Antes que nada, convendría precisar que un plano secuencia sería, como su propio nombre indica, una secuencia entera resuelta en un solo plano. Muchos no lo son. Los anglosajones, que suelen ser más exactos para estas cosas, lo llaman más apropiadamente: long take o tracking shot, que vendría a ser literalmente toma larga. De todas formas, decir plano secuencia queda más vistoso y así vamos a llamar a esta selección, que no pretende ser exhaustiva. Simplemente varios planos secuencia que a mí me parecen soberbios. Por supuesto que hay muchos más, y el lector puede (si le apetece) ampliar la lista con sus propias preferencias.
‘El demonio de las armas’ (‘Gun Crazy’, 1950)
Director: Joseph H. Lewis
Director de fotografía: Russell Harlan
Robo al banco – 3 min. y 29 seg.
La excelente película de Lewis (aquí podéis leer una crítica de Alberto Abuín) posee un plano secuencia literal, en el que la cámara permanece en el interior del coche antes del atraco, durante el mismo y en la posterior huida. Llama la atención en una época en que las retroproyecciones en los coches eran casi la norma (basta ver todo el cine de Hitchcock), así como por la extraordinaria profundidad de campo de la toma y la nitidez de todo el encuadre. No es un plano de una complejidad técnica inmensa, pero sí bastante grande. Soberbio:
‘Sed de mal’ (‘Touch of Evil’, 1958)
Director: Orson Welles
Director de fotografía: Russell Metty
Introducción – 3 min. y 10 seg.
No podía faltar este plano secuencia (en realidad una toma larguísima, porque la secuencia no está resuelta entera con él), que es el más famoso de la historia del cine. Personalmente, no creo que sea el más complejo, pero sí es de una calidad técnica deslumbrante, con una grúa sensacional que se eleva a los pocos segundos, para seguir a un coche por una ciudad, y luego desciende para quedarse con Charlton Heston y Janet Leigh. Lo más notable: el uso de la figuración, que es impresionante. Desgraciadamente, se nota el cabeceo de la pluma que lleva la cámara en algunos momentos del viaje, pero eso no empaña la excelente fotografía de Metty. La música de Henry Mancini es fenomenal, con el uso de la percusión para acentuar la tensión, como expresión del reloj de la bomba que no podemos oír.
‘Hijos de los hombres’ (2006)
Director: Alfonso Cuarón
Director de fotografía: Emmanuel Lubezki
Emboscada en el coche – 3 min. y 57 seg.
Nacimiento del bebé – 3 min. y 9 seg.
Huida final y batalla en el edificio en ruinas – 6 min. y 04 seg.
Dos de estos planos secuencia son, quizá, los más alucinantes de la historia del cine. Desgraciadamente, no puedo subirlos aquí, aunque el lector puede verlos desde los links que he dispuesto en cada secuencia, menos la del parto. El primero de los tres es una maravilla, con la cámara en el interior del coche, situada entre los cinco personajes que van en él. Se mueve entre ellos, encuadrando continuamente, sin perder jamás la referencia. Luego, en el ataque, sigue moviéndose de manera muy fluida. La única pega que se puede poner es que el momento en que cae la moto queda algo irreal, pero es un plano secuencia extraordinario, finalizado elegantemente con Clive Owen saliendo del coche, momento que aprovecha Cuarón para salir también del coche, y así encuadrarlo desde fuera, estáticamente, viendo como se marcha, y panoramizando hacia los dos policías caídos.
La secuencia del parto es, en comparación, la menos compleja, pero el trabajo de los actores es fenomenal, y la lámpara como única fuente de luz es una decisión de gran coraje. Más de tres minutos para el parto más memorable que se recuerda.
Y la secuencia climática de la película es ya algo digno de todo elogio. Poco más de seis minutos, desde la entrada en el túnel hasta que el personaje de Chiwetel Ejiofor apunta con su arma a Clive Owen y Clare Hope-Ashitey. No es el más largo, pero probablemente sea el más complejo técnicamente que jamás se haya realizado. Seis minutos de tiroteos, explosiones y un seguimiento increíble por parte del operador de la cámara a Owen, y sin desenfocar en ningún momento. Todo un alarde que certifica el enorme talento de Cuarón y Lubezki y la condición de obra suprema de ‘Hijos de los hombres’, de la que tenéis varias críticas en blogdecine: la de Bea, la de Juan Luis, la de Alberto y la mía.
‘Nostalghia’ (1983)
Director: Andrei Tarkovski
Director de fotografía: Giuseppe Lanci
La vela en la piscina – 8 min. y 43 seg.
Hay muchos planos secuencia (y tomas largas) majestuosos en la filmografía del gran director ruso. Para él, era capital que el plano fuera “llenándose de tiempo”, y por ello trataba de usar el corte lo mínimo posible. El famoso plano de su sexta película quizá sea una de las tomas más largas, fascinantes y conmovedoras de la entera historia del cine. Algunos dirían que no es un plano de una complejidad técnica enorme, y no puedo estar de acuerdo con ellos. Tanto la interpretación de Oleg Yakovskiy, como el uso de la cámara, y la misma historia de la secuencia, son dignos de la más alta admiración por su precisión, su contenida emotividad. Un plano de fe:
‘Sacrificio’ (‘Offret’, 1986)
Director: Andrei Tarkovski
Director de fotografía: Sven Nykvist
Incendio de la casa – 6 min.
