Christopher Nolan se ha convertido, por méritos propios, en una figura de lo más controvertida entre el nutrido grupo de aficionados que pulula por ese cinefórum globalizado que son las redes sociales. Objeto de la más intensa de las pasiones y, a su vez, del odio más visceral a cada paso que da su carrera, es innegable que, le pese a quien le pese, el director británico es la gran esperanza que le queda al blockbuster contemporáneo.
Su cariz de artesano amante de la maqueta y fiel siervo del celuloide, la controvertida solemnidad con la que se aproxima a proyectos que, en manos de otros, caerían en el terreno del entretenimiento vacuo, y su capacidad innata de ofrecer cine de autor capaz de reventar la taquilla de cualquier multicine, le han convertido en uno de los nombres más relevantes de la industria de los últimos tiempos.
Pero antes que el visionario cineasta que es hoy, Chris Nolan fue cinéfilo. Un devorador de películas que, desde una temprana edad, no sólo se grabaron a fuego en su memoria, sino que han influenciado inevitablemente una filmografía repleta de éxitos en la que resuenan los ecos de las obras de grandes mitos de la industria. Demos un repaso pues a esos títulos y nombres propios que marcaron un antes y un después en la trayectoria de Chistopher Nolan.
Ridley Scott y ‘Blade Runner’: El alma del artesano
Una de las constantes que marcan la diferencia en el cine de Christopher Nolan es, sin duda, el mimo que el realizador vuelca sobre el diseño de producción de su obra. La utilización —siempre que las leyes de la física y el presupuesto se lo permitan—de efectos prácticos y, especialmente, la tendencia a construir inmensos sets en los que ambientar sus secuencias, viene heredada de la que considera como “una pieza clave de la ciencia ficción”: ‘Blade Runner’.
Nolan admite haber estado profundamente influenciado por la que define como “la mejor película de todos los tiempos en cuanto al uso y construcción de escenarios” en muchos de sus trabajos. Destaca, entre todos ellos, el desempeñado en ‘Batman Begins’, donde el equipo dio vida a las calles de Gotham City en un inmenso hangar de aviones reconvertido en plató.
Esta situación llevó al director a a pensar en cómo Ridley Scott utilizaba los sets para que transmitiesen una sensación de realidad en ‘Blade Runner’ mediante el uso de lentes angulares, la cámara en mano y efectos como el de la lluvia. De manera inconsciente, el responsable de la trilogía dedicada al El Caballero Oscuro se vio replicando estas técnicas, rindiendo homenaje al clásico protagonizado por Harrison Ford especialmente en lo que a la lluvia respecta.
Todo esto podría aplicarse de igual modo al caso de ‘Alien: El octavo pasajero’, también elogiada públicamente por Nolan en cuanto a generar una atmósfera orgánica e inmersiva mediante el uso de maquetas y naves espaciales moldeadas entre madera y fibra de vidrio, y cuyo inteligente empleo de efectos especiales tradicionales caló hondo en un Nolan que nos maravilló con la estructura construida para la secuencia del pasillo giratorio en ‘Origen’.
‘2001: Una odisea del espacio’: Stanley Kubrick y el autor de estudio
Cuenta Nolan que en el verano del 77, pocos meses después de que se estrenase el Episodio IV de ‘Star Wars’, algunos cines reestrenaron la perenne ‘2001: Una odisea del espacio’ de Stanley Kubrick. Su padre cogió a un Chris de tan sólo siete años y le llevó a uno de los pases que cambiaría su modo de percibir la ciencia ficción —y más tarde, de rodarla— de forma radical.
El director confiesa que, en aquel momento, no comprendió absolutamente nada de lo que sucedía en pantalla, pero que la disfrutó igualmente gracias a la forma en la que la película juega a estimular sensorialmente, convirtiéndola en “puro cine” que no entiende de edades ni intelectos. Una experiencia “más grande que la vida” que marcaría un antes y un después en el desarrollo de su maravillosa space opera ‘Interstellar’.
De nuevo, y como sucediese con ‘Blade Runner’, en el caso de ‘2001’ la fuente de inspiración trasciende a la película para recaer sobre su responsable; un Stanley Kubrick cuya capacidad de compaginar su viso de autor con los grandes estudios es envidiada profundamente por Nolan, habiendo conseguido replicarla hasta cierto punto con el paso de los años.
Además de por este motivo, la figura de Kubrick siempre será venerada por el realizador de ‘Insomnio’ debido a su capacidad, en palabras del propio Nolan, de “tener tamaña confianza sobre una única imagen para explicar algo al público”. Este hecho le hace, según ha admitido, avergonzarse de su propio trabajo al ver la cantidad de planos y efectos de sonido que necesita para generar una reacción en la audiencia.
