La otra competición en Cannes: ¿Por qué parte de la industria ama Amazon y odia Netflix?

El mundo del cine está en pleno proceso de transformación, lo cual hace inevitable que surjan ciertas tensiones entre el viejo modelo y el nuevo. El primero sigue en una clara posición de dominio, pero el segundo va creciendo a marchas forzadas, y eso que no todos los jugadores en juego están optando por las mismas soluciones, siendo ahí donde surge un tratamiento muy diferente por la parte de la industria.

Por un lado, tenemos a Netflix prescindiendo de los estrenos en salas y apostando por la mayor exclusividad posible de su creciente catálogo cinematográfico para que solamente puedas verlas allí, y por otro encontramos a Amazon, que también se está garantizando cada vez más títulos, pero sin romper el sistema de lanzamientos previos en la gran pantalla. Este último es uno de los grandes motivos para que algunos amen Amazon y odien Netflix.

Los motivos de la industria

Una de los ejemplos más recientes de esa disparidad lo encontramos en el hecho de que el Festival de Cannes ha seleccionado hasta cinco producciones de Amazon, mientras que no hay rastro alguno de cualquiera de las muchas películas que tiene previsto estrenar Netflix. Y tampoco conviene olvidar que el año pasado un periodista hasta acusó a esta última compañía de que iba a acabar con el sistema de cine europeo de aquí a unos años.

¿Qué tiene de fundado ese miedo? Pues quizá que Amazon está apostando por ahora de forma decidida y prácticamente exclusiva por el cine de autor, estando detrás de los próximos trabajos de Woody Allen, Jim Jarmusch, Park Chan-wook o Nicolas Winding Refn, mientras que algunos parecen empeñarse en que lo único destacable de la producción cinematográfica de Netflix es el resultado de su, por ahora exitoso, acuerdo con Adam Sandler para cuatro películas.

Esto último resulta un grave error por parte de los detractores de Netflix, pero aprovechan cualquier ocasión para recordarlo, haciendo así de menos a la compañía. No obstante, sí es verdad que Amazon ha optado por centrarse en un tipo de cine más propio de los festivales y por ello son razonables afirmaciones como las de Thierry Fremaux, director del certamen de Cannes, diciendo que no hay duda de que aman el cine y que es una plataforma buena para el séptimo arte.

Hasta ahí todo suena comprensible, pero ese es un detalle menor dentro de la industria del cine, sobre todo en lo referente a las cadenas de cine, las mismas que en su momento boicotearon el lanzamiento simultáneo en cines de ‘Beasts of No Nation’, la primera película original de Netflix, porque iba a estar disponible para todos los clientes de plataforma al mismo tiempo, dañando así de paso las opciones al Oscar de la cinta de Cary Fukunaga, que sí tuvo algo más de suerte en otros galardones.

Tampoco conviene olvidar que si Netflix hizo eso con ‘Beasts of No Nation’ fue precisamente porque era la única forma de poder ser tenida en cuenta para los premios de la Academia de Hollywood. Sin embargo, lo realmente importante aquí es, ¿por qué algunas cadenas de cine consideran su enemigo mortal a Netflix y se alegrarían enormemente si su modelo de negocio colapsara hasta el punto de llevar a su desaparición?

Volvemos otra vez al choque entre lo viejo y lo nuevo, ya que las cadenas de cine quieren mantener esa ventana, fijada actualmente en 90 días, en la que las películas solamente pueden verse en salas, ya que temen que el éxito de iniciativas como la de Netflix podría hacer que mucha gente prefiriera verlas en su casa. Amazon no tiene ningún problema con esa regla y es realmente ahí donde está el meollo del asunto.

¿Por qué tienen dos modelos tan diferentes?

La gran duda entonces es: ¿Por qué Amazon y Netflix tienen estrategias diferentes? Podríamos fiarnos de** Ted Hope, el gran responsable de esa división de Amazon**, apuntando que sus películas seguramente se beneficien de un paso por salas y también que lo que están haciendo no es más que intentar hacer mejor todo aquellos que amamos del cine. Suena tan bien que es tentador aceptarlo, pero permitidme que exponga una serie de dudas razonables que tengo.

