Aprovechando que pasado mañana se estrena entre nosotros 'Mr. Brooks', de las que pronto os hablaré, aprovecho para continuar con esta serie de posts personales, y que en la medida de lo posible intentaré publicar cada lunes (alguno que otro fallaré). Hoy le toca el turno a esos seres tan queridos en el mundo del celuloide como los psicópatas, en el sentido amplio de la palabra, y derivaciones de la misma. Como siempre, reduzco la cosa a diez. Para el resto ya estáis vosotros. Cuidado, el post está lleno de SPOILERS.
- Norman Bates, en 'Psicosis'. Probablemente el más famoso de todos. Este chico tímido, recepcionista del motel más terrorífico de la historia, es un encanto de persona por esa timidez y rareza, bajo la que se oculta un oscuro secreto, sin lugar a dudas uno de los giros argumentales más sorprendentes de toda la historia del cine. Lamentablemente Perkins, mejor actor de lo que muchos decían, se vio encasillado para el resto de su vida por este personaje.
- Hans Beckert, en 'M'. De apariencia más inofensiva que el anterior, su debilidad eran las niñas pequeñas, en esa obra maestra de Fritz Lang que no se estrenó en nuestro país hasta 1961. Impresionante estudio sobre la maldad humana y las leyes que la rigen, Lorre consiguió hacerse inmortal con este personaje, sin lugar a dudas uno de los más influyentes en el cine posterior.
- Harry Powell, en 'La Noche del Cazador'. La única película dirigida por el gran Charles Laughton contenía uno de los psicópatas más fascinantes de todo el séptimo arte, verdadero ogro de un extraordinario cuento de hadas. Con apariencia de cura, aparentemente más fiable que cualquier otro mortal, es verdaderamente un enviado del Diablo y no de Dios, capaz de emitir uno de los gritos más inhumanos que se hayan escuchado jamás en una película.
- Profesor Warren, en 'La Escalera de Caracol'. Una de las obras maestras del gran Robert Siodmak, contenía uno de esos personajes, hoy un tanto olvidados, capaz de provocar verdaderas pesadillas, a pesar de su normalidad. Lo único que vemos del asesino es un ojo siempre vigilante ante su propia víctima, hasta que al final descubrimos su identidad, y con ella su "adicción".
- Robert Elliott, en 'Vestida Para Matar'. En la obra maestra de Brian De Palma, con innumerables guiños a Hitchock, realizados con inteligencia, Michael Caine se corona con una de sus interpretaciones más arriesgadas, ese hombre/mujer capaz de cometer los asesinatos más sangrientos navaja en mano. Cada vez que se abre un ascensor sigo pensando que el doctor Elliott, con su peluca rubia puede aparecer de repente.
- Hannibal Lecter, en 'El Silencio de los Corderos'. Nunca un psicópata fue tan inteligente, y además logró caer tan bien al público, evidentemente por la fantástica interpretación de Anthony Hopkins, quien repetiría personaje en la estupenda 'Hannibal' y en la pasable 'El Dragón Rojo'. ¿Os apetece un sorbete de sesos?
- John Doe, en 'Seven'. Otro cuya inteligencia traspasaba cualquier frontera. por supuesto un perfecto Kevin Spacey ayudaba a que semejante elemento ejerciera un enorme poder de fascinación y al mismo tiempo repulsión, sobre el espectador. La sobrevalorada película de Fincher (ojo, me parece muy buena, pero no una obra maestra) tenía uno de los finales más anticlimáticos y excelentes del reciente cine. Spacey se coronaría aquel año con otro personaje genial, pero que ocupará un lugar en otro post.
- Robert Rusk, en 'Frenesí'. Este perfecto inglés se acostaba con un montón de mujeres, con la que luego sacaba su verdadera personalidad, un misógino de mucho cuidado al que le encantaba acabar con la vida de las pobres muchachas estrangulándolas. El televisivo Barry Foster se haría famoso en el cine por este papel en la penúltima y magnífica película de don Alfred.
- Max Cady, en 'El Cabo del Terror'. Probablemente el más normal de todos, y no por ello menos terrorífico. Es más, esa normalidad aparente no era más que un refugio para un asesino en potencia, que con la excusa de la venganza por haber sido encarcelado, daba rienda suelta a sus habilidades para asesinar. Es una pena que Mitchum no hiciera más veces de malo de las que hizo, era simplemente genial.
- Max Cady, en 'El Cabo del Miedo'. El inferior remake por parte de Scorsese de la genial película de J. Lee Thompson contenía una interpretación de don Robert De Niro a la altura de la de Mitchum, dándole otras connotaciones, sobre todo religiosas. Si algún día veo a un tipo en el cine fumando un enorme puro y riendo a carcajada limpia sin parar, no le pienso decir ni mu.
Evidentemente, ni son todos los que están ni están todos los que son, pero eso se arreglará con vuestros comentarios. Mostrad vuestro lado más psicópata.