El último plano que filmó en su vida Tarkovski fue también el más complejo. Con la casa ardiendo de fondo, había previsto este complejo movimiento de cámara y de actores, y necesitaba hacerse a la primera, porque el incendio de la casa es real, y no disponían de más oportunidades. Sin embargo, la cámara falló, y cundió la desesperanza en el equipo. Pocas semanas después, volvieron a construir la casa y lo intentaron de nuevo. No puedo ni imaginarme la tensión que se viviría en el rodaje. Seis minutos de cine extremo, en el que un enorme sacrificio de fuego y esperanza casi loca, provoca una conmoción visual en el espectador como pocas veces se ha podido experimentar.
‘Uno de los nuestros’ (‘Goodfellas’, 1990)
Director: Martin Scorsese
Director de fotografía: Michael Ballhaus
Entrada al restaurante por la parte de atrás – 2 min. y 57 seg.
Primoroso plano secuencia, con el que está resuelto toda la escena. Una escena preñada de nostalgia por los buenos tiempos. El mafioso deslumbra a su novia entrando por la puerta de atrás del restaurante y saludando a varios trabajadores, y Scorsese nos deslumbra a nosotros con una steady sensacional. El lector puede revisarla de nuevo accediendo al link de arriba, porque no puedo subir el vídeo a este artículo. Cosas de youtube. Esto es amor por el cine, posteriormente homenajeado por Anderson (auténtico hijo estético de Scorsese) en la secuencia que a continuación comentamos.
‘Boogie Nights’ (1997)
Director: Paul Thomas Anderson
Director de fotografía: Robert Elswitt
Introducción – 2 min. y 45 seg.
Y si lo de Scorsese es amor por el cine desatado, lo de Anderson no es menos. Alucinante plano secuencia con un uso asombroso de la steady cam, muy fluido y muy natural, con los actores moviéndose de manera totalmente veraz, sin el menor forzamiento. No me quiero ni imaginar la cantidad de ensayos y de tomas y de diversión que necesitó esta maravilla para hacerse realidad. Y cuánto criterio de Anderson a la hora de cortarlo: el momento en que el director de cine porno encuentra a su nueva estrella emergente. No me cansaré de decirlo: Anderson es uno de los cuatro o cinco directores norteamericanos vivos más grandes.
‘El juego de Hollywood’ (‘The Player’, 1992)
Director: Robert Altman
Director de fotografía: Jean Lépine
Introducción – 8 min.
No soy yo un gran admirador del cine de Robert Altman, y mucho menos de esta película, cuyas expectativas van decreciendo a medida que avanza. Sin embargo, hay que admitir que el plano secuencia, bastante famoso, con el que se abre, está muy bien. No es de una complejidad técnica enorme en cuanto a sus movimientos de cámara, pero sí en cuanto al amplio grupo de actores que entra y sale de cuadro. Un capricho que sin duda es lo mejor de una película altamente irregular.
Y, para terminar, tres ejemplos de películas que son un intento de cine sin cortes, en una larga toma de más de una hora de duración. Pese a todo, maticemos:
‘La soga’ (‘Rope’, 1948)
Director: Alfred Hitchcock
Directores de fotografía: William V. Skall y Joseph A. Valentine
El problema era, claro, que el chasis de una película, en aquellos tiempos sólo podía albergar unos trescientos metros de celuloide (diez minutos de metraje a lo sumo). Pero Hitchcock lo intentó. La pega es que a cada cambio de chasis, el gran director remarcaba de manera demasiado evidente el momento en que se iba a cambiar de toma, y todo queda en nada. Por ejemplo: cuando un personaje se acerca mucho a cámara, con chaqueta negra, y luego se aleja. La película era una buena historia de crímenes perfectos, con un estupendo James Stewart. Con las limitaciones de luz y de cámara, sin embargo, queda una de sus películas más teatrales y menos dinámicas.
‘Timecode’ (2000)
Director: Mike Figgis
Director de fotografía: Patrick Alexander Stewart
Mike Figgis fue un poco más allá: dividió la pantalla en cuatro recuadros, y en cada uno de ellos puso una larguísima toma, sin cortes, hasta el final. Pero, por definición, no hablamos solamente de una toma, sino de cuatro, y el montaje lo hacen nuestros ojos. Aunque es un esfuerzo loable, se rumorean algunos trucos para hacer tomas tan largas. La película no vale mucho, desgraciadamente.
‘El arca rusa’ (2002)
Director: Aleksandr Sokurov
Director de fotografía: Tilman Büttner
Una cosa está clara: Sokurov suele llamar la atención. Al igual que en el anterior caso, se rumorean algunos trucos de edición invisible en la conseción de este plano de 90 minutos. Otros dicen que no, que es real. El soporte digital permite un paseo por innumerables habitaciones, llenas de actores, para contar la historia de la rusa zarista, y contener gran parte de la cultura de ese país. Me parece un filme naif, pretencioso y hueco, cuyo único interés reside, precisamente, en su plano sin cortes.
Seguro que el lector puede aportar más planos secuencia que a él le hayan entusiasmado.
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