'13 Tzameti' era una película con un look muy curioso que recuperaba la fotografía en blanco y negro de los films policiacos franceses, al tiempo que desarrollaba una trama más adecuada al metraje corto que al largo. Se puede ver aquí su tráiler, aquí leer la crítica de Alberto y aquí la mía.
En ella indicaba que, aunque '13 Tzameti' tenía sus hallazgos, más que nada parecía una película de estudiante y con esto hay que entender un trabajo para aprender, una tesis, un ensayo. Efectivamente, como tal la debe de haber considerado su propio autor, el francés de origen georgiano Géla Babluani, que ahora se dispone a rodar un auto-remake en color, en inglés y con un elevado presupuesto.
Sam Riley, protagonista del film 'Control', tomará el papel principal, que en la original encarnó Georges Babluani, hermano del realizador. En lugar de por Plan B de Brad Pitt, como se dijo en su momento, el film será finalmente producido por Overnight, quien también está preparando el thriller de Phillip Noyce, 'Southbound'. En la película original, el protagonista se llamaba Sébastien. Era un joven de 22 años que se ganaba la vida como podía. Trabajaba como obrero en una casa cuyo propietario muere repentinamente de sobredosis. Antes de su muerte, el dueño de la casa había recibido un misterioso sobre con un billete de tren y unas instrucciones. Por las conversaciones de la viuda con otros hombres, Sébastien adivina que se trata de un negocio interesante, así que decide tomar ese tren para ganar el dinero que el fallecido ya no podrá obtener. Poco a poco irá recibiendo pistas que le conduzcan a un lugar en el que no sabe qué va a ocurrirle. Ya que el film se disfruta más si no se sabe qué le depara ese trabajo, no cuento más y recomiendo que no lo leáis en otros medios si no lo sabéis aún.
No creo que el remake de '13 Tzameti' quede mejor que el original, a pesar de que el director pueda ser más adulto ahora. En general se podría decir que la primigenia era una película más interesante o curiosa que buena. El argumento en sí da para muy poco y lo que tenía la primera de curioso era precisamente lo que se había introducido para alargarla: subtramas que le dan entidad y unos extensos preliminares en los que Babluani logra escenas verdaderamente interesantes que podrían haber firmado Louis Malle, Jean-Pierre Melville o algún otro maestro del polar francés. En color se perderá este estilo y esta originalidad.
Fuente | Variety