Philip K. Dick en el cine de los 90 (III)

Hemos visto que Philip K. Dick (1928-1982) ha influenciado, desde 1990 a 1997, muchas películas de ciencia-ficción, aunque la mayoría sólo de forma tangencial e insinuada. Llegamos a 1998, donde 'El Show de Truman', cinta a la que en todo caso considero una obra maestra, y con ella se inicia una etapa en la que Dick está más presente que nunca, y no sólo en películas clasificadas de "culto", sino también en verdaderos blockbusters.

Pues bien, 'El Show de Truman', dirigido por el excelente australiano Peter Weir, es una adaptación de una novela de Philip K. Dick. No es que Dick inspire mínimamente alguno de los aspectos de la película, es que realmente el guión de Andrew Niccol (del que ya hemos hablado por 'Gattaca'), toma descaradamente la trama argumental de 'Tiempo Desarticulado', una de las mejores novelas del escritor de Chicago. Dejando de lado su impecable desarrollo narrativo, la impresionante música de Philip Glass, y los momentos tan logrados con el personaje de Ed Harris, a 'El Show de Truman' hay que reconocerle su éxito también de esta perspectiva.

Como parece ser que 'El Show de Truman' es una de esas películas que todo el mundo parece haber visto alguna vez, es lógico pensar que de lo que hay que hablar es del libro. Bien. 'Tiempo Desarticulado' es una de las novelas más excéntricas de Philip K. Dick. Más que nada porque su condición de novela de ciencia-ficción es sólo una anécdota, marcada por un par de detalles. Por lo demás, es palpable que fue su primer intento de hacer una novela seria y obtener reconocimiento alejado del género.

La sinopsis ampliada de 'Tiempo Desarticulado' vendría a ser: En los años 50, en un pueblo de la América profunda, un tal Ragle Gumm lleva varios años subsistiendo a base de ganar un concurso que se celebra diariamente en el periódico local. Lleva una vida idílica, viviendo con sus familiares, pero poco a poco tiene la inquietud de echar una cana al aire y salir del pueblo, cosa que no ha hecho nunca. El punto de inflexión lo marca una revista que encuentra Gumm entre unos escombros; es un ejemplar del Time que incluye en la portada la foto de Marilyn Monroe. Lo gracioso es que para Gumm y para el resto del pueblo, Marilyn Monroe no ha existido. Y sin embargo, por la foto, parece toda una celebridad. Escamado por esto, intenta salir del pueblo varias veces, pero una autoridad desconocida se lo impide.

El clímax argumental se alcanza cuando se descubren varias cosas: el pueblo en realidad es una ilusión montada por el gobierno para ofrecer una vida estable a Ragle Gumm. A los demás habitantes del pueblo se les ha borrado la memoria. En realidad no están en 1959, sino en 1999. Ragle Gumm, inconscientemente, al realizar cada día el pasatiempo del periódico que le da de comer, en realidad está ayudando al gobierno a prevenir lanzamientos de bombas provenientes de los colonos de la Luna, con los que están en guerra, y que Gumm posee un don de precognición. Asimismo, Gumm representa un ente mesiánico que no sólo es celebérrimo, sino que sirve de evasión al resto de la humanidad que vive una guerra sin precedentes.

El que haya sido capaz de llegar hasta aquí, no sólo habrá visto ya analogías irrefutables con 'El Show de Truman', sino que habrá identificado claramente que Truman Burbank (interpretado decentemente por Jim Carrey), protagonista de la película, es una versión desvirtuada de Ragle Gumm. Ambos son famosos a escala mundial, uno por salvar sin saberlo a la Tierra, y el otro por ser protagonista del programa de TV más visto del mundo, también sin saberlo. Uno de los detalles que más llama la atención de 'El Show de Truman' es que parece (no lo indican) ambientarse en el futuro, cuando la estética del pueblo de Truman, Seahaven, tiene toques de los 50. Dicho esto, aunque podría extenderme mucho más, espero haber dejado claro que 'El Show de Truman' y 'Tiempo Desarticulado' son la misma cosa. Y sin reconocerlo en los créditos. En este sentido, 'El Bosque' (2004), la tramposa película de M. Night Shyamalan, también tiene una trama similar, pero la influencia de Dick es sólo plausible y remota.

Aunque sea de 1997, al estrenarse casi en Navidad, no fue hasta 1998 cuando todo el mundo vio y admiró 'Abre los Ojos', una extraña película del joven y prometedor cineasta español Alejandro Amenábar. Por mucho que se diga y se defiendan ciertas cosas, siempre diré que cuando vi 'Abre los Ojos', pensé directamente en 'Ubik', la novela más redonda de Philip K. Dick. Los motivos son aún más evidentes que en el caso de 'El Show de Truman'. Sin embargo, Amenábar nunca ha dicho nada al respecto de Dick, ni tampoco Mateo Gil, coguionista de la película. Tanto en la película como el libro se reflexiona de forma muy análoga sobre la vida después de la muerte, el concepto de criogenización, la femme-fatale de turno, el universo propio y tantos temas dickianos que, en definitiva, no hay por qué atribuir sólo 'Ubik' a la película, sino también otras novelas de misma temática como 'Ojo en el Cielo' o 'Los Tres Estigmas de Palmer Eldritch'. Sin querer explayarme mucho, me resulta particularmente difícil que alguien que lea 'Ubik' y luego vea la película, no note claramente las tremendas similitudes en el argumento y forma de la(s) historia(s) que se cuenta. Atención al señor mayor que ayuda al protagonista en la segunda mitad de la película, mucho me equivoco si ese no es el Glen Runciter de 'Ubik'. Por supuesto, hablar de 'Abre los Ojos' también conlleva hacerlo con 'Vanilla Sky', horrible remake americano al servicio de Tom Cruise, por el flojo director Cameron Crowe.

Pero no es la única vez que 'Ubik' ha sido adaptada a la gran pantalla, por mucho que algunos esperemos la adaptación definitiva. Porque 'Dark City', grandísima película de Lex Proyas también de 1998, representa en su esencia la reflexión que plantea dicha novela. Aquí también tenemos los mismos personajes de 'Ubik'. Joe Chip y Glen Runciter, los protagonistas, vuelven a estar asociados con claridad a los personajes que interpretan, respectivamente, Rufus Sewell y Kiefer Sutherland. No obstante, se puede hablar de 'Dark City' como una película que trasciende su inspiración en 'Ubik' para aportar otros temas dickianos como el uso de la droga, el reseteo (por llamarlo así) de identidades, y la sensación de paranoia unida al horrible presentimiento de albergar en el cerebro recuerdos y sentimientos implantados. 'Dark City' revisiona, en resumen, el mito platónico de la Caverna, una de las verdaderas obsesiones de Philip K. Dick, como se vio en su novela 'La Penúltima Verdad'. Muchos vieron que 'Dark City' era en gran medida una predecesora de 'Matrix', película que comparte temática y hasta estética. Pero es que lo curioso es que 'Matrix' también se inspira en 'Ubik', indirectamente, al recopilar los temas de 'Dark City'. Pero de esto hablaremos en la próxima entrega, ya que los años 90 dieron de sí en cuanto a relación del cine con Philip K. Dick se refiere.

Para terminar, veamos una escena de 'El Show de Truman' muy representativa de su influencia de Dick. La paranoia de Truman con el comportamiento de su mujer (que en realidad es una actriz al servicio del programa) es la del típico héroe dickiano. Fíjense cómo ella publicita un producto al puro estilo del inicio de los capítulos de 'Ubik':

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