La primera es que Amazon Prime Video aún no está disponible en muchos países, por lo que convertir sus películas en exclusivas totales de su servicio parece una medida arriesgada y condenada a no ser rentable mientras eso siga así. Con Netflix resulta difícil hacer una comparación al no haber entrado en el negocio del cine hasta que su plataforma ya llegaba a la práctica totalidad de los mercados importantes, así que recordemos un poco lo que pasó con sus series.

Seguro que algunos de vosotros aún os estaréis preguntando los motivos de que Netflix no vaya a estrenar en España los nuevos episodios de ‘House of Cards’ y ‘Orange is the New Black’ y que sea Movistar+ quien lo haga. Nuestros compañeros de Xataka ya lo explicaron con detalle, pero lo que a nosotros nos interesa ahora es que Netflix estaba empezando en el mundo de las series cuando surgieron esas dos series, por lo que aún no llegaba a algunos países y no le quedó otra que aceptar que sus derechos fueran vendidos. No les daba el dinero para más.

Esa estrategia por parte de Netflix cambió a medida que fue creciendo, asegurándose entonces la exclusividad de sus nuevas series, algo lógico cuando son ellos también los productores, pero seguramente bastante costoso en el caso de su acuerdo con Disney para adaptar las historias de varios de sus superhéroes. Además, tampoco me sorprendería que hubiese tenido que pagar más para cancelar o demorar todo lo posible su lanzamiento en dvd o blu-ray.

Es lógico concluir que con sus películas opte por un proteccionismo similar y que lo que realmente le interesa a Netflix es que te abones a su servicio y vayas pagando mes a mes tu cuota. En algunos casos es probable que incluso ganasen más dinero con los estrenos en cine, pero con esta exclusividad tienes más armas para fidelizar a tus clientes, elevando de paso tus ingresos de forma sostenida. Al final, Netflix depende exclusivamente de eso y no le queda otro que defenderlo con uñas y dientes.

En cambio, Amazon es un gigante con muchos más intereses que ha visto que las plataformas de vídeo bajo demanda son una buena oportunidad de negocio ya mismo y que su futuro es aún más prometedor. Por ello, tener títulos propios es un gran movimiento para captar a más clientes, pero tampoco pasa nada si antes pueden verla en el cine. Pueden diversificar sin miedo y ver qué es realmente lo que les sale más rentable. Si con eso pierden algunos millones, pueden compensarlo por otros lados.

Además, Amazon aún está intentando asentarse como creador de ficción propia, porque sus series no crean ni la mitad de expectación que las de Netflix y en cine estrenaron en salas hace apenas unos días ‘Elvis & Nixon’, su segunda andadura en este medio. ¿Quién nos dice que ese enfoque más artístico no vaya a ser dejado de lado si ven que no les sale rentable y es mejor probar con otras propuestas? Netflix simplemente ha diversificado ya de buenas a primeras.

El propio Ted Sarandos, jefe de contenidos de Netflix, no ha dudado tampoco en comentar: "No estoy dispuesto a jugar a eso si es malo para los consumidores y al final los viejos modelos de distribución son malos para ellos, incluso con las películas de festivales. Para mí retener el acceso a 81 millón de subscriptores para que unos cientos de miles puedan ver la película en un cine, no tiene sentido". Puedes estar de acuerdo o no, pero su forma de ver las cosas tiene toda la lógica del mundo.

Apuntes personales y predicción de futuro

Por mi parte, no tengo problemas en decir que me encantaría tener la opción de ver cualquier película en pantalla grande, pero hace ya bastante tiempo que muchos títulos jamás llegan a estrenarse en España o lo hacen de una forma totalmente deficiente. Dudo mucho que eso fuera a cambiar si Netflix se replantease su modelo de negocio, y además hay títulos como la muy comentada ‘Ha vuelto’ (‘Er ist wieder da’) que quizá nunca hubiesen llegado a nuestro país de no ser por ellos.

Cada vez tengo más claro que el futuro pasa por dar la opción de ver a los espectadores en casa los títulos de estreno, o al menos hacerlo con la gran mayoría de las películas que se estrenan -con los blockbusters lo veo todo mucho más complicado, sobre todo sin tener antes unas bases mucho mejor asentadas-, pero ese trato dispar a Amazon y Netflix no es más que una reacción lógica para intentar que eso no suceda. El resto de argumentos no son más que una forma de intentar disfrazarlo.

En Blogdecine: Todas las películas de Netflix que están por venir en 2016 y 2017

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