A Mateo Gil parece que no le dan miedo los retos. Y se atreve ahora ni más ni menos que con ‘Pedro Páramo’, la legendaria obra de Juan Rulfo. Ahí es nada.
Pues ni corto ni perezoso, el director comenzará a rodar esta adaptación en México a finales de año, con presupuesto de casi ocho millones de euros que proviene de productoras españolas —Sogecine—, mexicanas —Aiete Ariadne Films— y portuguesas —Take 2000, que tiene los derechos de ‘Pedro Páramo’ desde hace cerca de una década—.
Se prevé que protagonice Gael García Bernal en el papel de Pedro Páramo, junto con un reparto luso y español.
El punto de partida de ‘Pedro Páramo’ (1955) es la llegada al árido pueblo mexicano de Comala de un extraño que convoca a los adormecidos habitantes. Poco a poco éstos revelan que ya no caminan entre los vivos.
El guión, que está escribiendo el propio Gil, tratará de respetar la compleja estructura narrativa del original, en la que los hechos se suceden sin orden cronológico y desde distintos puntos de vista. La combinación de voces narrativas se me antoja fuera del alcance del coguionista de ‘Mar adentro’ y ‘Tesis’. Pero parece que intentará mantenerla en lugar de quedarse únicamente con el concepto del pueblo fantasma. Al menos, Gil ha admitido que "es un acto de osadía" intentar llevar al cine una novela que constituye uno de las referencias del realismo mágico y que ejerció una gran influencia en los autores latinoamericanos de los años sesenta y sesenta, como, por ejemplo, en Gabriel García Márquez y sus ‘Cien años de soledad’.
En fase de preproducción, Gil está recorriendo Jalisco en busca de un pueblo fantasma en el que ambientar la historia. Le acompaña Eugenio Caballero, el director de arte mexicano que ha recibido un Oscar por su trabajo en ‘El laberinto del fauno’. El maquillaje estará a cargo de otros dos ganadores del Oscar también por ‘El laberinto del Fauno’, David Martí y Montse Ribé.
Me gustaría poder augurar más de este proyecto, sin embargo, me duele confesar que no espero demasiado de este cineasta. Dejando a un lado sus colaboraciones con Alejandro Amenábar, hay que recordar que destrozó la maravillosa novela de Juan Bonilla, ‘Nadie conoce a nadie’. Tras -este rotundo fracaso-, la decepción que causó esta película tanto a críticos como al propio Gil, el director se retiró del cine durante un tiempo considerable.
De todas las ‘Películas para no dormir’, la que me pareció más fallida y aburrida era la de Mateo Gil: ‘Regreso a Moira’. Una trama ínfima estaba estirada durante más de una hora sin crear la más mínima sensación de miedo y con algunas incongruencias de guión, por no hablar de una resolución, no sólo muy vista, sino además, inconsistente con respecto al resto de la historia.
Y parece que se podría señalar a un culpable de esta elección: Cristina Mascarenhas, directora de Take 2000, indicó que el directivo de Aiete Ariadne Films, Andrés Santana, les sugirió el nombre de Mateo Gil.
Ésta será la cuarta adaptación de la novela a la pantalla, tras la de 1966 dirigida por Carlos Velo con guión del escritor Carlos Fuentes y fotografía de Gabriel Figueroa; la de 1976 de José Bolaños conocida también con el título de ‘El hombre de la media luna’, y la de 1981 de Salvador Sánchez, todas ellas producciones mexicanas.
Fuente: Eres Más