Especulábamos hace relativamente poco con el supuesto declive de Hollywood. Quizás sea una falta de ideas que ha obligado a emprender una caza de historias sólidas, seguras. O quizás sea ese el problema, que las ideas están ahí pero es el dinero quien no confía en ellas.
Estos días hemos sabido en quien confía el dinero de Paramount Pictures. Y es que la distribuidora (que no productora a estas alturas del cuento) ha llegado a un acuerdo con la factoría de comics Marvel para hacer la distribución de las películas de los superhéroes que les quedan por llevar a la gran pantalla. Los primeros que suenan son los muy americanos Capitán América y Nick Furia.
Paramount se encargará del marketing y la distribución, mientras que la propia Marvel llevará a cabo la producción de las primeras diez adaptaciones que constan en el acuerdo. Ninguna de ellas será clasificada como no-apta por la MPAA, para maximizar audiencia y beneficios.
Y una buena parte de los beneficios hasta ahora se va a llevar Stan Lee, el creador de personajes de comic como Spiderman, entre otros. Y es que acaba de ganar un juicio por el que Marvel le va a tener que dar el 10% de la recaudación de la última adaptación de Spiderman y su secuela, algo así como ciento sesenta mil millones de dólares (y puede que me haya descontado). Lee ha declarado que siente "mucho cariño por Marvel y por la gente que trabaja allí". Seguro que es un sentimiento compartido.
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