Al escritor francés Michel Houellebecq (La Reunion, 1958) le han llamado el Zidane de la literatura por sus contratos millonarios. En 2004 firmó con la editorial Fayard, del grupo Hachette, por 1,3 millones de euros. Ahora, este grupo se niega a financiar la adaptación al cine de ‘La posibilidad de una isla’, película que el propio escritor quiere dirigir, y por ese motivo, Houellebecq ha amenazado en su blog con rescindir ese lucrativo contrato.
Houellebecq ya ha dirigido los cortometrajes ‘El río’, ‘Desequilibrios’ y ‘Cristal de sufrimientos’, los dos últimos firmados como Michel Thomas. También el espacio televisivo ‘El erotimos visto por…’. Ha sido guionista de otros cortos y programas de televisión. Su novela ‘Las partículas elementales’ , se ha llevado al cine en ‘Elementarteilchen’ (2006), de Oskar Roehler, que se estrenará en Francia el próximo día 30, y por la que Moritz Bleibtreu obtuvo el Oso de Plata al mejor actor en el pasado festival de cine de Berlín. Houellebecq no quiso en ese caso colaborar en el guión, despojado del sexo explícito y el sombrío microcosmos de sus personajes.
Inicialmente, la adaptación de ‘La posibilidad de una isla' , con la que obtuvo el Premio Interallié y quedó finalista del Goncourt el pasado año, iba a ser producida por una filial de Hachette, GMT Productions. El pasado abril, el proyecto pasó oficialmente a Mandarin Films, compañía externa al Grupo Lagardere, cuyos directores, los hermanos Altmayer, no han comenzado todavía el proceso de financiación.
El escritor francés acusa a Arnaud Lagardére, jefe del grupo Hachette, de haber incumplido sus "promesas escritas y orales" de financiar la versión cinematográfica de ‘La posibilidad de una isla’ . "En estas condiciones, es muy probable que el filme no pueda hacerse (...) Por supuesto, tendrá en el plano contractual las consecuencias previstas, como he recordado hace una decena de días a la dirección","Ningún otro libro mío será publicado por una editorial del Grupo Hachette en ningún país", apuntó Houellebecq, tras hablar de "un golpe muy duro, quizás fatal, en pleno pecho". Lagardére ha respondido que se trata de un malentendido porque las conversaciones sobre la película no han terminado. Según el portavoz de la editorial Fayard, "no existe ninguna polémica".