La delgada línea roja: El arte de la elipsis
La fantástica cinta bélica dirigida por Terrence Malick en 1998 es considerada por Christopher Nolan como una de sus películas favoritas de todos los tiempos. Esto queda reflejado a la perfección sobre ciertos trabajos dentro de su filmografía en cuanto al uso del montaje y la elipsis en su narrativa. La pericia del uso del montaje en paralelo de ‘Origen’ es uno de los cúlmenes de su carrera en cuanto a edición se refiere, pero la sombra del caso que nos ocupa se proyecta más notoriamente sobre ‘Memento’.
Nolan afirma haber visto infinidad de intentos de replicar lo que Malick consiguió hacer con ‘La delgada línea roja’ a la hora de trasladar a la pantalla estados mentales y recuerdos mediante el uso del montaje. El modo en el que Malick y sus tres montadores rompen las reglas de las transiciones, ejecutando saltos temporales sin ningún tipo de efecto más allá del simple corte, sentó precedente, y ha sido utilizado de forma reconocida por el propio Nolan en varios pasajes de ‘Memento’.
La espía que me amó: La escala bondiana
Personalmente, he tenido la suerte de ver proyectada esta cinta en cine y he de decir que entiendo a Nolan a la perfección cuando alaba su concepto de la escala. Amante reconocido del universo 007, la obra del director de ‘El truco final’ refleja, especialmente en cuanto al modo de rodar sus set pieces, el uso del scope y el distanciamiento de la acción de ‘La espía que me amó’.
Esta técnica, perdida hoy en día en pos de un exceso de planificación repleto de tiros extremadamente cortos que impiden la lectura y comprensión de la acción, ayuda a sumergirte en el universo de la película y hace ganar credibilidad a lo que acontece en pantalla, y es una constante identificable en la trilogía de ‘El caballero oscuro’.
La espectacularidad inherente al cine bondiano va más allá de la saga dedicada a Batman, siendo ‘Origen’, proablemente, la gran influenciada por las aventuras cinematográficas del personaje de Ian Fleming. El largometraje protagonizado por Leonardo DiCaprio no deja de ser, en esencia, un filme de 007 con tratamiento de ciencia ficción, algo perfectamente visible en secuencias como la del asalto en la nieve, que homenajea directamente a 'Al servicio secreto de su majestad' —la "cinta Bond" favorita de Nolan—.
Podría decirse que su devoción por James Bond ha otorgado a Christopher Nolan la capacidad de crear un universo ilimitado y utilizarlo como una caja de arena para crear acción y aventura sin las limitaciones impuestas por los estándares de las producciones de corte más realista.
Superman: El realismo cinematográfico
La joya del cine superheróico dirigida por Richard Donner en 1978 ha marcado, muy probablemente, un antes y un después en la vida cinematográfica no sólo de Christopher Nolan, sino de cualquier espectador que haya tenido el privilegio de verla. En el caso que nos ocupa, el realizador recuerda ir al cine y quedarse absorto mirando una y otra vez el tráiler de ‘Superman’, fascinado por sus imágenes —la secuencia del maizal es una auténtica belleza— y la voz de Marlon Brando.
De la que es, sin duda, una de las mejores adaptaciones de la viñeta al celuloide de la historia, Nolan ha extraído el que es uno de los elementos más controvertidos de su trayectora como cineasta y, especialmente, de su aproximación al mundo del cómic: el tono serio y realista del que impregna a sus producciones.
Esta decisión tonal y estilística, aceptada hasta cierto punto en su saga iniciada con ‘Batman Begins’ gracias a la naturaleza oscura de su protagonista, comenzó a generar duras críticas en sus trabajos como productor en ‘El hombre de acero’ y ‘Batman v Superman: El amanecer de la justicia’. Aunque no lo necesite, Nolan justifica su perspectiva sobre el realismo de ‘Superman’ y sus obras remarcando que “cuando hablo de realidad en estas películas, suele malinterpretarse como una “realidad directa”, pero me refiero a una realidad cinematográfica; a encontrar credibilidad en los eventos y la naturaleza fantástica de lo que está pasando.”.
Una lista interminable
Todo buen realizador que se precie deberá ser un gran amante del séptimo arte, y haberse empapado de centenares de títulos que, de un modo u otro, interiorizará llevándoselos a su terreno. En el caso de Christopher Nolan, la lista de filmes que le han convertido en el director que es hoy día es tan extensa como variada.
Desde cintas como ‘12 hombres sin piedad’ o ‘La venganza’ (‘The Hit’), que le han aportado perspectiva sobre cómo narrar dinámicas de grupos en situaciones límite, hasta clásicos del expresionismo alemán como ‘El testamento del Dr. Mabuse’ de Fritz Lang, que considera un manual de cómo llevar a un supervillano a la gran pantalla, la filmografía de cabecera de Nolan recoge auténticas joyas que todo buen cinéfilo debería añadir a su lista de imprescindibles.
Mientras vamos completando los títulos que tengamos pendientes, siempre podemos revisitar los firmadas por el propio Chris Nolan: un director por el que, sin duda, merece la pena influenciarse.
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