Southland Tales, lista la versión del estudio

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31 Octubre 2007

Carlos Caridad Montero

Finalmente, el próximo mes será estrenada, en territorio estadounidense, Southland Tales, el segundo filme de Richard Kelly (director del filme de culto Donnie Darko).

No obstante, 'Southland Tales' ya se ha enfrentado al público antes. Y vaya enfrentamiento.

Cuando el año pasado fue exhibida en el Festival de Cannes, buena parte del público la abucheó y abandonó la sala. Debió ser una dura experiencia para Kelly. De hecho, lo fue, porque así se lo ha expresado a The New York Times:

Fue doloroso. Yo sólo pensaba 'por favor, que se acabe, que se acabe'.

La versión que se proyectó en esa ocasión tenía una duración cercana a las tres ahora. La que será estrenada el mes entrante dura la mitad. Casi podría decirse que Southland Tales ha recorrido el camino inverso de otras películas: de la versión del director, a la versión del estudio.

En un principio, según el diario newyorkino, a Kelly le preocupó que después de la debacle de Cannes, su película fuera mutilada de mala manera. Pero tal parece que no ha sido así. Sony compró la película y pago por los cambios necesarios. Se le añadió un prólogo —que cuenta la historia de los EE.UU. después de un estallido nuclear—, se le agregó un millón de dólares en efectos especiales, muchas escenas fueron recortadas y reordenadas, y se grabó de nuevo la narración de Justin Timberlake.

Yo había dirigido mal a Justin. Era demasiado sarcástico. Cuando lo hicimos de nuevo, le pedí que viera Apocalypse Now, de modo que terminamos haciendo una narración muy seca.

La película también perdió una subtrama en la que Janeane Garofalo interpretaba a un general.

En el interín, Kelly completó la trilogía de novelas gráficas que preceden la historia de Southland Tales (que, de hecho, comienza como en Star Wars, en el capítulo IV), lo que le ayudó a afinar la construcción narrativa. En la página oficial del filme, pueden consultar algunas páginas de estas novelas gráfica.

La trama de 'Southland Tales' transcurre durante la campaña presidencial de los EE.UU. en el 2008, pero en una realidad paralela. El país trata de recuperarse de un ataque nuclear en Texas, pero al mismo tiempo, parece ir encaminado a una nueva catástrofe. Es un mundo ultrapop, en el que conviven una brecha en el continuum espacio-tiempo y una intrincada red de conspiraciones casi imposible de discernir.