en esta aproximación: el cine biográfico debería ser también y antes que nada un pequeño ensayo sobre como interpretamos lo que hicieron los personajes.
Continuará...
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