A mediados de la década de los 90, Harmony Korine parecía tener un brillante futuro por delante.
Y, efectivamente, así sería en los próximos cinco años. A principios de los 90, mientras practicaba skateboard en Washington Square Park, Korine había llamado la atención del fotógrafo y cineasta Larry Clark. En esa ocasión, el joven le mostró a Clark uno de sus guiones. Pronto, Korine escribiría Kids, una película sobre adolescentes, sexo y SIDA, que Clark dirigiría y que habría de convertirse en un filme de culto. Kids obtuvo buena acogida crítica y fue un éxito en el circuito de festivales, cimentando la carrera cinematográfica de Clark y lanzando la de Korine.
Tenía apenas 21 años. Dos años después, Korine estrenaría Gummo, filme extraño como pocos. Ejemplo de narrativa no lineal, en una sucesión de viñetas, Korine describía su infancia en su Ohio natal. Estrenado en el Telluride Film Festival, la película despertó la admiración del legendario Werner Herzog, quien exclamaría:
Cuando vi el pedazo de tocino frito pegado en la pared del baño en Gummo, me caí de la silla. (Korine) es una voz diáfana de una generación de realizadores que está tomando nuevas posiciones. Esto no va a dominar el mundo cinematográfico, pero ¿qué importa?
Al año siguiente, el joven realizador crearía una suerte de collage visual que, proyectado en tres pantallas, llevaba el provocador título de The Diary of Anne Frank Part II y luego se enfrascaría en un proyecto que lo llevó a la sala de emergencias de un hospital. Literalmente.
Titulado Fight Harm y dirigido por el ilusionista callejero David Blaine, tenía un punto de partida más propio de Jackass que de un filme de arte y ensayo —y acaso precursor del Happy Slapping (video): Korine debía buscar pelea al azar en las calles... Hasta que lo medio mataran. El proyecto se canceló después de la sexta paliza, la que le mandó al hospital, a pesar de que Korine alguna vez había manifestado estar dispuesto a morir por el cine.
Su siguiente proyecto fue Julien Donkey-Boy, en el Korine adoptó los preceptos cuasi religiosos, cuasi cinematográficos, del Dogma95. El filme sobre las experiencias de un esquizofrénico también se convirtió en un éxito del circuito de festivales y adquirió asimismo un estatus de filme de culto.
Y después, nada. O casi nada. Larry Clark dirigió uno de sus viejos guiones, Ken Park. Y, en el 2003, Korine realizó el documental para la TV Above the Below, sobre los 44 días que David Blaine pasó encerrado en un cubo de plexiglas suspendido en el aire, a orillas del Támesis. Blaine y Korine siguieron colaborando en varias viñetas para el show televisivo de magia callejera del primero.
Mas desde el estreno de Julien Donkey-Boy, Korine no había vuelto a dirigir ningún largometraje de ficción.
¿Qué había pasado con la joven promesa?
En una entrevista, Korine lo explicó de la siguiente manera:
Yo he estado haciendo películas desde que era virtualmente un niño y todo fue siempre muy fácil. En cierto punto, después de la última película, comencé a sentir una cierta desconexión general de las cosas. Yo era realmente miserable con lo que era. Empecé a perder de vistas las cosas y la gente devino más y más distante. Estaba quemado, el cine era lo que más había amado en mi vida y ahora empezaba a no importarme. Me fui hundiendo más y más hondo en un lugar tenebroso y, para ser honesto, el cine era en lo último en lo que pensaba. Ni siquiera sabía si sobreviviría. Mi sueño se había evaporado. Estaba enfermo. No quisiera entrar en detalles sobre lo que que sea que haya pasado en esa época. Quizás era algo por lo que tenía que pasar.
Algo similar dice en esta otra entrevista:
Mi mente no estaba funcionando correctamente, estaba realmente jodido de la cabeza. Fue un período oscuro de mi vida en el que, encerrado en mi habitación, comencé a escribir historias sobre cerdos
Y uno de esos relatos sobre cerdos terminó siendo la de Mr. Lonely, su última producción. Mr. Lonely cuenta la historia de un imitador de Michael Jackson (Diego Luna) que se enamora de una imitadora de Marilyn Monroe (Samantha Morton). Dispuesto a no perderla, la sigue hasta una comuna de imitadores, donde conoce al esposo de Marilyn, un imitador de Charles Chaplin, y a la hija de ambos, Shirley Temple.
En la comuna, desde luego, viven otros imitadores: los dobles de Madonna, James Dean, el Papa Juan Pablo II y, supongo yo, seguramente, del Rey, el incomparable e irrepetible, Elvis. Dice Korine:
Es un mundo donde hay monjas que caen de aeroplanos y niños que cabalgan cerdos.
A continuación les dejamos con un par de clips de la película.
Vía | Wikipedia | Les Inrocks | Filmmaker Magazine Blog