En un día como el de hoy es justo y lógico hacer uno de esos posts de listas que tanto os gustan y discutís. Así pues cuando la luz de la noche ha bañado ya todas las calles de la ciudad y el día acaba, podemos empezar a pensar en nuestros padres, en los cinematográficos evidentemente, espero que los verdaderos no necesiten un día concreto para que os acordéis de ellos. No hay la más mínima duda en que la imagen que debería encabezar este post es la que he elegido de Atticus Finch. El famoso personaje —elegido en otra de esas absurdas listas americanas como el héroe preferido de los yanquis— que le reportaría un Oscar a Gregory Peck, es el padre por excelencia.
'Matar a un rusieñor' ('To Kill a Mockingbird, Robert Mulligan, 1962) es el film donde todos vimos a Finch, con su alto sentido de la justicia, y con la difícil tarea de cuidar a dos hijos sin una madre. Probablemente el tipo de hombre perfecto, y qué decir como modelo de padre, siempre preocupado con sus hijos, que se hacen mayores y pronto comprenderán lo horrible que es el mundo. Finch mostrará a sus propios hijos, aunque aún no tengan edad para entenderlo, y a mucha gente más, lo importante que es ser coherente con uno mismo y no faltar a tus ideales, intentando hacer siempre lo correcto. Una de esas películas que además marca la importante diferencia, a veces obviada por muchos, que existe entre la ley y la justicia.
Darth Vader
Aunque Darth Vader es padre toda la trilogía, evidentemente, el espectador se entera de ello en el impecable clímax de la mejor película de la serie: 'El imperio contraataca' ('The Empire Strikes Back', Irivin Kershner, 1980). En él Vader —siempre filmado desde una perspectiva inferior, el punto de vista de todo hijo hacia su padre— se muestra por primera vez humano, pero también aterrador con la propuesta que le hace a Luke. Como mandan los cánones de toda relación dificultosa entre padre e hijo, estos arreglan sus diferencias en la superentretenida 'El retorno del Jedi' ('The Return of the Jedi', Richard Marquand, 1983) donde ya le pondríamos rostro.
Matt Drayton
Spencer Tracy debería aparecer con un buen puñado de películas en los que daba vida a padres ejemplares, pero sobre todo ellos destaca su compisición en la inolvidable 'Adivina quién viene esta noche' ('Guess Who's Coming to Dinner', Stanley Kramer, 1967), film educativo donde los haya, de esos que deberían enseñarse en las escuelas. Drayton y su mujer, maravillosa Katharine Hepburn en el rol, reciben un día la noticia de que su hija se va a casar con un hombre de color. Dada la época en la que se hizo el film, las connotaciones raciales son más que evidentes, algo que debemos admitir no ha envejecido ni un ápice, desgraciadamente. El momento cumbre será aquel en el que un speech de Drayton, centrado en el amor que aún siente por su esposa, será una de las lecciones más grandes que le dará a su hija.
Henry Jones, Sr.
Sean Connery realizó una de sus mejores interpretaciones en 'Indiana Jones y la última cruzada' ('Indiana Jones and the Last Crusade', Steven Spielberg, 1989), teniendo un feeling con Harrison Ford realmente espectacular y hasta cierto punto inesperado. Tanto es así que si no fuera por Connery, el film, casi una copia de la primera entrega de la saga, perdería muchos puntos. La figura del padre como elemento más quer poderoso en el dibujo psicológico de uno de nuestros héroes favoritos, entendiendo que todo tiene un origen. Memorables los momentos de la playa y las gaviotas —primera instante en el que vemos que Indy admira a su padre— o cuando llama Indiana a su hijo. Spielberg cierra el film con un plano que es puro western y un servidor no puede sentirse más satisfecho con la relación paterno filial más divertida y emocionante que ha dado el cine moderno.
Mufasa
'El rey león' ('The Lion King', Roger Alles, Rob Minkoff, 1994) es una de las últimas grandes obras maestras de la Disney, un film admirado por prácticamente todo el mundo, y en el que la figura del padre es esencial en la historia. Con reminiscencias de Shakespeare, el trauma sufrido por Simba al creer que él es el culpable de la muerte de su padre, es de los que harán historia. Por fortuna los valores de quien fue un gran rey y también un ejemplar padre, siempre con el consejo adecuado, seguirán con vida en nuestro joven protagonista, cuyo periplo en compañía de buenos y extraños amigos le hará convertirse en un hombre, perdón, en un león, el que siempre quiere ver un orgilloso padre.
Su turno, damas y caballeros.
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